Capitulo 13.

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LA NUEVA AZAFATA.

Pasado una semana le dieron de alta a Matt, aun tenia algunos golpes pero el doctor aseguro que muy pronto se mejorara. En esta semana todos pensaron que yo consumía drogas o estaba demente así que me hicieron varios estudios y encontraron algo de droga en mi cuerpo, mis padres, amigos al igual que yo nos sorprendimos. Obvio, me pidieron explicaciones pero claro, ¿como lo hago si según yo no hago eso?.

En dos días sale nuestro vuelo a Pittsburgh, la semana que se suponía que nuestros padres pasarían allá con nosotros fue la semana que Matt estuvo interno, así que nos tendremos que ir solos.

                                          *****

Al día siguiente sonó la alarma a las cinco y cuarenta y cinco de la madrugada, tire del brazo para apagarla y de inmediato me baje de la cama. Tome un megáfono que le había tomado prestado a Austin hace unos días, camine a pasos lentos hasta la habitación de Matt para despertarlo, le puse el objeto en la oreja y lo llame provocando así que se asustara y cayera de la cama de una manera tan graciosa diría yo— ¿estas loca?— me grito y yo solo lo miraba y me retorcía de la risa. Después de lograr calmarme lo ayude a pararse— no, pero me debías esto— dicho eso salí de esa habitación y me dirigí a la mía. Entre al baño y salí de inmediato abrí el closet y saque de el un traje marino y me lo puse, solté mi cabello y busque unos lentes oscuros, salí de mi habitación y todos me miraban pero Danelly no se contuvo y pregunto:
— ¿por qué iras con esa ropa?.

— A que te importa— respondí sin ni siquiera mirar, lleve mis maletas al auto y vi a Matt mirarme y reírse, no sabia que yo iba hacer pero ya se imaginaba.

Treinta minutos después llegamos al aeropuerto hicieron todos los procedimientos adecuados y luego nos sentamos para esperar nuestro vuelo. Todos se quedaban mirándome y algunos se ponían hablar sin dejar de mirarme, pero no me importaba mucho en realidad; mamá empezó a darnos la típica charla de “cuiden a su hermana”, “cuidado con lo que hacen” blah, blah, blah... Cuando por fin llego la hora de irnos mamá nos paro
— hijos comportense por favor y cuiden a su hermana— dijo nuevamente, yo rodé los ojos— ¿ahora somos niñeros?— dije entre dientes— ¿qué dijiste?— pregunto mamá poniendo su mano en mi hombro izquierdo— que si mamá, la cuidaremos— di la vuelta y me fui. Todos se despidieron menos yo, nada raro en mi. Subimos al avión, buscamos un asiento deje mi mochila allí y me di la vuelta— ¿para donde vas?— me dijo Matt al ver que no me senté— tengo algo importante que hacer— lo escuche reír, camine hasta llegar a la puerta del avión— dame veinte dólar o chocolate para poder subir al avión— todos me miraban raro pero me daban lo que pedía. Hubo una que no quiso darme lo que pedía— señorita, dame lo que le pido y podrá subir e irse a su destino— dije en un segundo intento, ella con cara de poca paciencia responde:
— no te daré nada, he viajado muchas veces y esto es primera vez que pasa.

— Esto es nuevo señorita, lo que recaudemos aquí lo donaremos a los niños necesitados. ¿Como es que usted entiende?— dije muy seria, escuche unos pasos detrás mio cuando volteo para ver quien era me quede sorprendida al ver al primo de Emma— ¿y tú que haces aquí?— pregunte sin quitarle la mirada de encima, él sonrió— soy el copiloto de este avión y ya este vuelo esta retrasado por tus loqueras— dijo borrando la sonrisa de su rostro— es quee... yo yoo yo... em, mejor me voy— dije y me fui sin antes mirar a la chica— que tenga un lindo viaje— dije con una sonrisa no muy amigable, me voltee sin mirar al chico y camine rápido hasta llegar a mi asiento, me senté y abrí mi mochila para echar allí lo que había conseguido en la puerta.

Cuando la azafata estaba hablando me dirigí a ella y le quite el micrófono de una manera tan brusca que provoque que se cayera— perdón, pero ya todos se saben eso— dije agarrando el micrófono de una manera mas apropiada— las personas que me dieron lo que le pedí buen viaje, las demás se arrepentirán de no haber seguido orden. Gracias por su atención— le entregue nuevamente el micrófono y le sonrei— muchas gracias— dije de la manera mas tierna posible y me fui a mi asiento.

Unas Vacaciones Sin Padres  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora