Capítulo 2

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Una vez llegaron al manicomio, tuvieron bastantes problemas para salir de este. Se encontraron con unos cuantos Wendigos contra los que tuvieron que luchar y de los que tuvieron que huir. Pero todo era más fácil siendo dos, aunque también se doblaba el riesgo de morir.

Mientras, Em, Chris y Ash discutían sobre la broma que le habían hecho a las gemelas un año atrás y por la cual habían acabado muertas.

-Mira, yo solo digo que nos pasamos y que por culpa de esa estúpida broma ellas acabaron muertas y nosotros estamos ahora aquí. Yo a eso le llamo karma. -Dijo Ash mientras se abrazaba a si misma. No paraba de mirar la puerta, a pesar de que tuviera echado un candado.

-¡Oh, por favor! ¿El karma? ¿En serio? ¿Esa es tu mejor explicación para toda esta mierda en que nos hemos metido? -Reprochó Em con cara de asco.

-Si prefieres le puedes llamar efecto mariposa. Si no hubieramos hecho esa broma nadie hubiera salido de la casa, por tanto las gemelas seguirian vivas y también nosotros, y probablemente no hubieramos vuelto y todos estaríamos vivos. -Dijo Chris recordando la conversación que había tenido en el teleférico con Sam. Quizá si aquella niña no hubiera experimentado la pubertad a edad tan temprana ahora no estaría lamentando la muerte de su amigo.

-¡Claro que hubieramos vuelto! Porque es el sitio ideal para fiestas y desmadre sin control parental. Y si no era el año pasado hubiera sido este o cualquier otro año de los que hubieramos venido, pero hubieramos salido de la casa si o si y alguien la habría palmado con esos bichos por ahí sueltos. -Volvió a replicar Em, que estaba hasta las narices de tantos remordimientos. Ella no tenía la culpa de todas esas muertes, o al menos se autoengañaba diciendose eso para tener la conciencia tranquila.

-O el viejo nos habría venido a avisar y nadie habría muerto. -Volvió Ash al ataque. Ella pensaba que Em era idiota y que debía admitir su parte de culpa o nunca saldrían de ahí con vida porque el karma siempre jode a las malas personas.

-Si no nos vino a avisar el año pasado y este año no ha aparecido hasta que la hemos liado con los putos Wendigos, ¿qué te hace pensar que hubiera venido a avisarnos estando todos vivos y de juerga? -Em estaba soltando todo su veneno. Seguía en estado de negación y tardaría en cambiar de fase. Su lengua viperina se movía a la velocidad de la luz para contraatacar a los argumentos que le daban sus amigos.

-¡Em! ¡Basta! ¿De verdad que no te sientes ni un poco culpable sabiendo que las gemelas murieron por nuestra culpa y ahora Josh y Jess y tu novio han muerto también? -Le gritó Chris, que se había levantado para zarandearla y hacerla entrar en razón.

-¡No! ¡Yo no tengo la culpa! ¡Esto no es culpa mía! ¡Dios, qué he hecho! -Em rompió a llorar. Estaba rota por dentro y echaba mucho de menos a Matt. En el fondo sabía que ella tenía parte de la culpa.

Chris abrazó a su amiga a pesar de que cada vez le costaba más aguantar su caracter. Por otro lado Ash estaba a la vez enfadada y apenada. La discusión con la testaruda de Em la había puesto de mal humor pero también le daba pena. Negarlo todo era lo único que la había ayudado a aguantar la compostura y perder a su novio debía ser lo más duro de todo. No se podía imaginar perder a Chris ahora que al fin estaban juntos.

Mientras tanto, Mike tuvo que quitar de encima de Sam a un Wendigo a balazos. Luego salieron corriendo y lo volaron todo con gasolina y plomo. La explosión del lugar causó una onda que les tiró sin piedad encima de la nieve. Mike aterrizó encima de Sam, que tuvo que soportar el impacto cuando su espalda chocó contra el suelo y quedó sin respiración por unos segundos.

-¡Sam! -Gritó Mike mientras se levantaba rápidamente y ayudaba a incorporarse a su amiga. La chica empezaba a ponerse pálida hasta que empezó a dar pequeñas bocanadas. A los dos les pitaban los oídos a causa de la explosión y tenían la cara cubierta de hollín.

-Estoy... Bien. -Dijo ella con la voz afónica y despacio, mientras cogía aire.

-¿Estás bien? -Preguntó Mike a la chica. Seguía teniendo mala cara así que él no se movió de su lado ni la hizo levantar del suelo, se limitó a apoyarla contra su pecho.

-Más o menos. -Contestó la chica mientras se apretaba el pecho sintiendo ansiedad.

-Vamos a esperar un minuto a que te recuperes.

-No, un minuto puede suponer la diferencia entre que Josh viva o muera. -Protestó ella intentando ponerse en pie, pero él no la dejó.

-Lo mismo te digo. Así que relájate un minuto. Coge aire y no hables. -Mike empezó a acariciar el pelo de Sam para tranquilizarla. Casi podía oír cómo le latía el corazón a la chica. Pero poco tardó esta en recuperarse.

-Mike, ya estoy mejor, de verdad. Vamos. -Mike ayudó a Sam a levantarse y siguieron su camino en busca de Josh.

Mientras se adentraban en las minas ambos caminaban callados. Era lo más seguro pero no lo más agradable. Los Wendigos no los escucharían pero el silencio era terrorífico y mortal.

-¿Estás bien? -Preguntó Sam, con cautela, mientras se abrazaba a sí misma a la par que caminaba.

-Si, he caido sobre ti así que no me he hecho nada. -Contestó Mike, aunque eso no era lo que Sam preguntaba, Sam se refería a otro tipo de daño.

-No me refería a físicamente... -Dijo buscando la mirada de Mike. La encontró pero no le gustó lo que vio. Mike se quedó mirandola fijamente y una lágrima bajó por su mejilla, pero poco tardó el chico en secarsela y recuperar la compostura.

-Estoy bien. No me voy a permitir estar mal hasta que acabe todo esto. -Dijo apartando la mirada rápidamente y acelerando el paso. Dejó a Sam atrás siendo consciente de ello, pero no quería hablar, no en aquel momento.

Sam se quedó parada y al dejar de oír sus pasos él también paró y se giró a mirarla. Ella lloraba. Él se acercó rápidamente para abrazarla.

-Lo siento, Sam. -Le dijo pidiendo perdón. No sabía que su respuesta conmocionaría tanto a la chica.

-No puedo más. Esto es de locos. ¿Y si Josh ha muerto o no lo encontramos? No vamos a salir con vida de aquí. Los Wendigos nos acabarán matando antes de que nos rescaten. Tampoco sabemos si nos vendrán a rescatar o cuando lo harán. Ya han muerto cuatro personas y seguramente Josh. Nunca volveremos a casa, nos vamos a quedar aqui y moriremos. -Sam hablaba tan deprisa que se atragantaba. Intentaba secarse las lagrimas pero seguía llorando sin cesar. Estaba teniendo un ataque de ansiedad y Mike no sabía cómo pararlo. La unica forma que se le ocurrió fue lo mismo que hacía cuando Jess se ponía histerica: callarla con un beso.

Mike cogió la cara de Sam entre sus manos y la besó directamente, sin previo aviso. Ella se sobresaltó pero cuando se separaron ya no hablaba.

-Tranquila. Todo saldrá bien. Vamos a encontrar a Josh, coger las llaves y bajar en el teleférico. Así que ahora coge aire y vamos. -Le dijo Mike con el tono de voz más tranquilo que pudo mientras le secaba las lágrimas de la cara. Ella estaba pasmada pero se las apañó para asentir y luego seguirle en silencio.

Sam empezó a comerse el coco mientras se adentraban en las minas. Estaba histérica antes de que Mike la besara, pero mientras la besó sus pensamientos pararon. Como si la sangre no le llegara al cerebro. Se quedó totalmente en blanco. Pero sintió un cosquilleo en el estómago, algo que no había pasado antes, al menos no con Mike.

De golpe los Wendigos ya no existían, en la cabeza de Sam solo había sitio para Mike. Pero solo hasta que encontraron a Josh tras pasar por un lago subterráneo lleno de agua helada.

Por su parte, Mike se había estado preguntando por qué había besado a Sam. Él nunca la había visto de esa manera antes, ahora se sentía confuso. ¿Era solo una amiga, solo le atraía o la quería de verdad? Quizá todas a la vez. Claro que, al ver que Josh sufría alucinaciones todo eso quedó a un segundo plano.

Until Dawn [Mike x Sam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora