Capítulo 6: Contemplar al suicidio

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Le zamarreo con delicadesa hasta que se gira.

- Tú me haces esto! - Gritó molesta y su rostro de inocente niña llorando como si se le hubiese quitado un caramelo, se torno horrible y escalofriante, sus dientes afilados presionaban sus labios, hasta romperlos, se jalaba el cabello hasta arrancarse parte de él, sus lágrimas eran sangre y sus órganos los tenía en sus manos.

Desperté dando un pequeño y agudo grito de horror, cubro mis ojos llorando. - Que mierda son esas niñas! porqué me culpan, que les eh hhecho? - Giro mi cabeza de un lado a otro, intentando desesperadamente arrancar esas imagenes de mi cabeza, solo empeora y me angustio. Corro a la cocina y tomo un cuchillo, ese sujeto se hace presente nuevamente, lo miro, no es alguien de edad, es alguien jóven y muy bien parecido, jamás había visto a un chico tan hermoso, y creo que jamás lo veré, se acerca a mi con esa molesta sonrisa, sin dudar me corto una y otra vez las muñecas, la sangre corre y salta por todo el lugar, la pierdo muy rápido y caigo al suelo. Antes de quedar inconciente veo a papá tomarme en brazos y molesto me regaña por lo ocurrido, yo le sonrió pensando - Me regañará por lo que me hice.. o por haberle ensuciado el suelo? - me duermo.

Abro los ojos con dificultad, creo que estoy en el hospital, es decir, ningun lugar es más deprimente que este. Veo a papá junto a mi, con sus ojos hinchados y rojos, me sonríe y me pregunta como me siento, le contesto con una sonrisa y le digo. - Todo está bien, fué... un simple corto de circuitos de parte de mi cerebro- Me río despacio, y él hace lo mismo pero con nervios. Llega un doctor, le habla un poco a papá mientras me miran de re-ojo. al parecer ya me puedo ir, pero debo permanecer en cama y con sedantes, por los nervios.

Llegamos a casa, tomo unas tijeras para quitarme las vendas papá me mira asustado - Tranquilo, es solo que esto me apreta un poco - Le repondo con voz dulce a su mirada de pavor. Sin darme cuenta dejé las tijeras sobre la silla de ruedas de mi hermano Mark, por poco y se sienta sobre ellas, pero al momento de quitarlas tuve que abrir la boca con un comentario fuera de lugar. - Bueno que importa si te hubieses sentado sobre las tijeras... de todas formas no sientes las piernas... no sientes NADA! - Se fué molesto a su habitación y papá me miró con desprecio, comprendí mi "error" y me fuí a dormir, pese a que estaba amaneciendo.

Mientras me arropaba en mi cama pensaba molesta - que dije de malo, es solo la verdad, debe asumirlo, ya no siente las putas piernas, que quiere, que les de las mías? - Me movía de un lado a otro sin consiliar el sueño, por lo que me levanté y para no aburrirme comencé a ordenar mi habitación, mientras escuchaba música. Tomé mi reloj, pensando en que estaba descompuesto, pero lo extraño era que marcaba la hora normal, le comparé con cada uno de los relojes de la casa, pero todo funcionaba bien, parecía una locura, pero arrojé el reloj a la basura, - Tal vez esto esté maldito o que se yo - Me dije en pensamientos.

El día transcurrió bastante veloz, eran las 23:00 hrs. y papá debía ir a trabajar era guardia y trabajaba por turnos, justo hoy le tocaba trabajar de noche. Se marchó preocupado y por ello me dejó bajo el cuidado de mi hermano. - El que correrá más veloz si algo me sucede - Le dije sin que Mark me escuchara, me regañó un poco y se fué.

Fuí a mi habitación, me miré al espejo y tenía unas ojeras horribles bajo mis ojos color avellana, me tiro sobre la cama y con un largo suspiro mientras miro mis muñecas, comienzo a cerrar los ojos lentamente...

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