B L O O M | Colección poemaria

Inseguridad

Valorada precaución
necesaria sensatez
angustiosa reacción
misteriosa rapidez.

Eterna compañía
que acompleja mi vivir;
siempre hace de las suyas:
cuestiona mi existir.

Para bien o para mal,
si está bien o si está mal,
debo o no debo,
ya lo hiciste, ¿qué más da?

Inquietante sensación
su primer amor fui yo;
aún está flechado:
no se aleja, se quedó.

Disfruta a mis amigos
disfruta mis memorias
disfruta de mi mente
se apasiona con mi historia.

Y es que cual escultor
me ha hecho a su medida.
Se ha apoderado de este ente,
se mofa de mi vida.

Maneja mis pensamientos,
domina mi actuar
no tiene preocupaciones,
tan solo hacerme dudar.

Aclamado titeretista
que el show nunca completa
aun como protagonista,
e igualmente se queja.

Manos temblorosas
que se atreven a decir
lo que parece un secreto
pero saco a relucir.

"Inepta, infantil.
Inútil, aprendiz.
Ilusa, soñadora."
Me río, ¿quieres seguir?

Recorre, aventura
descúbrete y enamora
camina con paso firme;
adelante verás la gloria.

Libros en blanco
dispuestos a servir
aceptan mi caligrafía
mas yo dudo en escribir.

Mariposa nocturna
amiga callejera.
Quisiera ser eso
artista, bohemia.

Pero no tengo alas
y no me dejan salir
y por más que lo intente
Con talento no nací.

Cálida brisa
de vientos polares
amenazan con lluvia
cuando el día está radiante.

Entonces vuelvo al inicio
nací para cuestionar,
me cuestiono a mí misma
ni conmigo sé conversar.

Ni siquiera sé pensar;
planto una semillita
que crece sin regar.
Ni siquiera sé cosechar.

Sin embargo, día tras día
es lo único que hago.
Salgo de un refugio,
me encuentro con un gato.

Aquel felino es interesante
me observa con desplante,
me cuenta su historia
y al final me abandona.

"-Recuerda, tontita
los gatos son traicioneros."
"-Pero sus ojos, su mirada...
Me cautivaron" me consuelo.

"Deberías ser un gato"
me digo frente al espejo.
Pero no, soy un perro,
un cachorro. No muerdo.

Estrellas infinitas
que alumbran mi crear,
mi alma las recepciona
en abstinencia, con ansiedad.

Mas el núcleo pequeñito,
el cerebro de mi ser,
cuestiona la procedencia
y vuelvo a decaer.

Apreciados lectores
esta soy yo.
No sé si la valoren,
pero no huyan, por favor.