Trois.

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El tipo odioso se sentaba detrás de mí todas las clases que teníamos en común, pero era en Educación Sexual en la clase que más molestaba, ya que su pasatiempo era lanzar notas de papel hacia mí.

Inclusive me había ganado un nuevo apodo de su parte por nuestra primera "conversación"; ahora me llamaba remilgada.

La escuela se estaba convirtiendo en un infierno, soportando las clases de Educación Sexual, los constantes coqueteos que recibía Santiago de las demás chicas y por supuesto las interesantes conversaciones de Sam y los chicos a los que se ha tirado.



—Audrey— escuche decir a Sam mientras ella chasqueaba los dedos frente a mí— ¿me estás escuchando?

Debió notar mi mirada confundida y de terror vagar por todo el comedor de la escuela porque siguió hablando molesta.

—Oh claro que no— frunció el ceño— que te quede claro, no porque te hayas rebelado frente a toda tu lujosa familia quiere decir que podrás hacerlo conmigo. No señor, tenemos un compromiso de amigas Bellerose, me pierdes — Concluyó Sam con fingida indignación.

—Vaya, lo siento Sam, tu sabes que lo nuestro jamás se perderá, y por mas estupideces que cometamos siempre estaremos juntas, te lo juro por la garrita —dije mientras extendía mi meñique hacia ella.

—Hecho— anudó nuestros meñiques por unos segundos— Bueno, lo que te decía es que ya me he acostado con aproximadamente 15 chicos de por aquí—dijo mientras se miraba las uñas con falsa indiferencia.



La verdad era que Sam siempre había sido así, la zorra del instituto, no era una mala chica, por supuesto que no, además era hermosa y era totalmente diferente a mí, pero de cierto modo éramos iguales, ella tenía unos bonitos ojos verdes que hacían contraste con el iris azulado de los míos. Su cabello rubio siempre estaba bien acomodado, mientras mi cabello, originalmente castaño ahora teñido de gris apenas era cepillado.

No me sorprendería si el chico de educación sexual se fijara en ella, sería una hermosa pareja.

Pero no era el tipo de Sam Rogers; ella prefería a los hombres mayores que ella, con barba, algo rellenitos y de preferencia que fueran músicos.

Eso no impedía que se acostara con medio instituto- aclaro que sólo con el "medio" que era atractivo.



Santiago también tenía su fama. Sus ojos azules eran más vibrantes y llamativos que los míos, su sonrisa brillaba por sí sola, y su peinado no hacía más que complementar, no era un chico de músculos marcados, pero era fuerte, y de buen físico. No era alto como Sr. Yo-me-tiro-a-todas, de hecho era apenas unos centímetros más alto que yo.


—Así que, podría decirse que aquí yo soy Sam "la cojelona" Rogers—Concluyó ella entre risas— A que es buen apodo ¿cierto, remilgada?

—Oh no, ¿Cuándo te enteraste de eso? ¡El tipo no ha parado de molestarme! — Sentí como mis ánimos se aplastaban y la vergüenza mandaba a los demás sentimientos a un rincón, y a excepción del coraje todos se escondían sin rechistar.

—Desde el primer incidente lo sé todo, como buena amiga esperé que me lo contaras, pero no lo hiciste—fingió un puchero que discretamente atraía más miradas de los chicos. Las miradas masculinas siempre estaban sobre Sam— Como sea, solo lo recordé porque Alexei Crawford no deja de intentar lanzar aviones de papel hacia acá.

— ¿Alexei Crawford? —Pregunté extrañada— ¿Quién demonios es él?

—No te hagas la tonta—contestó mientras sacudía hacia atrás su cabello— tu noviecito ese de allá—apunto hacia otra de las mesas del comedor — ¿Sabes? La verdad es que me gusta para ti. Nunca había visto a alguien y pensado "Ese chico es genial para Audrey, sip —remarco la "p" en sus labios— se ve igual de amargado que ella".

La fulminé con la mirada. Yo no era amargada.

—No te ofendas pastelito, pero tu amiga tiene razón—escuche eso proveniente de una ronca y sexy voz— Además, lo de fulminar con la mirada no va contigo— terminó por decir Alexei quien inexplicablemente había avanzado hasta nuestra mesa.




Sip, ese es el sexy Alexei Crawford en multimedia, ¿les parece guapo?

Stupid Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora