La confesión.

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Se quedaron mirando, y el tiempo pareció congelarse. Deseaban con todas sus fuerzas besarse pero nos tenía miedo de arruinar la perfección del momento finalmente la chica se despidió dejando un suave beso en la mejilla de Remus para luego salir muy deprisa.

Remus no podía creer lo que acababa de ocurrir, se sentía feliz y emocionado. Y así con una boba sonrisa plantada en los labios y el recuerdo de lo sucedido repitiéndose en su mente se marchó a casa.

Cuando Sirius vio llegar a su amigo no pudo evitar reír al verlo entrar sonriendo como bobo. Y la curiosidad de saber que lo ponía tan feliz crecía, estaba decidido a preguntarle qué le pasaba cuando vio una pequeña figura pasar frente a toda prisa; era el pequeño Teddy que como cada noche corría a recibir a su padre como si no lo hubiera visto en años.
Al ver esto Sirius supo que de momento había perdido su oportunidad así que espero a que como cada noche Remus leyera un cuento a su hijo y cuando esté estuvo dormido se paro en el umbral de la puerta de la habitación del pequeño y vio a su amigo mirar a su hijo mientras dormía con una sonrisa aún más grande que la anterior. Aclaro su garganta para llamar su atención y cuando el licántropo lo miro le hizo seña de que lo siguiera. Camino hasta el salón y muy seriamente le preguntó

- ¿Que está ocurriendo Lunático?

- ¿A que te refieres? - Remus no sabía si contarle o no.

- Vamos amigo no soy tonto, has actuado muy extraño estas últimas semanas.

- Sirius no se como decírtelo

- Sólo dilo, estaré contigo hasta el final y te apoyaré.

Remus no pudo evitar sonreír, sabía que su amigo lo apoyaría. Así que decidió contarle todo y cuando hubo terminado lo miro expectante. Y ante toda respuesta Sirius se limitó a carcajearse, después de un rato dijo

- No puedo creer que no la invitarás tu, está bien muy bien de hecho

- ¿Es todo lo que piensas decir?

- Bueno no se que mas podría decir que no sepas tú, Hermione es una chica fantástica y si a ti te gusta y tu a ella está bien. Además es hora de que seas feliz.

Sirius se dirigió a una mesa llena de botellas de licor abrió una de wisky de fuego sirvió dos vasos y le acercó uno a Lupin, levantó el suyo y dijo

- ¡Por las segundas oportunidades! - y luego bebió el contenido de un trago.

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora