Halloween III.

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-¿Cómo es que una chica tan linda esta sola? - dijo una profunda voz de hombre con marcado acento

Hermione levantó la vista en busca del dueño de aquella voz tan familiar

-¡Viktor!- dijo casi en un chillido al tiempo que se levantaba para abrazarlo - Pero ¿¡que haces aquí?!

- Llegue hace trres días, me interresa perrfeccionarr mi inglés- respondio al tiempo que la estrechaba con fuerza

-¡Oh Viktor! ¡Que alegría volver a verte! - dijo la castaña luchando por contener las lágrimas

-No, no llorres- la estrecho más fuerte

-Lo siento que tonta soy, es que me hace tan feliz verte. - dijo ella mirándolo a la cara aún abrazada a él, quien la sostenía por la cintura y la miraba con ternura

-Te ves prreciosa

- ¡Muchas gracias Viktor!- dijo ella sonrojándose

Se quedaron un largo rato abrazados sin notar siquiera las insistentes miradas provenientes de la barra, desde donde Remus observaba todo sin saber que hacer o cómo reaccionar. Debatió consigo mismo y al final decidió que lo mejor sería disculparse con Hermione y retirarse pues era evidente que ella estaba muy cómoda con aquel apuesto chico, todo lo contrario a con el pues no habían cruzado casi palabra. Se dirigió a la mesa donde de encontraba Hermione hablando con Viktor, ya no se encontraban abrazados, sólo conversaban, pero se detuvo a unos cuantos pasos de ella y alcanzó a escuchar algunas palabras dichas por ella

-¡Me encantaría bailar contigo! pero vengo en compañía de alguien más -la chica se sonrojo - será en otra ocasión!

-¿Es tu novio?- pregunto él tímidamente mirando al piso

-Bueno yo no.. No creo que el me vea de ese modo... -dijo ella soltando un suspiro desganado

-Perro él te gusta ¿no es así?

-Mas que eso...

-Ya veo... Bien ya debo marrcharrme -se levantó de la silla y se fue, antes de que la chica pudiera siquiera decir algo ya se había perdido entre la gente.

Hermione no podía creer la reacción del chico, y justo era en ese momento que se preguntaba donde rayos estaba Lupin. Miró para todos lados hasta que lo vio a unos cuantos pasos ¿Hace cuanto estaba allí? ¿Habria visto a Viktor? Y de ser así, ¿habría malinterpretado todo? ¿Era eso posible? Ésta era una de esas pocas veces que no sabía que hacer, normalmente podía controlar casi todos las situaciones que se le presentaban, pero en este momento se sentía pérdida, las relaciones no eran lo suyo, puesto que no era algo que pudiese saber de memoria ya que cada persona es diferente. Tenía tantas esperanzas con Remus, y temía tanto el perderlo, estaba ahí mirándolo y el a ella de igual forma, ambos inmóviles, finalmente el tomo la iniciativa y camino la distancia que los separaba, su paso fue lento casi imperceptible y al estar frente a ella le sonrió y con demasiada calma en la voz dijo

—¡Siento haber tardado tanto! —había demasiada cola. — Sientate por favor — hizo un ademán con la mano indicándole la silla a lo que ella tardó en responder pues se encontraba sorprendida de verlo ahí parado, recordaba todo lo que había dicho, ¿había estado mal decir tan pronto que para ella Remus era algo más? No lo sabía estaba confundida así que optó por actuar como si nada.

—¿Esta todo bien? — pregunto ella con cierta timidez.

—Claro, ¿por qué no habría de estarlo?

De pronto ella vio la oportunidad de cambiar un poco el tema, como no lo noto antes, era tan evidente y a la vez tan simple. ¡Remus se había olvidado las bebidas!

—Pues, porque no has traído las bebidas... — la risa amenazaba con traicionarla

—Claro las bebidas, bueno yo... Ya sabes.. Que la gente... La barra... — hablaba con nerviosismo incapaz de articular una oración completa, se había puesto rojo como tomate, estaba muy nervioso.

—No te preocupes podemos pedírselo al camarero — el tono de la chica era divertido, pues en realidad le hacía mucha gracia la situación.

—Ah claro, al camarero — seguía nervioso, levantó la mano para hacer la seña al camarero quien tardó unos segundos en ir, ya que el sitio estaba bastante lleno. Pidió dos cervezas de Mantequilla, una con jengibre como la tomaba Hermione y al cabo de unos minutos las tenían frente de ellos. Estaban bastante callados, y evadían la mirada del otro, tomaron un poco casi al mismo tiempo, pasarón unos minutos y Hermione se levantó repentinamente para ir al tocador, estando solo Remus repasaba las posibles preguntas que le haría, no sabía que hacer exactamente ni que preguntar, se bebió la cerveza de golpe y ni eso lo relajo así que pidió un wisky de dragón y apuro el trago para luego pedir otra cerveza, ahora visiblemente más relajado, quizá más de lo que hubiera deseado, noto como las bebidas comenzaban a tener efectos y temió que su intento de aligerar el ambiente terminara por arruinar todo. Decidió no beber más de momento y pedir algo de comer en cuanto volviera la chica. Quien no tardó en volver, pero aún así la comida no surtió el efecto esperado y a decir verdad Remus estaba bastante ebrio, y comenzaba a desinhibirse y a ser mucho más directo con la chica

—Ya había mencionado lo hermosa que te ves hoy Hermione?— dijo sin miramientos

Las mejillas de la choca se tiñeron de un suave tono rojo al tiempo que ella miraba hacia abajo —Muchas gracias, tu también te ves muy bien, bastante guapo debo decir — respondió mientras levantaba la mirada hacia el nuevamente, ésta vez con un brillo en los ojos

Sus miradas de cruzaron, al tiempo que una suave melodía sonaba en el lugar, y pareció por un momento que la mirada era suficiente para comunicarse lo que ambos estaban deseando, Remus se puso de pie y se dirigió junto a ella, una vez ahí tomo su mano y se la llevó cerca de la boca para depositar un suave beso en ella, la sostuvo ahí unos segundos más inhalando el aroma que ella desprendía al tiempo que la miraba, trato de formular con los ojos la pregunta que su boca no podía y al ver un pequeño asentimiento de la chica, la jalo levemente para levantarla y la condujo a la pista de baile que estaba bastante solitaria y comenzaron así a bailar sin importar nada, Remus era bastante bueno bailando, era un momento perfecto para ambos, estaban demasiado cerca uno del otro y podían sentir la electricidad recorrer cada parte de su cuerpo, bailaron sin importar nada, el mundo pareció desaparecer a su alrededor, y al finalizar la canción ellos seguían juntos mirándose fijamente y entonces como si ambos pensaran en lo mismo acercaron sus labios y los unieron en un beso que hizo que cada parte de su cuerpo reaccionará ante el contacto, fue un beso tierno, cálido, lento que los hizo sentir como si fuegos artificiales explotaran allí mismo.

El resto de la noche transcurrió demasiado rápido, pero con una Hermione que no soltaba de la mano a un sonrojado Remus.

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora