Capítulo 1

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-¡BASTA YA!-dije chillando mientras cerraba la puerta de la cocina-dónde nos encontrábamos cenando-con rabia e impotencia, demostrando una fuerza que ya pensaba que no tenía.
Cogí la mochila, metí lo imprescindible, auriculares, el iPod y un buen libro de Stephen King. Si, puede sonar precipitado, pero es algo que ya habia meditado antes.
Perdonad que no me haya presentado, mi nombre es Roux y soy de Stein, este pueblo al que odio que mi familia me haya traído, y no me faltan razones. Bueno, sigamos dónde lo habíamos dejado antes de que os interrumpiera.
Salí de mi casa con un enfado monumental, debido a que en mi casa siempre abundaba un clima de inestabilidad total, provocaciones y gritos. No sentía mucho afecto por parte de mis padres y mi hermana, bueno, con mi hermana me he llevado bien siempre, somos como amigos la verdad, con ella nunca estaba enfadado. Pero bueno, voy a dejar este tramo de mi vida en el pasado, tengo que empezar de nuevo si quiero ser feliz, donde encuentre la calma para reencontrarme con "el antiguo Roux".
-Roux, por favor, sé lo que estás pensando, pero no puedes irte de esta manera, por favor, hazlo por mi- suplicó mi hermana Trix.
-Lo siento Trixie, pero he de hacerlo, no aguanto más, te quiero hermanita.- dije mientras me acercaba a darle un abrazo.
Cuida de papá y mamá, y sobre todo del abuelo. ¿Me lo prometes?
-V...vale...- musitaba con la cabeza gacha.
Como sé que le reconforta mucho, nos sumergimos en un abrazo de los que solíamos tener.
-Sé fuerte Trixie, volveré en un tiempo- concluí, mientras mis pies decidieron poner rumbo a la aventura.
Cogí aliento, inspirar, expirar, y en marcha. En este momento es difícil borrar recuerdos y empezar de cero, pero sé que es lo necesario, pongámonos en marcha.

Como siempre, la carretera estaba cortada, así que tendré que tomar el camino empedrado que tanto me hacía pensar hacia donde llevaría.
A la par que seguía mi incansable ritmo caminante quise coger dos de mis enseres mas preciados, mi iPod y mis auriculares para evitar pensar en todo, y por ende, aislarme del mundo, como hacía en mi habitación, que con gran agrado recuerdo, y recordaré.
Sin darme cuenta llego al final del camino-o al menos eso parece-.
Aunque suene paradójico una caseta salió a mi paso, dando entrada a un profundo parque natural. Se asemeja a lo que es una cabina de seguridad.
-Que extraño-susurré.
La puerta parecía entreabierta (y así era).
Todo esto es muy sospechoso, ¿qué hace ese puesto de mando en la frontera del bosque? Y sobre todo, ¿para vigilar a qué o a quién? No lo sé, me está empezando a agobiar estar en ese sitio, es como si todo estuviera controlado. Cuánta incertidumbre e inseguridad me abarca por dentro ahora mismo. No sé si seguir hacia delante y desentramar toda duda o volver a casa y venir de vuelta otro dia.
-No, Roux has venido hasta aquí huyendo de casa, ¿por qué volver?, seria un paso en falso- pensé en alto.
Así que voy a seguir mi instinto por primera vez en estos 19 años pésimos. Vamos allá, y como decía mi abuelo "que la aventura nos guíe el camino".

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