56. Soy santa Claus

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Kate•

Sentía como un mono me atacaba mientas dormía así que me queje.

-Mmh -frunzo el ceño y me doy vuelta dandole la espalda a quien halla despertado a esta bella durmiente-

-Uf -lo escucho suspirar profundamente- Kate me asustaste -dice finalmente-

Pensé en responder para saber que pasaba pero esta vez el sueño le gano a la curiosidad y caí nuevamente en un profundo sueño

Despierto al día siguiente y me encuentro frente a Alex, me sobresalto y frunzo el ceño podría jurar que me vine a dormir sola.

-¿Que? ¿Alex? -presiono mis ojos y lo vuelvo a mirar- ¿que hace aquí? -susurro y lo muevo-

No se inmuta en moverse así que lo muevo más

-Idiota -rió- despierta

-Nooo mami -gruñe y se queja-

-No soy tu mami

-Eres mi mamaciiita -me toma por la cintura y me corre hacia a él-

-¡Alex ya! -me rió y lo golpeo suave-

Esperen un minuto

Yo estaba enojada con él por algo..

Por algo..

-Hey! espera -me aparto y lo miro con el ceño fruncido- porque estas aquí si yo estoy enojada contigo

-¿y yo que hice? -reclama-

-Ya deberías saberlo Alex -achino los ojos mirándolo-

-No lo se -niega

Me limito a suspirar llevándolo a su conciencia y me levanto algo tambaleante por el dolor de cabeza, camino al baño y cierro la puerta de golpe.

-Okay, se porque -lo escucho acercarse a la puerta- pero no es mi culpa, yo no estaba ahí.

Aun no recordaba bien mi enojo así que me desvestí en silencio.

-Scott me contó que Megan te formo lió y hubo golpes

Entonces recordé a lagunas parte de anoche.

-No estabas -susurre lo suficientemente alto como para que escuchara -

-Lo se, lo se pero estaba en mi cuarto buscando un regalo para ti

Miro mi silueta en el espejo ¿un regalo para mi?

-Y cuando baje le estabas pegando a un chico del patio.

-No eras tu -mi mente se aclara-

-No, yo estaba arriba -mueve la manilla de la puerta- déjame entrar

En ropa interior me quedo unos segundos mirando la manilla moverse

-Kate -escucho-

-Megan -digo finalmente-

-El lunes hablare con ella, lo prometo -suspira- le diré que no puede tratarte así, te defenderé.

Reacciono y abro el botiquín para tomar unas aspirinas.

-Ella es mala

-Perdón por no estar para ti

Abro el agua de la ducha y en unos minutos abro la puerta.

-No fue tu culpa, no siempre estarás para defenderme -digo con la mirada baja-

Ya no me importaba que me viera en ropa interior, solo quería un abrazo de mi mejor amigo, entre la resaca y la pelea de anoche me sentía horrible.

Peligrosa Confusión *corrigiendo*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora