Capítulo 20

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-Logan, esos libros van allí.

-Sí, Señora Larson.

Ahora también me encargo de la biblioteca. Desde que entré el martes a por un libro que necesitaba y tardé cuarenta minutos en encontrarlo, supe que alguien debía de hacerse cargo. Así que me ofrecí. Y ahora soy la bibliotecaria y la profesora de protocolo. Parezco sacada de una novela del siglo XVIII.
Brenda me llama a la hora del almuerzo y quedamos en vernos cuando salga de trabajar. Pero mientras tanto me concentro en ordenar estos libros. Por suerte hay algunos alumnos que se han ofrecido a ayudarme y al menos no estoy sola. Me divierto con ellos, hablamos de muchas cosas y bromeamos. Entre ellos está Nathaniel, como era de esperar en él. Nathaniel se acerca a mí con una pila de libros.

-He encontrado estos en la sección de historia, pero creo que no deberían estar ahí.

-¿Por qué? -pregunto antes de ver el contenido.

-Véalo usted misma.

Nathaniel me ofrece uno de los libros. Lo abro por la mitad y leo a un lado el nombre de Cupido. Paso la hoja y veo el de Venus. Y así sigo leyendo nombres de dioses romanos, los cuales hicieron mis compañeros en Abbey College hace mucho ya. Lo cierro de golpe y me olvido de aquella época en la que todos mis amigos estaban enfadados con todos.
Cojo otro libro del montón. Mitología griega.
Otro. Mitología maya.
Y así voy viendo que todos ellos son libros de mitología de todas las culturas. Azteca, japonesa, africana, celta...
Miro a Nathaniel.

-¿Hay alguna sección de mitología?

Él se encoge de hombros.

-Ni idea. Ni siquiera sabía que teníamos estos libros.

-Bien -asiento-. La crearemos nosotros entonces. Chicos -digo para que me oigan todos-, todos los libros de mitología que encontréis, traedlos a esta mesa.

Todos responden asintiendo y seguimos con el trabajo. Pero no puedo evitar quedarme mirando esta montaña de libros. Parece que el pasado no me deja en paz, no puedo huir.

-¿Se encuentra bien? -pregunta Nathaniel.

-Sí, es que esto me recuerda a un trabajo que tuve que hace años.

-¿Sobre mitología? -asiento-. ¿De qué trataba?

-Tuvimos que escoger un personaje de la mitología que nos identificara, o con el que nos sintiéramos identificados.

-¿Cuál escogió usted?

-Nathaniel, ya hemos hablado de hacer tantas preguntas seguidas.

-Lo sé, perdone. No puedo evitarlo... -dice avergonzado, pero me río.

-Bueno, pues escogí a Isis. Diosa egipcia.

-¿Y por qué se identificaba con ella?

-Pues porque ella buscó sin cesar a su marido cuando Seth acabó con él y lo ocultó. Sentía tanto amor hacia él que no se rindió, y yo la escogí porque quería ser como ella. Buscar el amor verdadero con tanto ahínco como Isis buscó a su marido, creyendo firmemente que lo encontraría.

-¿Y lo encontró?

-¿Perdón?

-Usted, ¿encontró lo que buscaba?

Miro a Nathaniel sin saber qué responder. ¿Lo encontré? Creía que sí, hasta hace unos días creía que sí. Pero ahora no sé qué pensar. Justo en ese momento suena mi móvil de nuevo, esta vez se refleja el nombre de Connor. Vuelvo a mirar a Nathaniel.

(I'm) Yours: Cruel loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora