Capítulo 35

33 5 4
                                    

- Creí que me querías - dije con lágrimas en los ojos.

- Y nunca he dicho lo contrario -

- No, solo que quieres terminar conmigo -

- Oye, voy a estar muy lejos de aquí, ¿de verdad crees que una relación a distancia serviría? -

- El amor todo lo vence -

Se quedó callado para luego responder - Me tengo que ir -

- ¿Esto es todo? ¿Despues de todo, así se acaba? -

- Lo lamento - se levantó de la silla y salió del lugar.

Sé que me quería porque tanto amor no se podía fingir, pero ¿por que así? No mostró ni un poco de tristeza, y lo dijo como si yo fuera cualquier persona. Comienzo a pensar que el título "novia" no vale absolutamente nada.

Salí del lugar unos minutos después aún con lágrimas en los ojos, me dirigí directamente a mi cuarto donde podía llorar en paz.

Necesitaba tiempo para procesar todo lo que acababa de pasar porque hasta el momento todavía no lo podía creer.

******************************
1 año después

- Laila, ¿Qué dice la ley de la conservación de la energía? -

- Que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma -

- Muy bien, alguien ha estado estudiando - dijo la maestra para después seguir explicando el tema.

- Todavía no puedo creer que te hayas convertido en una de las mejores de la clase de química - dijo Erick.

Me encogí de hombros.

- ¿Que te puedo decir? Aprendí del mejor -

- Ese soy yo - rió.

Cuando la clase terminó me dirigí hacia la cafetería pues moría de hambre. Decidí tomar algo de ensalada, jugo y pan.

Me senté con Mariana y Karla en la única mesa disponible, estábamos platicando sobre el cabello de la maestra de formación cívica y ética mientras reíamos y comíamos, el momento era perfecto, por desgracia no duró mucho.

- ¿Tu eres Laila? - Me preguntó un niño al que jamas había visto antes.

- Eh, si - dije frunciendo el ceño.

-Te busca el director -  dijo señalando la dirección.

Todas intercambiamos miradas.

Pasé el bocado y dije - Gracias por el aviso - 

Él asintió y se fue.

Tapé la ensalada y me levanté.

-Ahora vuelvo -  dije limpiándome la boca.

- ¿Tienes idea de para qué sea? -  preguntó Mariana.

- Ni las mas remota - dije yéndome.

Llegué a la oficina y toqué la puerta. Me abrió la secretaria y me hizo tomar asiento.

-Le diré al director que estas aquí - dijo para después aparecer de mi vista.

Estaba nerviosa, muy nerviosa, mis manos temblaban y sudaban. Sabía que no había hecho nada malo y esa era una de las razones que me tenía más nerviosa, si no había hecho nada malo, entonces, ¿por qué llamarme?

-Pasa - dijo la secretaría interrumpiendo mis sentimientos.

Asentí y entré, adentro estaban mis padres y el director.

¿Qué diablos pasa? No hice nada pero le hablaron a mis padres, acaso es para hablar sobre lo buena estudiante que soy. Los nervios me estaban consumiendo viva.

-Toma asiento Laila - me dijo el director.

Me senté junto a mi madre y fue ahí, justo en ese momento cuando entendí que no se trataba de mi, era algo más, y no me iba a gustar. Mi madre se veía como si hubiera llorado durante días y mi padre tenía las ojeras mas negras que he visto en mi vida.

-Laila, tus padres me estaban comentando que dejaras la escuela - 

Voltee la mirada hacia él y confundida pregunté.

-¿Qué? -

- Y pues bueno, solo te quería hacer saber que siempre serás bienvenida aquí y... - lo interrumpí.

-¿Por qué? ¿ Por qué me voy? - miré a mis padres - ¿Qué pasa? -

-Los dejaré a solas para que puedan hablar - dijo el director para después irse.

 - ¿Van a decirme que está pasando? - 

-Laila, no puedes seguir aquí y punto - dijo mi madre con la voz quebrada.

- Pero ¿por qué? - 

- Lo que importa es que nos tienes que obedecer así que ve a empacar tus cosas - 

- ¡No! ¡ No pueden solo cambiar mi vida en un segundo! ¡No me voy a mover de aquí hasta que alguien me explique que pasa! - comencé a gritar

-Laila, no viajamos durante horas para que nos grites - dijo mi padre enfadado

-¡Y yo no me he estado esforzando durante años para que rompan mi sueño! -dije enojada.

Mi madre derramo algunas lagrimas.

-¡Dios! ¿Por qué diablos lloras? ¿Por qué nadie me dice que dia...? - 

-Cáncer. - susurró mi madre interrumpiéndome.

La miré a los ojos.

-¿Quién tiene cáncer? -

Mi madre comenzó a llorar y mi padre la abrazó.

-¡¿Quién tiene can...!? -

- Tú - dijo mi madre en un susurro apenas audible.

- ¿Qué? -

- Tienes cáncer - dijo llorando aún más.

Millones de cosas se me vinieron a la cabeza, miles de pensamientos, cientos de recuerdos, toda mi cabeza estaba revuelta, hecha un lío. 

Y cuando por fin pude ordenar mis ideas, entendí.

TENGO CÁNCER

**********************************************************************************

Hola!

Aquí les dejo un probadita de lo que se viene. 

Retomaré la historia todos los sábados (o al menos eso planeo) perdón por todo este tiempo ausente, tenía muchos problemas en los cuáles pensar y se me fue la historia, pero regresé y no me volveré a ir hasta terminarla.

Espero les guste pero más que eso, que  los motive a no perderse el siguiente capítulo el próximo sábado.

Las quiero mucho y muchísimas gracias por las 2,6 K de lecturas!

~Pretty

Para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora