-Preciosa... Preciosa... ¡Preciosa!-La voz de James me despertó.
-Mi nombre es Rebecca.- Dije casi en un susurro. Bostecé.- ¿Qué hora es?
-Casi las 7:00 de la mañana. Tenemos que encontrar comida, preciosa. ¿No tienes hambre?- Claro que tengo hambre. No he comido nada desde ayer y lo que comí no fue mucho que digamos.- Porque yo me muero de hambre.
-Tengo unas cuantas galletas en mi mochila.- Recordé. Los chicos sonrieron.
-¡Galletas!- Dijeron los gemelos al unísono. Saqué las galletas.
-Sólo me quedan nueve galletas. Nos tocarían dos galletas y cuarto a cada uno.- Todos asintieron. Repartí las galletas y partí la última en cuatro partes iguales con la mente.
-Presumida.- James me sonrió. Le devolví la sonrisa.
-Gracias, Rebecca.- Dijo Adrian.
-De nada.- Comimos las galletas en silencio.- ¿Tienen algo más de comer?
-¡Oh! ¡Hermano, podemos hacer crecer un manzano!- Recordó Adrian.
-¡Oye, sí es cierto!- Acto seguido empezó a temblar ligeramente la tierra y de la nada empezó a crecer un gigantesco manzano, con jugosas manzanas rojas. Se me hizo agua la boca.- ¡Ea! ¡Dame esos cinco, hermano!
-Yo bajo las manzanas.- Y bajé todas la manzanas que habían con la mente. Agarré una, la froté con mi playera y le dí un buen mordisco.- Mmm, se lucieron, muchachos. Está buenísima.
-Gracias.- Dijeron los gemelos e hicieron una reverencia. Reí. James guardó las manzanas que sobraron en su mochila.
-Bueno...- James sacó un mapa y lo observó. Luego apuntó con su dedo índice hacia el oeste.- Hay que caminar en esa dirección para poder llegar a la ciudad. Si nos apuramos, llegaremos a las 10:00 de la mañana.
-Esta bien, vamos.- Dije y empezamos a caminar. James corrió hasta llegar a mi lado.
-Oye, preciosa, ¿tienes pareja? Ya sabes, ¿novio?- Lo volteé a ver con el ceño fruncido.
-No, y no tengo intenciones dé. ¿Por qué?
-No, por nada.- Se hizo un silencio incómodo.
-Y... ¿Qué vamos a hacer en la ciudad?- Rompí el silencio.
-Vamos a encontrarnos con alguien.
-¿Con quién?
-Alguien que nos va a dar información importante.
-¿Para qué?
-Lo sabrás en su momento, preciosa.- Me volteó a ver y sonrió divertido. Seguro se nota que no me gusta no saber que voy a hacer. Siento que camino a ciegas. Además, ¿qué tal si ellos eran complices de Richard y me estaban guiando a una trampa?- No hay tal trampa.- Rayos.
-Deja de leer mi mente. ¡Dios!
-Lo siento, preciosa, pero no lo puedo evitar. Me intrigas.
-Pues trata de no hacerlo.
-Entonces habla conmigo, preciosa. Así no tendré que leer tu mente.
-¿Y qué quieres que te diga?
-Lo que sea, preciosa. Puedes contarme algo de tu infan...
-¡James!- Lo interrumpió Adrian. James puso los ojos en blanco y suspiró con fastidio.
-¿Qué pasa?
-Encontré esto. Creo que le pertenecía a Will.- Era un objeto metálico circular, no muy grande, que tenía un espiral grabado que abarcaba todo el objeto.
-Sí, era de Will. Hay que llevarselo.
-Se va a poner contento de tenerlo de vuelta.- Dijo Alex con felicidad.
-Vaya que se pondrá contento.
-¿Qué es? ¿Y quién es Will?- Pregunté.
-Es un espiral, en celta simboliza el crecimiento y la fuerza vital. Will lo empezó a usar como nuestro símbolo.- Me explicó Alex.
-Se podría decir que Will es nuestro líder.
-Oh. Ya veo.- Dije.
-Te va a caer bien cuando lo conozcas.
-¿Qué?- Adrian me tomó desprevenida.- ¿Conocerlo?- Los chicos rieron.
-Sí, preciosa. Conocerlo. ¿Creías que te ibas a escapar de que te llevemos a nuestra reservación? Jaja, no.- Reí nerviosa.
-Pe-pero, los voy a descepcionar. No soy la persona que ustedes creen que soy.- Argumenté.
-Claro que sí. Hasta creo que eres mejor.- Me sonrojé ante el comentario de Adrian.
-Gracias.- Sonreí. No sé cuando me volví tan sentimental. Qué horror.
-No hay de qué.- Dijo Adrian y me guiñó un ojo.
-Bueno, bueno. Sigamos.- Dijo James y empezamos a caminar.
Después de un buen rato de caminar en silencio, llegamos a la ciudad. No había estado en ésta ciudad antes. Era pequeña, pero con muchos edificios. Caminamos hacia una casa abandonada en el perímetro de la ciudad y entramos.
-¿Roger?¿Estas aquí? Soy yo, James.- Salió del pasillo un hombre alto cargando una escopeta sobre su hombro. Supuse que era Roger.
-¡James! Cuánto tiempo.- Saludó a James y luego a los gemelos.- Hola...
-Rebecca.- Le tendí la mano.- Rebecca Smith.
-Roger Wheeler. Un placer.- Estrujó mi mano con fuerza.
-Will me dijo que tenías información sobre Richard.
-Oh, sí, sí, claro. Síganme.- Roger nos condujo por el pasillo a una habitación. En el centro de la habitación había una mesa donde estaban lo que parecía ser unos planos.- Aquí están los planos del centro de experimentación de Richard. Él va todos los días allá, de las 9:00 de la mañana a las 4:00 de la tarde. Siempre es puntual. Lo único que hace es supervisar, despedir y contratar gente.
-Hmm. ¿Por qué no me sorprende?- Dijo Alex.
-¿Eso es todo, Roger?
-Sí, James. Quisiera que fuera más pero fue lo que pude sacar. ¡Casi me descubren!
-Esta bien.- Roger enrolló los planos y se los dió a James.- Gracias.
-Hey, Roger. ¿Vienes con nosotros a la reservación? Tu hermana nos va a pegar si no logramos traerte.- Rieron los chicos ante el comentario de Alex.
-Eso quisiera, Alex, pero tengo que terminar algo aquí. Iré en una semana. Mandale saludos a mi hermana y dile que deje de comportarse tan salvaje.- Volvieron a reir.
-Claro que sí. Nos vemos.- Se despidieron de Roger y cuando me tocó a mí despedirme, Roger agarró mi mano y la besó.
-Fue un placer, Rebecca.- Sonreí falsamente pues no me gustó nada su modo de despedirse de mí.
-Igual.- Salí de la casa casi corriendo. James rió.
-Ya veo que te cayó muy bien Roger, ¿eh, preciosa?
-Uy sí. Ni te imaginas.- James rió aún más.
-Aunque no lo creas, preciosa, Roger es un buen chico. Ha sido mi amigo desde la infancia, ¿tú crees?
-Oh. ¿Y ahora a dónde vamos?- Cambié de tema.
-A la reservación.
°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
Muchas gracias a RadomiPetite por la imagen en multimedia.😘❤
ESTÁS LEYENDO
Rebecca Smith
Fiksi IlmiahLlevo años viviendo en secreto. Escondida entre las sombras. ¿Por qué? Fácil. Porque soy un peligro para el gobierno, ya que poseeo ciertas habilidades que, si lo deseo, pueden perjudicarlos gravemente. El gobierno me quiere muerta. Yo haré cualqui...