Caminamos por el bosque hasta que anocheció.
-Es mejor que acampemos aqui. Adrian y yo podemos hacer un refugio para que estemos más protegidos.
-No hace falta, sólo hay que encender una fogata.- Las caras de desilución de Adrian y Alex me rompieron el corazón.- Pero gracias de todos modos.- Dije, tratando de que los gemelos quitaran su cara triste.
-Esta bien, hagamos la fogata. Voy a buscar leña, ¿vienes preciosa?- James me extendió su mano.
-Claro.- Dije mientras empujaba la mano de James devuelta al costado de su cuerpo. Sonrió. Su sonrisa es linda. Hace mucho tiempo que no convivía con hombres atractivos y mucho menos que tuvieran alrededor de mi edad. No desde los 19 años. A los gemelos les calculo unos 25 años de edad, sino es que menos. James se ve de 28 años, máximo 30. Pero bueno, ¿qué importa, verdad? No es que vaya a ser pareja de alguno de ellos. No podría.
-Sabes, preciosa, en vez de estar tratando de adivinar mi edad podrías solo preguntarme.- Rió. Se me había olvidado este pequeño detalle.- Tengo 28, acertaste.- Traté de evitar una sonrisa pero de alguna forma las comisuras de mis labios de levantaron.- Y pues quién sabe. Tal vez nosotros estamos hechos el uno para el otro, preciosa.- Puse mi ojos en blanco.
-Sí, claro, galán. Cómo no.- James rió.- Mejor concéntrate en encontrar buena leña y no en leerme los pensamientos.
-Esta bien, preciosa.
Pasamos alrededor de diez a quince minutos buscando leña. Cuando regresamos con Adrian y Alex, ellos ya habían puesto sus sleeping bags en el suelo y se preparaban para dormir. Dejamos la leña en el centro y James la encendió con la ayuda de un cerillo. Alex (o Adrian, no estoy segura) se acercó a mi casi corriendo.
-Rebecca, ten este sleeping bag.- Alex me lo tendió. Dudé en aceptarlo o no. Seguro ese era de James y yo no tenía intenciones de quitarselo.- Tranquila, siempre llevamos uno extra.- Me guiño un ojo. Mi expresión debió haber sido bastante obvia.
-Gracias.- Le sonreí. Me metí en el sleeping bag y me acosté. No voy a dormir. Ni de chiste. Parecen buenas personas pero no se si debo confiar. No se si puedo confiar. Hace tiempo, un chico y su hermana aparecieron en mi vida, se portaron bien conmigo, se hicieron mis amigos. Confié en ellos. Enorme error. Resultó que los dos trabajaban para Richard y nuestra "amistad" solo fue una mentira. Fue un plan para capturame. Casi lo logran. Afortunadamente pude escapar a tiempo. No he podido confiar desde entonces.
-¿Problemas para dormir, preciosa?- James me sacó de mis pensamientos.
-En realidad no. Solo estaba pensando.- Hice una pausa.- Pero seguro ya sabes en que pensaba porque estabas leyendo mi mente.- James rió. Temí que fuera a despertar a los gemelos.
-De hecho, preciosa, es más como escuchar lo que piensan las personas. Es bastante molesto. Pero he aprendido a escuchar solo a los que me interesan. Como a ti.- Me volteó a ver y me sonrió.- Yo creo que deberías conocernos un poco más, tal vez eso ayude a que confies.
-Sí, creo que debería.
-Podemos empezar ahora, preciosa.
-¿Empezar qué cosa?
-A conocernos. Yo empiezo, si quieres.- No dije nada. Nos habíamos conocido hace unas horas antes. No le iba a contar mi vida a un casi extraño.- ¡Hey! No soy un extraño.- Sonrió de manera traviesa. Yo puse cara de "sí lo eres".- Bien, bien. Tal vez sea un extraño para ti. Pero me vas a tener que contar sobre ti algun día, no muy lejano.- Suspiró.- No te voy a hacer daño, preciosa. Lo prometo. Es más, voy a ser tu protector.- Reí.- ¿Qué? Lo digo en serio.
-Sí, bueno, gracias, pero no necesito a nadie que me proteja. Yo misma puedo hacerlo.
-Te creo. Pero nunca se sabe.- Me sonrió.- Será mejor que durmamos. Descanza, preciosa.- Bostezó.
Su bostezo me hizo tener sueño. Pero no voy a dormir. No puedo. Tengo que mantenerme despierta.
Despierta. Me repetía a mi misma.
Mis parpados empezaron a pesar.
Despierta.
Mis ojos ardían.
Despierta.
Mi cuerpo cedía ante el sueño.
Despierta.
Parecía que mis parpados pesaban toneladas
Despierta.
Me dormí sin siquiera darme cuenta.
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Adrian y Alex en multimedia❤
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Rebecca Smith
Fiksi IlmiahLlevo años viviendo en secreto. Escondida entre las sombras. ¿Por qué? Fácil. Porque soy un peligro para el gobierno, ya que poseeo ciertas habilidades que, si lo deseo, pueden perjudicarlos gravemente. El gobierno me quiere muerta. Yo haré cualqui...