Capítulo 1.

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Lich jamás pensó que salir esa misma noche le cambiaría su vida por completo, pero así fue. Aquella noche había salido a buscar una tienda en especial, había varios rumores sobre ella y uno de ellos llamó especialmente la atención del joven con pelo negro, decían que en aquella tienda vivía una persona con una increíble deuda con la banda más peligrosa del barrio donde se encontraba y que debido a eso el dueño hizo una especie de trato con los de la banda, pero lo que intrigó a Lich fue que si entrabas a esa tienda solo saldrías de allí vivo si de verdad impresionabas al dueño. Por eso mismo había salido, esa tienda era la única que poseía todo tipo de instrumentos de calidad y de épocas antiguas, Lich quería comprobar hasta que punto todo aquello era cierto y si en verdad su dueño se llamaba al igual que la tienda, Lawlees. Ya había llegado al barrio, allí la luz era escasa debido a que la mayoría de las farolas se encontraban fundidas.

-No aprendes la lección -oyó una voz amenazadora en el silencio de la calle.

Siguió esa voz hasta encontrarse con tres personas que estaban en el fondo de un callejón debajo de una de las farolas que tenían luz, no se pudo fijar muy bien en las dos personas que estaban de espaldas pero sí en quien les estaba mirando a ellos dos, era un joven de pelo rubio con un mechón de cabello negro en el centro de la cabeza, con gafas, piel blanca y la manera que tenía de vestir recordó a Lich inmediatamente a los de la nobleza en la Edad Media pero aquel chico mezclaba eso muy bien con las cosas actuales como las gafas, su corbata azul y sus zapatillas. Aquellas otras dos personas que se encontraban de espaldas a Lich parecían más fuertes que el rubio, pero las apariencias engañaban.

-¿Y te llamas Lawlees? -escupió un chicle al suelo uno de los chicos.

-Tendremos que volver a enseñarte lo que les pasa a quienes no pagan.

Uno de ellos tiro al suelo al rubio para ponerse encima de su cintura mientras que el otro que estaba de pie pisaba a Lawlees las manos con fuerza.

-Veamos como aguantas esta vez -le susurró al oído quien estaba encima suya mientras metía sus manos por debajo de la ropa del rubio.

Las manos de aquel sujeto recorrían todos los rincones de su cuerpo sin mucho esfuerzo mientras los músculos de Lawlees se tensaban al sentir el roce en esa parte sensible de su cuerpo al mismo tiempo que la lengua del que se encontraba encima suya recorría sin negaciones el interior de su oído.

-¿Colaborarás? -susurró quien estaba sobre él insinuante.

Pero a Lawlees no le engañaba con ese tono, lo hiciera como sino ellos continuarían y no se irían de allí hasta haberlo conseguido. Asintió cediendo y sus manos al igual que todo su cuerpo fue liberado enseguida, recobrando la sensibilidad en sus manos se puso de rodillas frente a ellos, con las piernas separadas para poder sentarse en el suelo sin necesidad de estirarlas. Lawlees odiaba a esos tipos pero no podía hacer nada, resignado por la situación comenzó a desvestirse tal y como él sabía que a ellos dos les gustaba mientras las miradas de ambos estaban clavadas en el rubio disfrutando del espectáculo.

Lich observaba todo con mucho detalle sonrojándose al ver aquel rubio desvestirse de manera tan sensual y quedar completamente desnudo frente a ellos. En ese momento Lich no tuvo una buena sensación y siguió muy atento por si pasaba cualquier cosa poder intervenir.

-Ahora date la vuelta en cuatro patas -le dijo uno al momento que sacaba una navaja.

Lawlees tragó saliva temeroso de siempre tener que aguantar sin su consentimiento esa parte que venía la cual para él era la más dolorosa tanto físicamente como psicológicamente, miro al suelo sin ganas de obedecer pero no le quedaba otra además cuanto antes empezara más pronto terminarían y le dejarían en paz, hacían siempre lo mismo. El rubio iba a obedecer cuando de repente apareció Lich pegando patadas extremadamente fuertes a los dos hombres que le estaban a punto de obligar a hacer algo que Lawlees en verdad no deseaba y además por si fuera poco al menos uno de ellos iba armado con una navaja.

-¿Quién eres tú? -se levantó del suelo muy cabreado quien poseía la navaja.

-Nadie te ha invitado -añadió el otro hombre que al principio estaba encima del rubio.

-¿Y vosotros qué pensabais hacerle? No puedo consentir que le estuvieseis a punto de forzar a hacer algo que él no quiera -respondió desafiante.

-No sabes quienes somos ¿verdad? -sonrió desafiante.

-No me das miedo.

Lich estaba decidido a salvar a ese rubio aunque para eso se tuviera que enfrentar a las peores personas de la ciudad, su mirada determinativa hizo a Lawlees ver un rayo de luz en la oscuridad de aquella noche. Aquel joven de pelo negro enfrente suya para Lawlees era un ángel.

El hombre de la navaja peleo un poco contra Lich para que este se asustara y huyera consiguiendo hacerle unos cuantos cortes en las piernas, pero en vez de huir Lich seguía allí de pie luchando por Lawlees y a este último le conmociono que alguien estuviera luchando por su bienestar. No sabía como agradecerle ese favor tan grande que le estaba haciendo ese joven de cabellera oscura. El cansancio de todo el día comenzaba a hacer efecto en Lich quien recibió un golpe del otro que le mando para atrás, pero su espalda no chocó contra la pared, Lawlees se había interpuesto recibiendo él todo el daño.

-Desde luego no cambias ¿eh? -hablo el hombre que había dado aquel golpe tan fuerte a Lich pero que Lawlees recibió la peor parte en su lugar.

Lawlees no escuchaba, el olor de esa sangre despertaba sus instintos más oscuros.

-Ángel-chan por favor perdóname por esto -le susurró a Lich en el oído.

No se resistió ni un segundo más y clavó sus colmillos en esa piel tan delicada sorprendiendo a Lich dos veces seguidas, la primera era la primera vez que alguien le llamaba ángel y la segunda al parecer ese chico era realmente un vampiro. Le bastó unos pocos segundos para recobrar una mínima parte de su autentica fuerza oculta de vampiro, se aparto de Lich en cuanto bebió un poco y decidido a acabar él mismo con eso se enfrento al hombre de la navaja. Ahora se sentía que nadie podía con él. Una vez ese hombre huyó Lawlees se acercó a Lich para decirle algo pero las fuerzas le fallaron y se tambaleo cayendo sobre Lich completamente desnudo.


A medida que avance la historia iré metiendo acción y romance.

La historia de Lich y Lawlees.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora