Capitulo 13 Aunque la nerd se vista de seda, nerd se queda

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Me encontraba haciendo la tarea, hasta que el timbre de la puerta sonó

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Me encontraba haciendo la tarea, hasta que el timbre de la puerta sonó. Al ver que nadie abría, dejé los cuadernos a un lado, me levanté del sofá y caminé hacia la puerta. Parada frente a mí estaba Melanie, con una bolsa negra abultada.
¿Qué pasa? —le pregunté confundida, apuntando la bolsa.
Ya es fin de semana, es hora de la fiesta —entró haciendo un baile raro. Se acercó a los cuadernos, los cerró y los dejó sobre la mesa.
Estaba haciendo la tarea —dije, pero no le importó en absoluto; además, no quiero ir a esa fiesta, tengo mucho que estudiar.
No me mientas, estoy en las mismas clases que tú y no tenemos tanto que hacer —acomodó la bolsa sobre el sofá; a menos que no seas Keysi, ella jamás se quejaría de que tiene mucha tarea.
No me estoy quejando —expliqué; es solo que prefiero quedarme haciendo la tarea que ir a una fiesta donde habrá alcohol y sexo —crucé los brazos.
Nadie dijo que habría sexo —la miré incrédula. Bueno, tal vez lo habrá, pero nosotras vamos a divertirnos.
Ve y diviértete tú, yo no iré —dije convencida, para luego bajar los brazos.
Si tú no vas, yo tampoco iré. Eres mi mejor amiga no me puedes fallar, además, Austin dijo que iría, así que no estarás sola —hizo un puchero.
Negué y me acerqué a ella —no iré. ¿Qué hay en la bolsa?
Esto —acarició la bolsa— mi querida Keysi, es tu transformación —la miré mal y me giré, e inmediatamente me cogió del brazo. ¡Por favor! Tienes que ir conmigo.
No me pondré lo que tengas allí —apunté a la bolsa, mientras negaba con la cabeza.
De alguna manera, terminó convenciéndome, aunque no del todo, no me pondría lo que había llevado. Usaría algo que ella escogiera, pero de mi clóset.
Me coloqué unos jeans blancos algo ajustados y un blusón azul, acompañado con unos Convers blancos. Melanie me obligo a llevar el cabello suelto y, a pesar de que intentó ondulármelo, me negué.
¡Guao! Una perfecta “O” se formó en sus labios, y después sonrió —te ves genial.
Cogí las gafas y me las coloqué. La única condición que le pedí era que, no importaba qué pasara, llevaría mis gafas puestas, y no le quedó otra opción más que aceptar.
No me quise mirar en el espejo, era algo nuevo para mí, no quería ver lo ridícula o rara que me veía, tan solo quería imagi-

nar y sentir que era yo.
Aunque, claramente, me sentía diferente, un poco incómoda y extraña. Realmente no quería ir a esa fiesta.
Bajamos las escaleras encontrando a mi madre sentada sobre el sofá, mientras bebía whisky directo desde la botella; eso me sorprendió, algo andaba mal con ella. Se giró, nos observó, se puso de pie para acercarse hasta nosotras.
Keysi —sonrió; te ves bien —comenzó a subir las escaleras aún con la botella en las manos, hasta llegar a su habitación.
Salimos de la casa, Luke nos llevó hasta la dirección que Melanie dijo. Nos bajamos y vimos una casa enorme, color azul pastel; solo había unas cuantas personas fuera. Entramos y escuchamos la música electrónica.
Ahora vuelvo —dijo Melanie, para después salir corriendo hacia donde estaba Erick; al instante se abrazaron.
Observé la hora, eran las diez de la noche, era extraño que no hubiera tantas personas. Comencé a pensar en la posibilidad de que fuera una broma.
A los pocos minutos, demasiadas personas desconocidas comenzaron a llegar y la casa no tardó en estar repleta.
¡Que comience la fiesta! —exclamó alguien, y la música subió a todo volumen.
Algunos empujones se hicieron presentes, personas hablando y bebiendo por todos lados. Definitivamente no quería estar allí; me giré para salir, pero choqué con alguien.
Lo siento —traté de hablar fuerte para que me escuchara en medio de la música tan fuerte, y bajé la vista.
No, perdona, yo lo siento —su voz… alcé la vista. ¿Keysi?
Hola Ryan —sonreí.
¡Guao! Te vez genial.
Gracias —mantuve la sonrisa.
Lindsay se acercó y Ryan se giró; inmediatamente, los brazos de la pelirroja cubrieron su cuello.
Me giré y comencé a caminar hacia otro lado, sin tener un destino fijo —solo quería alejarme de Lindsay.
Se podría decir que Ryan era mi amigo después de lo que me dijo, pero no significaba que toleraría a sus amigos. Éramos tan diferentes que nunca me podría mezclar con los populares.
Traté de ubicar con la vista a Melanie, pero no la encontré. La casa estaba repleta así que, si comenzaba a buscarla, se me haría muy difícil encontrarla. Buscaría su rostro y la perdería, pasaría por donde ella estuvo —jugaríamos “al gato y al ratón”, pero ella se iría.
Me senté sobre un sofá color rojo que estaba en la entrada de la casa; las personas pasaban frente a mí, riendo. Siempre fui invisible y cuando los demás comenzaron a notar mi presencia, era para burlarse u obligarme a que hiciera sus trabajos.
Sabía perfectamente cómo era la sociedad, cómo eran los populares, y cómo éramos los nerds; también era consciente de cómo íbamos a ser tratados.
Comencé a arrepentirme por haber aceptado ir con Melanie. Si me hubiera quedado en casa, en este momento estaría leyendo un buen libro o pensando en aquellas mujeres que dejaron alguna huella a través de sus actos.
Vamos a bailar —me dijo un chico, que a simple vista se notaba lo ebrio que estaba.
Se suponía que tenía que disfrutar de la primera fiesta a la que iba —nunca en toda mi vida había asistido a alguna otra, solo a los cumpleaños de Austin y alguno que otro de Melanie.
El chico se estaba tambaleando mientras reía como un desquiciado.
No sé bailar —dije, e inmediatamente guardé silencio, esperando a que se fuera.
Yo te enseño —dijo y comenzó a bailar, moviendo el trasero de una manera muy extraña, mientras agitaba sus manos.
¡No gracias! Me levanté del sofá y comencé a caminar, alejándome mientras lo dejaba bailar solo.
Salí al patio, en donde gran parte de los chicos se encontraba bailando al ritmo de la música electrónica —bueno, al menos la mayoría, mientras que otros hacían un intento por mantenerse en pie a causa del alcohol.
Di un paso hacia atrás y sentí cómo mi cuerpo chocaba con

You Are My Nerd [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora