10 de octubre de 2003, Baltimore, Maryland.
Sonó el despertador. Me levanté, me cambié, desayuné y me fui a la escuela con Chris,como todos los días.
Matemática. Odio matemática. Como era de esperar, no entendía nada, por lo que me pasé toda la clase dibujando en un cuaderno. Cuando me di cuenta, la profesora me estaba mirando.
-Cornell, podría prestar atención a mi clase?
-Sí, perdone.
-Se va a llevar tarea extra, Cornell.
-No, perdone, voy a prestar atención. Perdone.
-El momento para prestar atención ya pasó.
-Vieja de mierda. -dije en voz baja, pero lo suficientemente alto para que me escuchara.
-Que dijo, señorita Cornell?
-Ehh, nada. -mientras notaba como mis mejillas se ponían rojas.
-Bueno, además de tener tarea extra, se va a quedar en detención.
Mierda.
Terminó la clase y fui al salón de detención. Doble mierda.
Cuando entré estaba Alex sentado al fondo del salón. Me quedé mirándolo por un momento, parecía muy entretenido escribiendo en un papel.
-Cornell, sientese.
En ese momento, Alex se dio cuenta de mi presencia.
-Kim! Sentate conmigo.
Me acerqué y me senté con él.
-Por lo visto vos también estás en detención. Que hiciste? -preguntó.
-Le dije a la profesora de matemática que era una vieja de mierda.
-En serio? -rió.
-Sí. Vos que hiciste?
-Estaba escribiendo esto y el profesor me vio. -me mostró un papel con la letra de una canción.
-''Hometown Heroes; National Nobodies''. -leí.
-Sí, me falta hacerle un par de arreglos, pero sí, así se llama.
-Podrías... cantarla...? -solté.
-Hoy íbamos a hacer un ensayo y la íbamos a cantar, pero acá estoy...
-Hasta que hora nos tenemos que quedar?
-Hasta las 16:30. Falta media hora, si queres a la salida te acompaño a tu casa.
-Seguro? No te molesta?
-No. -sonrió.
Seguimos hablando hasta que fue la hora de irnos.
Caminamos hasta mi casa y paramos en la puerta.
-Nos vemos, Alex.
-Nos vemos, Kim.
Entré a mi casa. No había nadie.
Es tan lindo. Además canta... es perfecto...
Dios, estoy enamorada del amigo de mi hermano... esto es realmente patético.