21 de octubre de 2003, Baltimore, Maryland.
Mientras esperaba para entrar a clases, un chico se acercó a mí.
-Me llamo Taylor. También entré este año a la escuela y no hice ningún amigo todavía...
-Yo tampoco, te entiendo. -lo interrumpí.
-...por eso voy a hacer una fiesta para Halloween el viernes 31, te gustaría venir?
-Claro, me encantaría. -sonreí.
-Genial, nos vemos en la fiesta entonces. -sonrió mientras me entregaba una tarjeta con la dirección y la hora.
Me di la vuelta y me encontré con los ojos verdes de mi hermano, clavándose en los míos, del mismo color.
-Quién era ese? Tu "amigo Evan"? -interrogó y marcó las comillas con los dedos.
-No... era un chico nuevo, se llama Taylor y me invitó a una fiesta de Halloween en su casa.
-Ah. Y cómo está Evan? -dijo con su clásico tono sarcástico.
-Bien, está bien.
-Ah, sí? Porque al parecer en tu curso no hay nadie que se llame Evan...
Mierda. Como se dio cuenta?
-Es que...
-Con quién saliste el sábado Kim? -inquirió.
-Conmigo. -interrumpió Alex, que había aparecido atrás de mi hermano.
-Saliste con él? -dijo Chris, señalando a Alex con cara de asco mientras me miraba.
-Sí, salió conmigo. Tranquilo Chris, no hicimos nada, simplemente tomamos un helado. -dijo mientras yo asentía con la cabeza.
-Ah. Más les vale. -dijo Chris mientras que se iba.
-Gracias. -le dije a Alex.
-De nada. Lo único que espero que no esté enojado conmigo.
-No, supongo que no.
-No entiendo cual sería el problema, somos amigos, no?
-Sí. -respondí.
Miré la tarjeta que me había dado Taylor.
-Te invitaron? -dije, mientras le mostraba la tarjeta.
-Sí, vas a ir?
-Sí, necesitaría un disfraz, pero sí, supongo que sí. -sonreí.
Tocó el timbre de entrada a clases y nos despedimos.