Fin

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Llevo toda esta semana desde que salí del hospital sin dormir, actualmente estoy en mi casa en el distrito dos, no me dejan acercarme a los cristales, cuchillos, cosas cortantes o escaleras.

Es ridículo que solo me dejen bajar la escalera si alguien sostiene mi mano, desde que desperté no he hablado ni siquiera he hecho algún tipo de gemido, es inmaduro pero no voy a gastar mi voz en marionetas que ni intentaran entender mi situación.

Me levanto de la cama, tengo una ojeras enormes, toco una campanilla que hay al lado de mi puerta y entra rápidamente Anne, la mujer que cuido de mi desde mi infancia, me acompaña mientras bajo las escaleras y cuando me siento en la mesa me sirve el desayuno.

Antes de que acabe el desayuno escucho una voz en la puerta que grita que le dejen pasar.

Ando a la entrada de la mansión y veo a Finnick que fácilmente quita de en medio a los guardias y me abraza.

-Necesito hablar contigo Mel- dice él, suena preocupado.

No contesto, agarro su mano y subimos hasta mi habitación, se sienta en la cama y yo que llevo una bata me acerco al armario y saco mi ropa, me desnudo sin que me importe el que Finnick este observándome.

Ya vestida sigo notando la mirada penetrante de Finnick en mi, cojo una silla y me siento delante de él esperando que hable.

-Me han dicho que desde que despertaste no has hablado así que supongo que no vas a dedicarme ninguna palabra- dice y veo una chispa en sus ojos de esperanza, ¿Finnick me entiende?

-Se que es duro para ti la muerte de tus seres queridos pero no puedes convertirte en un envoltorio vació más del Capitolio Melanie- presto especial atención a sus palabras interesada.

-Se que no quieres hacerlo pero te estás convirtiendo en una más de las muñecas del capitolio- añade y realmente me lo cuestionó ¿Quiero eso?

Ni yo me espero hablar pero lo hago, Finnick me entiende, Finnick me quiere.

-No quiero eso- digo, mi garganta se nota muy seca y mi voz sale ronca.

Finnick parece sorprendido al principio pero rápidamente borra todo rastro de emociones de su cara.

- Melanie tu y yo sabemos lo que les pasa a los tributos jovenes, tu sabes bien como venden a los tributos ganadores- dice, cierro los ojos, lo sé ¿Van a vender mi cuerpo? No me había dado tiempo de pensar en ello y ahora que lo hago siento ganas de vomitar.

-Este año el Capitolio va a intentar venderme lo más probable- Abro los ojos sorprendida.

-También lo van a intentar contigo Melanie- mi mente colapsa, demasiada información.

-No quiero eso- digo, mi voz suena ronca.

Finnick pasa su mano por mi pelo apartando varios mechones de mi cara.

-Cásate conmigo Melanie- saca una pequeña caja de su abrigo y la abre mostrando un anillo de plata con diamantes, lo miro durante un momento y luego miro a Finnick.

-Cásate conmigo Melanie- saca una pequeña caja de su abrigo y la abre mostrando un anillo de plata con diamantes, lo miro durante un momento y luego miro a Finnick

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