El de la foto es el hermoso Jayce lo siento chicas es de Kiry(Camile).
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-¡Vamos, levántate Blair!-
Escucho la voz de Marcos fastidiando, joder...
-Dios, quieres callarte-
Le digo yo con muchísimo sueño.
Aprieta un botón y las persianas de la habitación se levantan haciendo que toda la habitación este iluminada.
-Asco de viejo déjame quedarme un ratito más-
Miro la ventana y veo que fuera esta lloviendo con fuerza, él se queda estático al lado de la ventana.
-Vale me levanto, pero sal ya de mi habitación viejo-
Le digo dando vueltas en la cama mientras hago un gran bostezo, este sale por la puerta dejándome sola en la habitación así que me levanto de la cama y me meto en el baño para empezar a ducharme.
Salgo de la ducha y me visto con la ropa que anteriormente Marcos dejo sobre mi cama, es el uniforme para el entrenamiento, este es gris con un número en el torso, arriba a la izquierda justo en el corazón que corresponde a mi distrito.
Salgo de mi cuarto con las botas que corresponden al uniforme ya puestas y voy hacia el piso cero donde esta el comedor para desayunar junto a los demás tributos.
Al entrar noto la mirada de la mayoría de los tributos sobre mi, tampoco es que me importe, me dirijo a la barra libre a pillar mi desayuno y me vuelvo a mi mesa que esta totalmente vacia, "wow que habilidad para hacer amigos tengo" pienso.
Veo a una chica de pelo cafe acercarse para sentarse a delante mia, lleva su mano al frente para que las estrechemos.
Después de tres segundos sin entender lo que quería comprendo que quiere intentar ser mi aliada y le estrecho la mano que me extendió, en los entrenamientos veré si es un punto a favor o no para mi y así decidiré si me es útil.
-Hola, mi nombre es Camile soy del distrito 6-
Dice sonriendo y suelto su mano cuando acaba.
-Melanie Blair, distrito 2-
Digo algo fastidiada y veo su mirada de confusión, seguramente no esperaba que fuese una de los profesionales y que no estuviese con ellos, por curiosidad miro a la mesa de los profesionales y veo a los tributos del 1,3, la chica del 4 y a Steeve con su típico aire de superioridad.
Me acuerdo de que enfrente sigue Camile esperando a que hable.
-Perdona, me quede pensativa-
Le digo por pura educación.
- Oh, no pasa nada a mi también me suele pasar-
Dice haciendo una sonrisa bastante falsa.
-Te agradeceria que dejases de sonreir de esa forma, me das repelus-
Le digo sin alguna muestra de arrepentimiento, odio a la gente falsa.
-Bien, gracias, creia que se me iban a caer los mofletes joder-
Dice empezando a soltarse, parece que ya es ella misma.
Mira hacia la puerta desde donde entra un chico alto con el pelo castaños y ojos grises, es guapo pero Finnick es... Simplemente Finnick.
Se sienta a la derecha de Camile y me sonrie, joder otro con las sonrisas falsas.
-Borra esa sonrisa de la cara o yo misma me encargaré de destriparte en la arena de juego-
Le digo, no hablo enserio pero veo como se tensa, me mira serio y me pongo a reir como posesa, casi todo el comedor me acaba mirando.
-Era broma, que aburridos sois los del 6-
Se que es del seis porque su uniforme lo pone.
-Joder, que bromas tan, desagradables-
Dice Camile, estos tienen rollo seguro.
- Ah, bueno como sea ya acabe mi desayuno-
Digo bostezando.
-¿Por cierto tu nombre es...?-
Le pregunto al chico mientas Camile me mira fijamente, parece algo celosa.
- Jayce-
Responde él un poco cortante, creo que no le hizo gracia mi bromita, me levanto de la mesa y salgo del comedor dirigiéndome a donde se que esta el bar, quizás el alcohol me haga olvidarme de que Finnick siente lástima por mi y por eso ayer cuando lo conocí correspondió a lo que le pedi.
Entro en el bar que es bastante obscuro, huelo el olor a drogas que hay en la habitación, no me importa mucho.
Veo a un señor con el pelo blanco por encima de los hombros sentado al lado de una hermosa peliroja, seguro que pueden ser buenos compañeros de conversa, me siento al lado de la pelirroja en la barra que solo es ocupada por ellos.
-Buenas, Melanie Blair distrito 2, ¿Podían pedirle una copa de whisky al camarero de mi parte? Estoy segura de que a mi no me la dara-
Digo haciendo una sonrisa casi tan falsa como la que hacia Camile en el comedor, la diferencia es que yo se ocultar que la mia es falsa.
Ambos me miran y veo al hombre negarle a la chica con la cabeza, ella lo ignora y me sonrie.
- Mi nombre es Katharina, encantada cielo-
Dice guiñando me el ojo, no me desagrada, soy consciente de que me esta coqueteando por que esta más que borracha.
-¡Hey tu! Camarero tráeme una copa de whisky y apuntala en mi cuenta-
Dice y veo al camarero comenzar a llenar un vaso con whiskey.
-¿Y usted?-
Pregunto mirando al hombre que se sitúa al lado de la peliroja.
-Haymitch-
Dice muy cortante, wow pedazo amargado.
El camarero me deja la copa enfrente y me llevo la mitad del líquido del vaso a la boca. No es la primera vez que bebo, el año pasado y a principios de este lo hice en el cumpleaños de Susan, la hija de la señora que me cuidaba, recuerdo que ambas pillabamos una botella de una de las estanterías de la cocina sin que nadie se enterase y pasábamos toda una noche en vela hablando y bebiendo.
Veo que me quedan unos 10 minutos para tener que ir a entrenar con los tributos, mierda.
-Bueno amigos, me tengo que ir y seguramente mañana ni me recuerden ya que estan muy pedo pero igualmente nos vemos en otro momento-
Digo despidiéndome con la mano, Katharina se despide efusiva con la mano, tendrá más de 25 años pero se comporta como si tuviera fuera una niña, me resulta muy mona.
Salgo del bar y voy corriendo hacia el ascensor que se abre nada mas le aprieto el boton, cuando las puertas se abren noto por que, Finnick esta bajando y una hermosa rubia despampanante lo sujeta del brazo mientras le coquetea, creo que voy a potar.
No digo nada y ambos salen del ascensor, sin que la rubia se de cuenta mantenemos un contacto visual ambos en el que yo le pregunto con la mirada que coño hace con esa rubia, no estoy segura de si me ha entendido pero aparta la vista y las puertas del ascensor se cierran dejándome completamente sola.
Le doy al botón del piso 2 y nada más entrar cierro la puerta del piso con llave y empiezo a romper todo, cojo una lampara y tiro contra el suelo, ni siquiera espero a ver la hecha pedazos y cojo los cojines y los tiro al suelo, pillo otra lampara y la estrello contra la televisión y ambas se rompen. Me tiro al suelo y comienzo a llorar dándome cuenta de que Finnick solo me utilizo como polvo de una noche.
Escucho pasos y una voz.
-¿Que coño haces Melanie?-
Levanto la cabeza y veo a Steevie reprochándome sin embargo no levanto mi cabeza y la hundo en mis rodillas mientras continuo llorando.
Steeve se enfada y me agarra de la muñeca levantando me del suelo y aprovechando que estoy indefensa me pega un puñetazo en la mandíbula, dios eso dejara marca. Me tira al sofá.
-¿Ahora a quien le gritarás si te molesto? ¿Eh?-
Me pregunta socarrón mientras se sube encima mia y me empieza a recorrer mi cuerpo con sus manos, mueve sus manos por mi cintura casi parece que la acaricia, intento quitarlo de encima pero no puedo y continuo llorando.
Se aburre de toquetearme y decide besarme, muerde mi labio hasta hacerlo sangrar y luego me doy cuenta de que si no lo paro ahora hará lo que quiera conmigo así que le pateo con la rodilla haciendo que caiga al suelo retorciendose de dolor, le pego unas cuantas patadas en el estómago asegurándome de que por lo menos le rompí dos costillas.
-Eres un desgraciado Steevie, ten cuidado en la arena por que en cuanto te despistes ahí estaré yo para acabar con tu miserable vida-
Le digo con asco, el me mira furioso pero no se puede levantar por el dolor.
Entro corriendo al baño y veo un enorme moraton en mi mejilla derecha, tampoco es que me importe la verdad asi que cojo un perfume de los que hay en una repisa y me lo echo encima ocultando el olor a alcohol.
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Capítulo acabado, espero que les haya gustado <3
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Melanie
FantasyMelanie Blair es una chica indecisa que se ofrece voluntaria en el distrito dos, ella fue entrenada toda su vida para los juegos pero nada es lo que parece y en la arena nada será fácil y menos cuando tu propia vida se convierte en los juegos. Conte...