Saga Elementos y Sombras III: Fuego Unificador

Capítulo 17

Elliot POV

El grito de Aaron hizo que mis oídos sangraran y mi cabeza doliera. Me senté en la cama junto con Aaron. El pequeño rubio empezó a hacer una mueca de dolor y dirigió su mirada a su muñeca. La piel tersa y blanquecina, ahora se encontraba enrojecida y aquella marca que decía "Casa Smith" ahora se encontraba naranja y brillante, similar al color que gana el acero al ser fundido.

-¡Debes llevarme a Frictus!- Exclamó el rubio con lágrimas en sus ojos. Me dispuse a tomar un abrigo para cubrirme y no estar semidesnudo ante teletransportarnos allá, esto me pasa por dormir en Bóxers; pero antes de poder buscar un abrigo, Aaron siguió hablando- ¡No, no es demasiado tarde!- Grito Aaron hacia el vacío de la habitación, ¿Con quién está hablando?, era obvio que conmigo no. Supongo que con...- ¡No, Omen, no puedes decirme eso! ¡No, por favor!- Habla con las voces en su cabeza y al parecer no era nada bueno lo que le estaban diciendo.

Envié a la mierda la idea de buscar un abrigo para mí, corrí de nuevo junto a Aaron y lo abracé fuertemente. En el momento en que lo tuve entre mis brazos me concentré en mi habilidad de teletransportación, tanto como me podía concentrar con Aaron cerca. Nuestro cuerpo se desintegró en miles de luces azules, la primera vez que realicé este proceso me dolió demasiado, ahora ya estoy acostumbrado.

Una corriente de aire frío recorrió mi cuerpo y pude empezar a sentir el frío que quemaba mis pies. Abrí mis ojos para encontrarme con el nuevo paisaje, habíamos vuelto a Frictus, una zona azotada por mi maldición, pero aun así tan helada que pareciese que esta Zona perteneciera a Sarah y no a mí. Recuerdo que en el tiempo que pasé en el instituto humano, nos explicaron que esta zona solía llamarse Canidé? antes de la Gran Guerra, ¿o era Canadá?, da igual...

Aaron salía corriendo en cuanto las luces de teletransportación se esfumaron, el cruzó la calle en dirección a la casa de su abuela y su hermano. El rubio se llevó una mano a la boca en cuanto abrió la puerta de la casa.

Mire hacia todos los lados, asegurándome de que no hubiera nadie cerca, el resultado fue obvio, nadie salía de su casa por miedo a ser aplastado por uno de los rayos que caían contra esta zona o por temor a ser cegados por el sol.

Abrí mis alas y en un par de aleteos ya estaba junto a Aaron. La situación frente a nosotros era realmente preocupante, todos los muebles de la que antes había sido una casa hermosamente organizada, se encontraban en el suelo o rasgados completamente, los cuadros con fotos de Cameron con Agnes se encontraban partidos y esparcidos por el suelo.

Aaron intentó salir corriendo en busca de su familia pero lo detuve con un agarre en su brazo.

-No sabemos si es seguro, quédate atrás de mí- halé a Aaron contra mi espalda, posicionándome frente a él, lo cubrí y envolví entre mis alas que ahora son tan fuertes como el diamante, el perfecto escudo. Ignoré la resistencia de Aaron a ser protegido por mí, mientras tanto intenté hacer aparecer mi armadura que me fue obsequiada al obtener mi nuevo cargo como arcángel, la armadura apareció, sí, pero me sentía demasiado cansado por ello, nunca me había sentido tan débil por tan sólo adquirir mi forma Mythi. Tome la espada que apareció junto a mi armadura, dispuesto a enfrentar lo que hubiera en la casa para buscar la familia de Aaron, pero una molestia en mis alas, me lo impidió

Aaron se había liberado de mis alas gracias a un campo de fuerza, ahora él se encontraba enojado frente a mí.

-No necesito que nadie me proteja- Bufó el rubio, asesinándome con la mirada- Soy el último sobreviviente de las banshees, El señor del inframundo, el amo de la Oscuridad y la voz de la Muerte.- Aaron se dispuso a subir las escaleras de la casa mientras en sus manos había creado una esfera de energía oscura y en su otra mano un campo de fuerza como escudo. El rubio se giró un momento hacia mi dirección- Parece que el que necesita protección eres tú, estás muy pálido y te ves cansado. Ten cuidado, quédate tras de mí.