Verano.

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— ¿¡Ahora resulta que también cantaremos luego del festival de arte? —se quejaba un chico, rodando los ojos.

—Pero que chorrada, tio...

—Espero que al menos sea alguna canción chula.

—Lo dudo...

—De acuerdo, guardad silencio —interrumpió el maestro colocando unos carteles en el pizarrón—.  ¡Vamos! ¡Pensad que soy yo quien se tiene que tragar vuestros cotilleos!


Hacía una mañana muy soleada, los rayos del sol invadían y traspasaban las ventanas, curiosos por ver el alboroto que se formaba en el salón de música. Apoyaba mis codos en el escritorio y sostenía mi mentón con mis manos en señal de aburrimiento.


—En la pizarra están escritos los proyectos asignados a cada uno —explicó señalando uno de los carteles—.  Aunque claro, no tengo mucho que ver aquí. Es solo un recordatorio de parte de vuestro maestro de artes.


Fotografía.


Pues nada, a tomar por culo desde ya, que yo no se nada de eso...


¡Anda! Entonces, ¿Por qué tanta emoción, profe Samuel? —preguntó uno de los chicos, un tanto burlón

Pues que, como sabréis, tendréis que cantar algo en conjunto para el cierre del festival; y seré yo quien os ensaye. —respondió colocando el último trozo de cinta al segundo cartel.

Ostia, ¿Qué acaso no es trabajo del profesor de música?

¡Cierto! Usted solo es nuestro profesor encargado. —agregó otro chico.

Él está a cargo de ultimo año, así que me he tomado la libertad de ensayaros a vosotros; y ya veréis, ¡Os haré cantar tan bien que me haréis sacar lagrimas! —aseguró, presumido.

¿¡Hacerlo llorar!? ¡Venga ya, quiero ver eso! —comentó burlón uno de los chicos de hace un momento.

Vale, la canción ya muchos debéis conocerla, si no, he colocado la letra en el pizarrón. Venga, de pie.


Nos levantamos con un tanto de mala gana y un chico comenzó a tocar el piano. El profesor nos dio una señal y empezamos a cantar. El resultado fue igual a un coro de zombies sin desayunar su ración de cerebro. La canción me la sabía muy bien, no tuve necesidad de mirar al frente, por lo que encontré "diversión" mirando a mi alrededor.


Y de repente, me fijé en un chico.


Le miraba de reojo y noté que no cantaba.


Miguel Ángel Rogel Ruiz.


Se le conoce por ser el "alumno ejemplar". Sin embargo, ahora mismo fingía cantar.


"Como si fuese a cantar semejante gilipollez" Era lo que se leía en su rostro.


Le observé discretamente todo el ensayo. No cantó en ningún momento.


Pronto, se hizo tarde y las clases acabaron. Me encontraba en los casilleros junto con Cheeto, sacábamos unas cosas para luego marcharnos a lo nuestro.

Classmates ||RUBELANGEL||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora