Classmates ||RUBELANGEL||

Otoño. I

-¿Ya tenéis todos una fotocopia?

El maestro de literatura se paseaba entre nuestros escritorios, asegurándose que no hubiese ningún alumno sin fotocopia. Se trataba de un poema de amor que tendríamos que analizar verso por verso. "Otro otoño triste" ponía el primer poema.

No a muchos les interesa esta clase, a mis alrededores habían chicos cayendo del sueño, otros, revisaban sus móviles sin mucha vergüenza y otros, como yo, fijamos nuestra atención en otros asuntos e ignoramos al maestro.

-Vale, lo leeremos completo antes de comenzar con el análisis -indicó el profesor, comenzó a leer-. "Ya el otoño frunce su tul..."

Me gusta alguien.

Usamos el mismo uniforme.

Los mismos zapatos.

"¿Dónde quedó el calor

del tiempo pasado,

la fuerza y la juventud

que aún siento latir?"

Tenemos la misma edad.

Vamos al mismo curso.

"Se fue quizás con los días cálidos,

de los momentos que a tu lado viví.

Y así esperando tu regreso,

otro otoño triste ha llegado sin ti "

Yo le miraba fijo y él a mi, de reojo. A Miguel le gustaba mantener cierta discreción en sus miradas; y prestar un poco más de atención a la clase. De igual forma, la complicidad en nuestras miradas era obvia para quien prestara atención. Pocos momentos fueron en los que Miguel ni siquiera volvía a mirarme por atender a la clase. Es el alumno "perfecto", después de todo.

***

Es de mañana y camino junto con Miguel a la escuela. Hacía una mañana lluviosa y fresca, por lo que hoy usaba una sudadera de colores, mi favorita; mientras que Miguel usaba la chaqueta a juego del uniforme. Caminábamos bajo un solo paraguas, el cual, sosteníamos de manera en que se podría decir que ambos lo cogíamos del mango, como tomándonos de la mano. Durante todo el trayecto, no cruzamos muchas palabras. Miguel no se encontraba muy platicador este día.

Ayer sucedió algo muy curioso. Salí de gimnasia junto con Cheeto y me ha interrogado sobre mi "relación" Miguel. Además me ha contado que nos han visto regresar juntos a casa; y que incluso él mismo nos ha pillado cruzando miradas en literatura. Me ha dado un pequeño sermón sobre que él y yo somos "distintos", que; aunque no es asunto suyo, llamamos mucho la atención y que ya están corriendo "esa clase" de rumores sobre nosotros.

"Rumores típicos de escuelas solo para chicos"

Me he echado varias risas en su cara cuando ha dicho eso. A decir verdad, no me imagino a tanta gente al pendiente de nosotros, como plantea Abraham.

-Vale, desde acá sigo solo -anunció-. O si quieres, te adelantas tu.

-Pero, ¿Qué coño dices, tio? -protesté-Si ha sido tuya la idea de caminar juntos al insti hoy, mira que yo te dejaba el paraguas a ti solo, ¿Eh?