Querido Diario #6

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Puedo escribir lo que desee en este diario, así que no me digan más.

Bueno, les explicaré. Luego de que vi a Sherlock morir en mis brazos, todo se hizo tan brillante y destellante que aturdió mis ojos, hasta que los abrí tanto que...

— ¡AYYYYYY!—había gritado por ese dolor que me provoco ver morir a mi gran amor.

Todo se volvió oscuro y tétrico, estaba acostada en algo demasiado suave, cuando de pronto escuche que alguien abría la puerta.

Era ¿Mi padre?

—Carolyn—tenía su ¿Pijama?— ¿Qué pasa?

—Papá—lloré sin césar— Sherlock... ¡está muerto!

— ¿Qué? ¿Por qué lo dices?

—Hoy te desobedecí, me dijiste que no fuera a ver a Sherlock a la casa de los vagos y sin embargo ¡Fui!

—Carolyn yo jamás te dije eso, nunca hablamos sobre una casa de vagos y así... ¿Qué tienes? ¿Te has drogado?

—Un momento—sacudí mi cabeza— ¿Qué día es hoy?

—12 de Enero ¿Por qué? Bueno cinco de la mañana del jueves 12 de Enero.

— ¿Qué?

P-pero... le encontraron las drogas a Sherlock el miércoles 11 de enero ¿Qué es esto? ¿Acaso no se volvió un delincuente y me abandonó? ¿Qué pasa? ¿Me volví loca?

—Entonces... ¿Sherlock no es un delincuente juvenil?

—No que yo sepa ¿Por?

—Oh...

Sí amigos, lo de la muerte de mi amor  fue un sueño.

¿Cómo lo supe? Porque desperté.

No solamente eso, había tenido uno de esos sueños tan largos que creías que eran realidad, pero no.

A la mañana siguiente me sentí tan extrañamente aliviada, y si resulta que el 11 fue el día que incriminaron a Sherlock por las drogas que encontraron en su mochila. Así que ¿Hoy es su día consiguiente? No me la podía creer.

Llegue a primeras horas de la mañana, él suele llegar unos diez minutos antes de las 7 am, siempre es el primero en llegar a clase.

Subía las escaleras con mucho miedo, sostenía mi mochila con escepticismo, daba pasos redondamente pequeños, hasta que...

Lo encontré ahí, vivo, gracias por permitirme verlo una vez más

Estaba recargado sobre el barandal, observaba como todos pasaban a sus clases, la mañana nos recogió entre sus suaves deleites que me sentía tan... feliz.

Su apariencia era devastadora, tenía ojeras, moretones en su rostro, el cabello se notaba sucio, desarreglado y mal cortado, sus manos tenían costras en los nudillos (Oh, como en mi sueño), no portaba bien el uniforme, su expresión lo decía todo "Derrotado de la vida".

—Oh mi bendito dios—susurré y caminaba lentamente a él.

Está era mi nueva oportunidad, el destino me había mandado un mensaje de un futuro tan horrible que nos depara a ambos sinos alejábamos. Me dio una señal bendita, no puedo permitir que Sherlock se convierta en vago y mucho menos que lo maten. Tengo que evitarlo.

Y este es el momento para no abandonarlo por nada del mundo.

—P-pero... ¿Qué te paso?

Volvió a darme la espalda, probablemente me odie, no lo culpo, yo le hice daño, pero yo seguí aferrada.

El diario de CarolynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora