-Joder no, otra vez no, esta presión en el pecho y este sentimiento de no ser bienvenido otra vez no, es lo que más odio de este lugar.- Pensé.
No quería creer lo que estaba pasando, era mucho peor que todas las veces que había ido con más amigos, totalmente diferente. Después de preguntar si estaba cómoda con nuestra presencia, el armario de la habitación de abrió, solo, no hacía viento, y estaba bien cerrado, lo que estaba pasando en ese puto momento, no tenía respuesta lógica, ninguna. Eli se acercó al armario y soltó una pequeña sonrisa y dijo que también me acercara, la verdad, es que lo único que quería era salir de ahí, pero no podía irme. Al acercarme al armario, sentí frío, mucho frío, y enseguida, le agarré la mano a mi novia, para sentir un poco de calor, estaba realmente congelado. En el interior del armario había ropa de niña bastante desgastada y con polvo, pero más abajo se podía observar que había un diario, y no un diario cualquiera, el diario de la niña. Eli sin pensarlo lo cogió y lo abrió como si de una revista se tratase, en ese instante se escuchó un ruido en el sótano, un pequeño golpe como de un picaporte intentado abrirse pero no le hicimos mucho caso. Cuando abrió el diario, no pude evitar leerlo, era como si algo me empujara a leerlo. Vimos las primeras entradas, si, definitivamente, era de la niña que vivía allí. Diario de Laura: 17 de Agosto de 1995 Hoy mamá no ha jugado mucho conmigo, me siento un poco sola en esta habitación, y mis juguetes me aburren, ojalá me dejaran salir al jardín a jugar y hacer amigos.
19 de Agosto de 1995 Se escuchan gritos de más niños... Mamá estaba jugando conmigo y de repente a bajado abajo corriendo dejándome sola, tengo mucho miedo.
25 de Agosto de 1995 Hoy Papá ha venido a verme, no suele hacerlo de a menudo y cuando lo hace me pone realmente feliz. Me ha traído un juguete nuevo, con una pequeña nota, donde ponía "Si tú me atas, yo soy feliz".
27 de Agosto de 1995 Papá tiene una obsesión con los periódicos de Agosto, los guarda todos, Papá a veces se comporta raro y eso me asusta. Hace más de una semana que no salgo de mi cuarto, intento llamar a Mamá para que juegue conmigo, pero no me escucha, se pasa los días en el sótano tocando el piano.
28 de Agosto de 1995 No puedo más, tengo mucha hambre y Papá me pega cuando grito buscando a alguien con quien jugar, me obliga a estudiar y no me gusta, me duelen los ojos de tanto llorar, yo solo quiero jugar y ser feliz, espero que Mamá venga pronto a visitarme.
31 de Agosto de 1995 ¡Escucho pasos que vienen hacia mi cuarto! Seguro que Mamá viene a jugar conmigo, soy tan feliz, la echaba tanto de menos, ¡cada vez se acerca más y mis ganas de jugar aumentan! Querido diario, la próxima vez que te escriba te contaré a todos los juegos que he jugado con mi Mamá, tendré muchos recuerdos bonitos con ella.
Y hasta ahí llegaba el diario, esa era la última entrada, solo de pensar que eso era real, que esto le ha pasado a una indefensa niña de verdad, se me ponian los pelos de punta, solo tenía ganas de llorar. No me quería ni imaginar, que cosas horribles le habrán pasado a aquella pobre niña, después de la última entrada del diario. Mire a Eli, y para mi sorpresa, ella estaba llorando, como si de verdad lo sintiera, como si fuera familia de aquella niña, no le pregunté si estaba bien o no, solo la abracé con todas mis fuerzas y intenté transmitirle todas las energías positivas que tenía dentro de mi, aunque ya no me quedaban muchas. Segundos después Eli me pidió que nos fuéramos a casa, que no podía soportarlo más, estaba un poco sorprendido ya que al principio de la noche se veía tan entusiasmada y después de leer el diario se veía tan rota, así que decidimos irnos, dejamos el diario donde lo encontramos y antes de irnos pregunté de nuevo, esta vez a Laura.
-Laura, sabemos lo que te ha pasado, si quieres que volvamos, haznos una señal- Dije seguro de mí mismo.
Se escuchó un ruido, como si un muñeco de su habitación se hubiese caído, así que decidimos volver otro día más adelante. Laura quería nuestra compañía. Al llegar a casa Eli estaba destrozada, se quedó a dormir en mi casa otra vez, y no paraba de llorar, me sentía fatal por ella, en un instante se calmó, de repente, como la noche y el día, me asusté mucho al ver su reacción.
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Espero que os haya gustado! ¡Hasta la próxima! -Yuno
