1,1: Ave de cristal

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   Cuando despierto, tengo diecisiete años.

   Así es: hoy es mi cumpleaños. Hoy se cumple un año de que fui creada, y en doce días se cumple el año de que conocí a Mae Mitchell; mi mejor amigo que murió a manos de unos policías hace ocho meses. Yo lo vi morir. Tiempo después de que eso pasara, volví corriendo al bosque y me reencontré con mis dos amigos Foster y Haden. Los tres planeamos una estrategia para quitar al presidente del gobierno y poder ser libres los Athes. Fuimos a la ciudad y volamos en pedazos la fábrica donde se hacían los Athes; quemamos los papeles que decretaban que éramos esclavos y nos liberamos; esto sucedió hace aproximadamente siete meses.

   El presidente me dedicó una sonrisa maliciosa justo después de quemar los papeles; y en ese entonces me sentía aterrada. Ahora, he caído en cuenta de que ya no está en disposición de hacerme daño gracias a tres razones: ya no le pertenezco, ya no es el presidente y está en la cárcel.

   Hace poco tuvimos un problema mientras decidíamos cómo sería el nuevo gobierno y quién sería el presidente… pero al final todos los ciudadanos votamos por un presidente y Haden salió elegido a los dieciocho años...; aunque hace un mes cumplió los diecinueve.

   El Nuevo Gobierno se basará en esta frase:

   “Él y ella son iguales a mí, y yo soy igual a ellos.”

   Desde el día en el que quemamos los papeles, (que lo llamamos el Día de la Libertad) dejé de ser Kathleen Collins: la hermana menor de Loth Collins. Ahora me he convertido en Kathleen Collins: Libre.

   Soy una persona muy importante en el gobierno, pues yo liberé a todos los Athes. Me encargué de que Foster también lo sea.

   Hace un año, desperté en una casa un tanto humilde dormida sobre un bulto de paja; pero ahora duermo sobre una cama que, en vez de madera, está hecha de oro.

   Cuando volví a casa después del Día de la Libertad… estaba sola. Mi mamá Margaret y mi papá Tom habían desaparecido; y Loth y Albert no fueron excepción.

   Después de eso… interrogaron básicamente a todas las personas que antes trabajaban para el Presidente, pero… o todas se quedaron calladas o nadie sabía nada.

   Como Haden es el presidente ahora ya casi no tiene tiempo para hablar. Antes me la pasaba días enteros de pura plática con él, pero desde que subió a ése puesto en el gobierno no me ha quedado más remedio que estar con Foster.

   Desde lo que pasó con Mae, me siento algo incómoda mientras hablo con él. Es como si todo nos recordara a Mae, así que ya no me gusta hablar tanto con él… cuando eso pasa, siempre tengo a Josephine y a Faber para que me escuchen.

   Hoy es un día especial; así que me levanto temprano (como a las diez de la mañana) y me bajo a la cocina de mi nueva casa a comer algo de pastel que ayer me trajo Cris.

   Justo cuando llego a la cocina… ¡sorpresa! Josephine, Faber, Cris, Tadd, Sophie, Foster y Haden me esperan ahí para alimentarnos de pastel de chocolate.

   -¡Feliz cumpleaños! –Me abraza Foster esbozando una sonrisa. No ha dejado de portarse así de cariñoso conmigo desde que lo conocí; casi no me deja en paz.

   -¡Ya tienes diecisiete! –Me dice Josephine. Por un momento dudo que sea verdad; pero después recuerdo que Josephine es una de las pocas personas en las que puedo confiar.

   Desde que la conocí casi no hablábamos, pero con el paso del tiempo nos hemos hecho más y más cercanas cada día… hasta llegué a contarle a detalle mi vida de antes de volverme revolucionaria. Eso es algo extremadamente raro; pues a nadie nunca le cuento muchas cosas de mí.

Siempre. (Athe 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora