—Entonces... ¿como esta todo? ¿Ya tienes una idea de que vas a hacer?— Me pregunto Monica.
Estábamos en su sofá viendo la quinta temporada de the vampire diaries y tomando helado.
—No, ni una. Por el momento lo único que se es que me voy a quedar en España por un tiempo, ya llame a mi jefe y me dijo que no me preocupara, que me tomara todo el tiempo que necesitase.
—Genial, ya quisiera yo tener un jefe así.
Le sonreí y no pude evitar pensar en la inevitabilidad del tiempo, hace 5 años Monica y yo estábamos así , con 17 años y con la promesa de un futuro brillante, viendo series y tomando helado, sin preocuparnos por nada mas que por el presente. Y no pude evitar decir:
—Ha pasado tanto tiempo, Moni.
—Definitivamente. Mírate chica, estas a punto de casarte y yo estoy a punto de graduarme.
Suspire, era cierto. Mañana conocería a mi futuro marido, no estaba realmente entusiasmada pero tenía una gran curiosidad, ni siquiera sabía su nombre, cuando se lo pregunte a mi mamá ella dijo: "Ya lo conocerás". Lo único que le pude sacar fue que era multimillonario, pero eso ya lo sabía.
— ¿Sabes que haremos esta noche? — dijo Monica sacándome de mis pensamientos.
— ¿Secuestrar a Paul Wesley? — dije señalando la pantalla.
—Já, no, pero me gusta tu línea de pensamiento. Saldremos.
— ¿Saldremos?
—Exacto, salir, ya sabes, tomar hasta ¿emborracharnos?
—Monica —dije con todo de advertencia, me enderece en el sillón — no creo que sea una buena id...
—Claro que es una buena idea —me interrumpió ella, enderezándose también — ¿Cuándo fue la última vez que te emborrachaste? ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a un bar si quiera?
—Yo... umm...
—Exacto, ya no lo recuerdas. Vamos, por favorrrrrrr, solo un bar chiquito.
La mire fijamente. Realmente necesitaba una copa, despejar mi mente.
—Por fiiiiiiiiiiiissss — volvió a insistir ella.
De repente recordé algo.
— ¿No tienes que trabajar esta noche?
—Nop, esta noche no.
Lo pensé, y decidí que no tenía nada que perder. Mañana conocería a uno de los hombres mas arrogantes del mundo. No sabes si es arrogante, no lo conoces. Me recordé a mí misma.
—Correcto, pero será solo un momento.
—Un momentito chiquito —Monica salto de su asiento y me dio un abrazo — Ahora vamos a cambiarnos.
☺
¿Bar chiquito? Monica me llevo al mismísimo infierno.
El lugar estaba lleno, gente sudorosa toqueteándose en la pista de baile y borrachos tratando de llevar a chicas a un motel.
Moni y yo estábamos en la barra, tomando unos tragos, yo ya iba por mi cuarto trago cuando un chico alto, rubio, ojos azules, estoy-mas-bueno-que-el-pan-caliente vino a sacar a Moni a bailar dejándome sola.
Ya estaba en mi novena o decimo trago, realmente perdí la cuenta, cuando un gran tipo, y cuando digo gran, me refiero a gran, gordo y robusto de unos ¿35 años? Más o menos vino a sentarse a mi lado y me comenzó a hablar: