Ausencia.

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Hoy te pido con todas mis fuerzas; a mi lado.

Dime, ¿qué día marca tu calendario? El mío dibuja que es Martes; son las 4:00. Ha sido un día nublado y, pinta para una prometedora tarde lluviosa.
Estos meses se han pasado tan rápido, y yo, que sólo te pienso y escribo. ¡Cómo todos los días tras caer en la cuenta de que te extraño tanto como ayer!, esperando, a la vez, nada de ti y tanto conmigo.

Hoy te escribo porque, hoy, he añorado tus abrazos; esos abrazos cálidos tan capaces de hacer desaparecer esta brisa tan fría que percibo entrar por mi ventana...

¿No haz venido?  Esta mañana me pareció haber escuchado tu risa y, tu voz; tu voz susurrándole palabras al viento para ver si él es capaz de darles vida, ¡tanta vida como la que tú esperas darles, sin darte cuenta que ya lo haces!

¿Por qué no vuelves? Hazlo; vuelve. Vuelve y hazme recordar aquella sensación que provocabas en mí cada que me mirabas, donde, sólo eso bastaba para completar todo aquello que, con palabras, jamás nos alcanzaba.

Debo decir que ya la noche ha caído.
La noche ha caído y, heme aquí. Heme aquí sentada frente a este papel, aferrada, como nunca, a tan pequeño grafito hecho lápiz que me fue obsequiado, por ti, aquella tarde.

¿Y si por fin vienes? He estado imaginando tu sonrisa parada justo en mi puerta con mi reflejo sobre tus ojos; ¿te haz fijado en lo bonito que brillan? Parecen toda una constelación.

¡Y tus manos! Observo tus manos y, me dicen que me quieres; que de verdad lo haces sin saber ellas, ni tú, que yo te quiero aún más. ¡Y vaya! En ese momento, sólo quiero abrazarte y poder jamás soltarte...

¡Hoy te pido con todas mis fuerzas; a mi lado!.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2016 ⏰

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