Fic Malec II

Capítulo 1

NEW YORK

No puedo quejarme, despierto al lado de mi cazador de sombras preferido, Magnus caminado de un lado a otro dentro de su habitación, todo está impecable, ese no es el problema, tal vez estoy inquieto porque hace un par de horas Alec salió a entrenar con sus amigos, no es nada nuevo. Yo también tengo cosas que hacer, pero hace semanas que siento que algo no está bien, algo se me pasa. Volteo a ver a la cuna, Max sigue dormido, me hinco a su lado, aunque mis trabajos ahora son lo que menos importa, se me vuelve a olvidar en que estaba tratando de recordar, lo mismo pasa cada día al ver el rostro de Alec a su lado.

Magnus va a la cocina a preparar el biberón, tal como lo había aprendido gracias a Alec, aunque al oír el llanto del pequeño Arándano ganas no le hacía falta para mandarlo a traer con magia. Da un suspiro al mismo tiempo que apresura sus pasos a la habitación y el celular sonando, Alec al otro lado del auricular.

- Alec!, Garbancito ¿Todo Bien?
- Magnus, sigo en entrenamiento, solo que normalmente a esta hora Max... - un ruido extraño - Jace, espera. Clary. oh Magnus, te decía
- No hay problema Alec, ya tengo a Max con migo - Magnus no le revelo que con un poco de magia había sacado a Max de la cuna hacia su regazo en la cama, y que mientras lo sostenía con su brazo libre, el biberón se detenía alrededor de algunas llamas tenues azules, aunque Max ya empezaba a sostener el biberón por sí mismo, tanto a Magnus como a Alec les gustaba observarlo para que no le pasara nada.
- De acuerdo, gracias Magnus por encargarte de Max, así puedo estar más tranquilo -
- No es ningún problema, quédate todo el tiempo necesario, hoy no tengo absolutamente nada que hacer, salvo estar al lado de nuestro pequeño Max Michael. ¿Cenamos Juntos?
- Claro que si, te amo Magnus, Besos a Max de mi parte -
- Claro, besos Alec, Te amo -

Colgó el celular dejándolo sobre la cama para tomar al pequeño con ambas manos. al terminar la leche, le saco los gases, después jugaron un rato, con juguetes de goma y algo de magia, la sala antes impecable ahora era un caos de pelotas, cubos, colores, purpurina, chispas, brillo y más brillo.

- Es hora del baño Max - El niño empujo una pelota azul con destellos. Y haciendo chistosos movimientos de manos y pies fue hacia Magnus, aunque lo empezó a jalar- ¿Quieres algo de la cocina? - tocan el timbre.
- Pa-pa, tin - apenas empezaba a articular palabras.
- Ven pequeño Arándano - el timbre volvía a sonar. - pero ¿quién es? -
Sin dejar a Max va hacia la puerta.

Se queda paralizado al ver a Jocelyn tras el marco.
Traía puesto un lindo blusón en tonalidades verdes y un pantalón maya negros con unos zapatos negros tipo bailarina pero sin las cintas, maquillaje muy al natural y el cabello en una cola alta.

- Siento interrumpir, pero supe que estarías solo en casa, así que pensé en pasar un rato.
- Claro pasa - haciéndose a un lado - disculpa el desorden, en un momento lo arreglo - le dedico una gran sonrisa con ojos de gatos brillantes mientras se sentaba en un espacio libre del sillón.
- Préstame a Max - dijo mientras dejaba unas bolsas en el piso y estiraba sus brazos, Magnus le dio al pequeño y haciéndole fiesta, porque a Max le fascinaba ver a su "papa" hacer esos extraños movimientos con llamas azules en sus manos y moviendo todas las cosas de la sala, quedando todo de nuevo limpio, solo una pelota mediana de goma azul en sus manos hacia el sonriente niño que brincoteaba y aplaudía
- Jocelyn ¿A qué se debe tu sorprendente visita? -
- Traje algunas cosas, espero no te moleste, Luke estará ocupado, y pensé en venir a ayudarte un poco, ya sabes, el bebé, y ... -
- Basta Jocelyn - Magnus se sienta enseguida de ella, en realidad no le molestaba su presencia - Puedes quedarte, me hará bien algo de compañía, y para Max también, a él le gustas - lo acaricio mientras este jugaba con las puntas de su cabello rojo - yo me llevo esto a la cocina -
- Ah, también traje un presente -
- Gracias, no debiste haberte molestado - tomo la pequeña caja abriéndola, un pequeño short negro con una camiseta rojo con unas pequeñas figuras geométricas en el pecho y unas calcetas con antiderrapante rojas.
- No es ninguna molestia. Yo me encargo de la cocina, por lo que veo sigues en ropa de dormir - le guiño un ojo saliendo de la sala.