Capítulo 4

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Nota: Es un capítulo donde no se trata de Malec.  Igual espero sea de su agrado.  Se aceptan todo tipo de opiniones,  sugerencias y críticas.  Gracias

REIMS, FRANCIA

Vladimir se encontraba acostado sobre su cama leyendo cuando  escucha mover el picaporte de su puerta, deja el libro a un lado mientras ve a Fausto caminar hasta la orilla de la cama.

- No bajaste a comer

- Lo siento, no vi la hora – desvió la mirada mientras se recargaba en el respaldo de la cama subiendo ambas piernas.

- Leyendo de nuevo – su voz era neutral pero Vladimir sabía que no deja pasar nada de alto, no con facilidad – ¿No dices nada? – estiro su brazo extendiendo la palma de su mano hasta su barbilla para hacer que lo vea a los ojos – Vlad –

- Tendré más cuidado con el horario, Mi Señor – cerro los ojos mientras dejaba caer ambas manos a su lado –

- Será la última vez, ¿Escuchas?, o este será el último libro que leas – lo soltó tomando el libro – Runas – aventó el libro ¿Dónde lo conseguiste? – lo tomo del cuello haciendo que se bajara de la cama.

- En el Callejón Larc – apenas pudo articular y para su sorpresa lo soltó.

- ¿Quieres tatuarte más runas en tu piel? –

Fausto lo tomo de la cintura haciendo que sus cuerpos chocaran uno con el otro mientras acaricia su cuello hasta su clavícula con su dedo índice.
Vladimir se sentó en la cama mientras Fausto tomaba su mano con la runa de la visión, beso su palma y sobre la runa sin dejar de ver los ojos brillantes del pequeño cazador quien luchaba por mantener su vista sin desviar. Fausto aprovechando que solo traía un tira hueso negro siguió besando su brazo hasta llegar a su hombro, soltándolo agarro su rostro separando algunos mechones negros, beso su frente haciéndolo hacia atrás, bajando por su rostro hasta llegar a sus labios, quien Vladimir no puso nada de resistencia, hizo su cabeza hacia atrás mientras Fausto bajaba por su cuello y metía sus manos por debajo de la camiseta para acariciar su piel, con apenas visibles marcas de algunas pocas runas como la de un iratze. Antes de que las cosas se volvieran más intensas tocaron la puerta.

- Pasa Samara – Fausto sin soltar la cintura de Vlad.

- Señor, tiene una llamada –

- Estoy ocupado – pero se levantó de la cama acomodándose su corbata negra. Vlad se quedó quieto aun debajo de las piernas del hombre mayor, volteo a ver a los ojos verdes de Samara quien veía sus ojos rojos resaltando en su piel aún más blanca de lo normal.

- Samara, asegúrate que se alimente –

Fausto se hizo a un lado mientras Samara tomaba el libro que se encontraba un poco maltratado en la alfombra negra de la habitación para ponerlo al pie de la cama. Fausto salió hablándo con el móvil.

- ¿Después de meses, lo vuelves a desobedecer? – Samara frente a Vlad con sus manos en las caderas.

- En realidad no me di cuenta de la hora – tomo sus botas mientras Samara le paso una sudadera roja.

- ¿Dónde estuvieron anoche? –

- ¿Cómo? –

- Vamos, crees que no notaria que llegaste más de las tres de la mañana –

- Se me fue la hora con Jan –

- Entiendo, pero sabes que Fausto no le agrada mucho la idea de que vayas a la mansión Court –

Fic Malec II Where stories live. Discover now