Dolor absoluto

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-Fiorella, déjame explicarte, no es lo que crees, ella me beso, tu sabes que te quiero solo...
-¡Ya basta! - lo interrumpí - ¡Ya no me digas nada que no creeré en ti! ¡Esto se acabo! ¡Nuestra relación... se acabo! - dije pausadamente
Al decir estas ultimas palabras sentí una punzada en el pecho, tan grande e intensa que al instante comencé a llorar. No quería verlo mas, no podía verlo a los ojos y salí corriendo hacia mi casa, al llegar rompí en llanto.
-¿¡Por que!?
Con lagrimas en los ojos cogí el móvil para intentar distraerme con algo pero nada me calmaba uniéndome de esa manera en mis propios pensamientos.
Luego de unas horas un pitido me saco de mis mas profundos pensamientos. Cogí el móvil y era una llamada perdida de el, de Ángel, mi ex novio de hace muchos años, prácticamente de la infancia.
El fue un chico al que yo quise mucho, era tan perfecto con su largo y cedoso cabello negro, su magnifica altura y sus ojos marrones claro que hacían ver su alma; con el que tuve que terminar la relación por el hecho de que se iría del país sin siquiera saber cuando volvería.
Cuando vi su nombre en mi móvil sentí algo totalmente extraño poniéndome pálida pero colorada a la ves. Hasta el momento no sabia como explicar lo que sentí en ese instante.
Al cabo de unos segundos sonó otro pitido pero este era de un mensaje de voz del que no aparecía numero alguno, así que lo escuche.
-Mmm... Hola Fio...
-Su voz es grave... y hermosa - pensé
-No se si aun me recuerdas... bueno, quería contarte que volví al país...
-¿¡Que!? - grite muy asombrada
-Y quería saber como estas, te extrañe mucho ¿sabes?, nunca pude olvidarte... - enrojecí al instante
-Y quería que salgamos, por lo menos como amigos para hablar de nosotros y de lo que paso en todo este tiempo... Bueno, espero tu respuesta. Adiós, cuídate Fio.
Aun no salia de mi asombro, no podía creer que después de tanto tiempo fuera el. *¿Seguirá igual? ¿Abra cambiado?* Me preguntaba. No sabia nada de el desde que se fue del país, ya que no volvió decidí continuar con mi vida pero ahora que volvió no sabia que hacer.
Me había olvidado por completo de lo que había pasado con Jorge hasta que lo recordé al ver un mensaje de el.
"Fiorella, por favor, debemos hablar, no podemos dejar las cosas así. Espero tu respuesta. Adiós, cuídate Fio"
Lo ultimo que dijo fue exactamente lo mismo que Ángel me dijo en el mensaje de voz y por algún motivo sentí un escalofríos recorrer mi espalda.
Al día siguiente en clases, las chicas aun no sabían lo que había sucedido con Jorge la noche anterior por lo que me molestaron con el como solían hacerlo todos los días.
-Y como la pasaste anoche con tu amado tormento - dijo Jhazmeli muy insistente y graciosa.
Solo sonreí pero no dije nada por mi falta de ánimos.
-Cuéntalo todo. Queremos saberlo - dijo Liseth acercándose aun mas a mi por lo que las chicas se juntaron a mi alrededor.
No me sentí muy cómoda ya que querían que hable de Jorge pero Paola se había dado cuenta de eso y se lo comento a Andrea, que hizo callar a todas.
-Fio, ¿paso algo anoche con Jorge? - me miro con una mirada comprensiva pero muy seria -Si quieres no nos lo cuentes, depende de ti - dedicándome una cálida sonrisa
-Pues verán, anoche... - les conté todo lo que había sucedido, de lo cual ellas quedaron muy sorprendidas.
El dolor era tal que no aguante el llanto, al verme en tal estado me abrazaron todas juntas consolándome de alguna forma así. Me dijeron que no lo vea y que no le perdone. Pero al contarles del mensaje de Jorge todas se miraron entre si y se negaron al unisono en que no aceptara hablar con Jorge.
Ya era mas que obvio que no quería verlo, así que no lo hice, lo rechaza totalmente.
De camino a casa vi a lo lejos a una persona que al acercarme un poco mas pudo verme y yo,  darme cuenta de que era Jorge. Al verlo, salí corriendo pero el me siguió por un largo camino hasta que logro alcanzarme en una callejón cerrado por donde nadie pasaba en ese momento. Y me sujeto fuertemente de las muñecas para que así no pudiera escapar.
-¡Déjame en paz! ¡Lo nuestro ya se acabo!
-¡No voy a dejarte! ¡Me acostumbre a estar contigo! ¡Y te qui...
-Con que es una costumbre para ti el estar conmigo - lo interrumpí bajando la mirada - Así como lo es comer y dormir...  no sabia que pensabas eso; ahora que se eso, tengo muy en claro que me debo alejar de ti, así que esta sera la ultima ves que te hable - le dije mirándolo a los ojos sin expresión alguna
No quise ver su reacción y me fui camino a casa. Al fin todo este dolor se acabaría si me alejaba de el de una ves por todas.
En casa, mi madre había recibido una visita de la que yo no estaba enterada, al entrar, quede pálida con tan solo verlo.
-Hola Fiorella - dijo Ángel con una sonrisa

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