El pasado se hace presente

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Pasaron los días tranquilos durante los exámenes. ya era el último día de nuestro penúltimo año en la escuela secundaria.
-¿En qué tanto piensas Fio? - me dijo Liseth
-¿Qué...? No, en nada importante
-¿Segura?
-Si - le dediqué una sonrisa
Ya eran las últimas clases del último día.
-¿Cuánto falta para que las clases terminen?
-Faltan tan solo 30 minutos Jhazmeli
-Que flojera...
-Eres una ociosa - reí a carcajada suelta junto con Liseth que logró escuchar todo
-¿Yo? ¡Ja! Yo no soy una ociosa - refunfuñó de forma sarcástica
Todas reímos ante aquel comentario. Los minutos parecían ser eternos, ya que teníamos tantas ganas de salir a relajarnos dejando a los estudios en lo que duran las vacaciones de verano. Este verano ninguna de nosotras quiere ir a ninguna academia para poder disfrutar de estas vacaciones ya que eran la últimas porque el siguiente año nos prepararíamos para la universidad, aunque esa decisión dependía de nuestros padres.
-6..., 5..., 4...
Todos comenzaron a contar al unísono con un tono bajo para que el profesor no se percatara pero fue imposible.
-Chicos por... - toco el timbre de la salida
-¡Vacaciones!
Todos gritaron con una clara emoción levantándose de sus asientos para salir del salón de clases. Ya una ves fuera de la escuela con las chicas nos quedamos hablando por unos segundos
-Vamos a caminar por ahí - propuso Nayeli
-¡Si! - gritamos todas
Fuimos caminando por distintas calles viendo como los chicos que terminaban la escuela se despedían melancólicamente el uno del otro.
Seguimos nuestro camino muy tranquilamente y decidimos por entrar a una pequeña heladería que vimos cerca de un parque.
-¿Qué les parece si entramos a comer algo y así pasamos el rato? - propuse
Nadie se negó. Cuando entramos Andrea se puso pálida y permaneció quieta.
-Andrea... ¿pasa algo? - pregunto Paola
-Yo... el... - titubeo mientras parecía desvanecerse
-¡Andrea! - cayó, pero la sostuvimos e hicimos que se sentara en una de las sillas mas cercanas a nosotras
-É... Él - todas volteamos impactadas al escuchar que mencionaba a un chico temiendo lo peor
-Andrea, ¿quieres que salgamos de aquí? - pregunte
Andrea no nos respondía, así que nos sentamos a su lado hasta que ella pudiera reaccionar.

*ANDREA*
Estábamos muy felices ya que había terminado el año escolar y salimos a caminar. Para luego entrar a una heladería a la que me arrepentí de haber entrados segundos después.
-¿Andrea? ¡Andrea! - Nayeli me sacudía para que pudiera reaccionar pero en un principio fue imposible. No tenía la noción de cuanto tiempo había pasado desde que entramos en aquel lugar.

-¿Qué? - dije totalmente atontada
- Si quieres nos podemos ir para que no lo tengas que ver
-No Paola... pidan sus helados y recién nos vamos
-¿Estas segura?
-Tu tranquila que yo estoy normal.
-Bueno.... - dijo no tan segura Fiorella

La heladería estaba un poco llena y las chicas encargadas del lugar demoraron en atendernos así que tuvimos que esperar a que una de ellas se desocupara lo que sería en unos largos minutos. Las chicas estuvieron paradas en lo que esperaban a las encargadas pero yo permanecí sentada.
-Hola - sentí como alguien se acercaba a mi con pequeños pasos
Por algún motivo mi cuerpo permanecía inmóvil aunque no tenía miedo ni pánico. Segundos después logre subir la mirada para luego arrepentirme al instante.

-Hola Andrea, ¿me recuerdas?
En cuanto lo vi mi alma se partió en mil pedazos recordando todo lo que había pasado.
Mi mirada se quedó penetrada en él provocando que no moviera ni un músculo.
-¡¿Tú que demonios haces aquí?! - dijo Liseth
-Y tu quien se supone que debes ser - dijo muy frescamente
-En primer lugar, no soy solo yo, somos todas nosotras - llamo a las chicas con la mano y todas se pusieron en orden como si de La Liga de la Justicia se tratara -En segunda, nosotras somos sus mejores amigas y no vamos a permitir que un ser tan repugnante y de poco valor como persona como tu se acerque a ella para decirle estupidez y media para hacerla sufrir aun más de lo que sufrió por tu maldita culpa así que te pido... ¡No! ¡Te obligo a que alejes de ella y te largues de aquí!
Sentenció Liseth para poder defenderme, lo cual logró. Sin más que decir Lukas dio media vuelta y se retiro de la heladería.
las chicas formaron un pequeño círculo poniéndome como centro para ocultarme de las personas que habían presenciado aquel pequeño espectáculo que fue la mayor parte del lugar.
-Volverás a saber de mi, te lo prometo - dijo Lukas desde la puerta
-¡Lárgate! - gritó Fiorella
-Ya déjalo... no tiene sentido hacer caso a lo que dijo - dije tratando de calmarla

-Pero Andrea, el te hizo daño y te hizo suf...
-Lo se... pero quiero superarlo
-Esta bien, pero te juro que si te vuelve a hablar yo misma le parto la asquerosa cara que tiene - dijo Fiorella haciendo un puño en su mano y sonriéndome
Pedimos disculpas a las encargadas y nos retiramos con un helado en mano cada una.
Estuvimos caminando tranquilamente aunque hacíamos bulla cantando o riéndonos por lo que la gente que nos veía lo hacía de una manera muy extraña que nos daba aún más risa.
Nos pasamos una muy buena tarde, nos divertimos y reímos sin parar. Después de lo que Lukas me hizo no mostraba expresión alguna, pero con las chicas sonreía poco a poco, era imposible no reírse con ellas pero Nikol también me ayudo mucho siempre, nos vemos poco pero siempre estará en mi corazón. Después de un tiempo de lo sucedido logre reír pero únicamente con las chicas y con Nikol. No sabía en quienes se podía confiar así que opte por no confiar en nadie mas que no sean las chicas o Nikol.
Ya había oscurecido y cada una se fue hacia su casa para que cenemos y descansemos. Cuando llegué a casa lo único que quería era echarme en mi cama acurrucarme y dormir.

-¡Mamá! ¡Ya llegue!
-Ya hija, siéntate que estamos a punto de cenar
Me acerqué a la cocina y la saludé.
-Mamá... fue un día agitado y quería ir a descansar y no te preocupes que almorcé junto con las chicas.
-Esta bien hija, que descanses
-Gracias mama, hasta mañana
Salí de la cocina para subir por las gradas que estaban al costado de la puerta de la entrada. Tocaron la puerta.
-Yo abro mamá...  - me acerque a la puerta -¿Quien es?
Nadie respondía y abrí la puerta.
-Te dije que volverías a saber de mi

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