SOLO TÚ ERES MI SUEÑO

CAPITULO 53

Pasaron los meses, los trillizos cada vez estaban más hermosos y más grandes, ya tenían 5 meses y eran en centro de atención en la familia Uckermann Castillo, hasta Camila que apenas era una niña de casi 5 años los atendía, hacia muy bien el papel de hermana mayor, hasta los regañaba cuando no querían dormirse temprano, Chris y Dulce la miraban con ternura al verla tan comprometida con sus hermanos

Dulce: me encanta ver a Camila tan cariñosa con sus hermanos, yo pensé que de pronto sentiría algo de celos, pero mírala, los consiente todo el día
Chris: sí, mira hasta los regaña, tan linda mi princesita, no parece de 5 años
Dulce: sí, es una niña, muy despierta, muy inteligente, muy Dulce
Chris: (sonriendo) se me parece a alguien
Dulce: ¿sí? a ¿Quién?
Chris: pues a la mujer más bella, especial, inteligente y Dulce que he conocido, a ti mi princesa, Camila es tu vivo retrato, en todo
Dulce: no en todo, Camila es noble como su papá ah y me faltó algo testadura como los Uckermann (sonriendo)
Chris: bueno eso es cierto, pero lo dulce, e inteligente lo sacó de ti y lo bella también
Dulce: a propósito, Camila ya casi cumple los 5
Chris: lo sé, y he pensando en darle algo muy especial, se lo merece
Dulce: claro mi niña se merece todo, pero en que has pensado
Chris: en varias cosas, primero un viaje a disney y también una fiesta con sus amiguitos y primitos, sabes como es ella de sociable
Dulce: me encanta la idea, podemos hacerle una fiesta así como si fuera una princesa, sabes que le encantan los cuentos de hadas, le va a encantar
Chris: perfecto, le vamos a hacer la fiesta más bonita de todas, para que se sienta como lo que es: nuestra princesita hermosa
Dulce: ok, mi amor, eso haremos, oye mi amor y que le piensas dar a tu otra princesa
Chris: (sonriendo) ¿a Sofía? Pues un peluche gigante por que le encantan y un beso enorme, ay me encanta mi princesita, me encanta como sonríe cuando me ve
Dulce: sí, es una coqueta es como si supiera que con una sonrisa de ella nos derrite
Chris: otra que es igualita a su mamá (sonriendo) sabe que con una sonrisa me tiene a sus pies
Dulce: (sonriendo) que bueno saberlo, ósea que ¿te puedo pedir lo que sea?
Chris: con esa sonrisa, te llevaría a la luna si me lo pidieras
Dulce: pues eso precisamente es lo que quiero (sonriendo) quiero que me ames como tú sabes hacerlo
Chris: sus deseos son ordenes princesa, voy a decirle a anita que este pendiente de los niños

Dulce aprovechó el momento y subió a su habitación, se metió al baño y se puso bonita y sexy para su esposo, le encantaba que la viera sexy, le encantaba complacerlo y que el la complaciera a ella, Chris volvía a buscarla al estudio, donde la había dejado y no la encontró, sonrió al pensar donde podía estar y subió a buscarla, al entrar a la habitación la vio allí frente al espejo, estaba hermosa, con una pijamita muy sexy de color blanco, el cabello suelto y con una sonrisa preciosa, así como las que al le encantaban, si decir nada pero con una sonrisa enorme Chris se acercó a ella, la tomó en sus brazos y le regaló un beso perfecto, un beso en el que demostraba que a pesar de llevar ya varios años, la amaba y la deseaba más que nunca, ella no había dejado de ser la mujer más bella para él y todos los días ella se metía más e su corazón, la amaba con locura, la deseaba con todas las células de su cuerpo y lo mismo le pasaba a ella, lo amaba, lo deseaba, el era para ella la persona mas especial, se había metido en su corazón, ya hacia casi 20 años y nunca se había cansado de amarlo, más bien lo amaba cada día más, el beso fue pasando de ser tierno, a ser más profundo y demandante, Chris se fue acercando a la cama y suavemente dejó a Dulce sobre las sabanas de seda, Luego empezó a acariciarla suavemente con besos, empezando por cuello y fueron bajando, mientras con sus manos, le iba retirando la pijama hasta dejarla desnuda y para el verla así era algo mágico, no se cansaba de verla desnuda, de tocarla, de darle placer, Dulce de repente quiso tomar el control y lo hizo, empezó a quitarle la ropa a Chris y lo acarició devolviéndole todo el placer que el le había dado, el la miraba complacido y le repetía una y otra vez cuanto la amaba, ya cuando los dos estaban desnudos se unieron en un gran beso, que fue la antesala de una unión perfecta, se amaron con locura, como la primera vez, como todas las veces que estaban juntos, no era solo sexo, no era solo placer, era amor, un amor puro y sincero, que los hacia llegar a la luna cada vez que estaban juntos, como cada vez que llegaban al clímax, después de amarse, se fundieron en un abrazo y se quedaron dormidos, inmersos en un dulce sueño, que no estaba muy lejos de la realidad, ellos tenían algo tan bonito que ningún sueño era mas maravilloso que lo que vivían, su vida estaba llena de amor ¿Qué más podían pedir?.