ANDREW
Ya había amanecido, y yo aún seguía en la cama. Escuchaba que mi mamá hablaba con alguien abajo en la sala, pero decidí dormir de nuevo.
- ¡Andrew! Ven rápido -Pete entró a mi habitación y me despertó
- ¿Qué? -dije somnoliento
- Ven, tienes que ver algo -me sacó de la cama de alguna forma y me arrastró hacia las escaleras, bajé, y no podía creer lo que veían mis ojos.
- ¿Pauline? -dije aún tratando de comprender que no era un sueño.
No sabía cómo ella podía estar aquí pero me alegró verla, me quedé parado con cara de idiota por un segundo, sin saber qué pensar, pero no me pude contener y corrí a abrazarla. Ella se sintió incomoda y yo avergonzado, no debí abrazarla, pero es que necesitaba estar cerca de ella, aunque sé que ella no me corresponde igual, ya no.
Hice lo que me dijo mamá, quien no comprendía porque había reaccionado de esa manera, pero invité a salir a Pauline, las palabras salieron de mi boca tan rápido, que se notaba cada vez mas que estaba nervioso.
- ...Andrew está bien, si iré contigo, solo tranquilízate. -ella toco mi hombro y sentí un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo.
En verdad estaba incomoda, y yo me moría de la vergüenza porque sabía que estaba comportándome como un idiota, y la razón era ella.
Cuando ella se fue, mi mamá empezó con las preguntas.- ¿No comprendo que pasó aquí? Andrew, te portaste muy raro...
- Lo sé mamá, pero no pude contenerme
- Esta bien hijo, la conozco perfecto, es una buena chica, no sé cómo pudiste hacerle eso.
- Ni lo menciones, cada que me acuerdo, recuerdo que probablemente ella ya no me corresponda.
- Bueno, para eso la invitaste a salir ¿No? Le hablarás de lo que sientes
- Si, si, espero que lo comprenda
- Lo hará hijo
- ¿Tú crees?
- Estoy muy segura
- Bueno, entonces iré a cambiarme
- Bien cariño
Mi madre beso mi frente, y eso me tranquilizo un poco. Así solía calmarme cuando era pequeño.
Subí a mi habitación y me puse una player estampada, mis jeans ajustados, y la cadena que me había dado papá antes de irse.- ¿Crees que le guste?
- Andrew ya tranquilízate, enserio estás tan preocupado?
- Si... Debería
- Bueno, pues sigues vistiéndote igual que siempre, mucho swag jaja
- Bien espero no verme ridículo ¿Qué hora es?
- Apenas son las 2
- Demonios, la espera será eterna.
Pete y yo decidimos jugar videojuegos mientras llegaba la hora de pasar por Pauline, fueron las 2 horas más largas de mi vida, no podía esperar a decirle todo lo que sentía, aunque me inquietaban las posibles respuestas. También estaba consiente que debíamos darnos tiempo para conocernos.
Por fin faltaban dos minutos para las 4 así que me levante, tomé mi cartera las llaves de mi auto, y me despedí de mamá y de Pete.
Cuando llegue a la puerta de su casa me puse aún más nervioso. Me arregle un poco el cabello y alguien tocó mi hombro.- Pau, te ves muy bonita -me sorprendía lo bonita que se veía
- Vamos ya, tú también te ves guapo -me gusto escuchar eso
Abrí su puerta, y subí al auto, cada vez más mis nervios subían.
- No creí volver a verte -dije con seriedad
- Yo tampoco desde prepa...
Las cosas que tenía que decirle, estaban listas para salir, pero necesitaba llegar a ese parque, para hacerlo más especial, así que puse un poco de música para cambiar el tema. Puse a su cantante favorito, y me miró.
- Recuerdo que te gustaba mucho Drake ¿No es así?
- Si, si, aún me sigue gustando ¿A ti igual te gustaba no?
- Si, aún me gusta -hubo un silencio incómodo y ella lo rompió.
- Tu mamá es una mamá increíble -rió
- Si que lo es ¿Y cómo es que se conocen? -me daba curiosidad saber, porque mi mama jamás me había hablado sobre ella.
- Pues verás, un día salí para ir a la universidad y tu mamá necesitaba ayuda con su auto, no encendía. Así que me ofrecí a llevarla, porque su trabajo no quedaba muy lejos de mi universidad, así que la lleve, y desde ahí quedó muy agradecida conmigo y nos apoyamos en lo que necesitamos jaja.
- Ella jamás me había contando de ti, hubiera deseado que lo hiciera -la miré y sus mejillas se tornaron de un color rosado, la había incomodado - Bien llegamos
Bajamos del auto y le dije que me siguiera. Quería llevarla a un lugar tranquilo, en donde pudiéramos platicar sin ninguna interrupción, así que la llevé a una pequeña cabaña que estaba cerca del lago.
- Mi mama solía traerme aquí cuando era pequeño, me olvidaba de todo aquí -dije admirando todo el paisaje. No había cambiado mucho.
- Es muy bonito y tranquilo, es perfecto para olvidarse de cualquier cosa
- Si lo sé. Ven, acompáñame -tomé su mano delicadamente y fuimos a una kiosco que se encontraba al medio del lago - Vamos, siéntate
- ¿Qué tenías que decirme? -las palabras salieron tan rápido de su boca que no pude repasar lo que estaba apunto de decirle.
- Yo, quería decirte... Recuerdo algunas cosas, de cuando íbamos en prepa ¿Sabes?
- Bien... continúa
- Se que en ese tiempo me comporté muy mal contigo -ella suspiró - y se que si te digo que ese día que chocamos, algo en ti me atrapó, te sonará muy pronto, y sé que probablemente ya no te guste, pues ya ha pasado mucho tiempo...
- No... -ella miraba al piso
- ¿No? -la miré confundido
- Andrew... ¿Sabes cuánto llevaba pensando en si algún día te volvería a encontrar? Sé que probablemente suene ridículo y extraño, pero no me has dejado de gustar...Desde que me fui de esa escuela, todos los días pensaba en que estarías haciendo, y sobre todo en si algún día te volvería a encontrar, y míranos ahora... -sus palabras fueron tan rápidas, ella al igual que yo, estaba nerviosa, pero podía ver que me decía toda la verdad.
- Perdóname Pauline... - la tomé del hombro y la acerque hacía mi.
- Solo olvidemos, lo que pasó. -esta vez me miró a los ojos
- ¿Te importaría si te abrazo? -seguía con esas inmensas ganas de besarla, pero obviamente no lo iba a hacer así que mejor decidí poder tenerla en mis brazos por unos minutos.
Ella sólo abrió sus brazos, y yo me acerqué a ella para abrazarla como nunca lo había hecho, literalmente. - dame una oportunidad Pau, te prometo no arruinarlo, te prometo ser el mejor chico, te prometo que te querré como tú lo has hecho todo este tiempo... -ella se paro en las puntas de sus pies y me dio un beso en la mejilla, cálido y suave, fue el mejor beso en la mejilla que recibí en mi vida.- Ya sabes cuál es mi respuesta Andrew -la abrace con más fuerza y no podía soltarla.
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Destinados
Storie d'amorePauline Collins a vivido enamorada de Andrew Campbell desde la preparatoria. Ahora con 21 años y en la universidad, se encuentra con él, ambos hacen contacto visual, y algo en ambos se prende cómo una hoguera dentro de sus pechos. Pauline lo recuerd...