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Luego de hablar con Alex vine a hablar con Connor

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Luego de hablar con Alex vine a hablar con Connor. Michelle (mamá de Josh y Connor) se sorprendió al verme ahí parada, diciendo que esperaba que su hijo se luciera conmigo este año por la limosina que rentó para la noche. Nunca lo hizo conmigo.

Dolió.

-¿Quieres algo?- pregunta Connor luego de unos minutos de silencio. Estaba sentada dándole vueltas a mi celular.

-¿Hay helado?

Ríe- Claro que sí, no falta por si vienes.

-Entonces quiero helado.

-Bien, ya vengo.

Sale por mi pedido, tomo el control de la televisión y la ensiendo buscando una película en Netflix, encuentro una de mis favoritas Love, Rosie. Como toda película basada en libro, le faltan partes importantes. Pero hay algo que me hace llorar.

Connor llega con el bote de dos litros de helado de chocolate y dos cucharas, le hago un espacio en la cama para que se sienta conmigo. Vientras vemos la película, comemos sin importarnos nada. Olvido todo lo sucedido tanto del pasado como lo del presente.

En un momento de la película me quedo dormida, no sé en que postura y ya no siento la cama de Connor, sin embargo, son los mejores brazos que he sentido.

-Shh, duerme.- me susurra contra mi frente para acontinuación dejar en beso, creo que me e movido mientras camina.

Pongo mis brazos al rededor de su cuello, al pareser mi blusa que se a subido un poco, siento el aire frío en esa parte y como la mano que me sostiene por la espalda baja llegando a esa área, es como si lo estuviera haciendo a propósito porque siento como su pulgar hace círculos.

Rayos... esto se siente genial.

No persivo luz alguna cuando creo que a entrado a su habitación, no obstante, prende su lámpara que tiene en una de sus mesitas de noche.

Me desposita en su cama quitándome los tenis que anteriormente no me había quitado, sus manos me toman por la espalda para quitarme la sudadera, el poco aire que siento en mi piel desnuda es refrescante para está epóca. Me deja nuevamente en la cama y ahora sus manos se dirijen a mi jean. Con todo esto sucedido, me estremesco al sentir sus dedos como baja la cremayera y desabrocha en botón, con cuidado va bajándolo; el roce de sus dedos con mi cadera hace que mi lado pervertido salga a flote.

¡Esta con Claudia, esta con Claudia, esta con...! ¡Mierda, esa parte no!

Repito en mente como si eso ayudara a olvidarme del roce, pero mi punto debil son los muslos justo donde acaba de pasar sus manos. Al darme cuenta que no me he movido otra vez, hago como si me molestara algo entre los pies y pataleo un poco.

-Espera Jen, dejame quitarte tu jean.

Para que paresca como si entre sueños lo escuchase, dejo de patalear quedándome inmovil y luego logra sacarlo. Ahora solo con mi playera, siento el aire más frío por lo que mi mano busca la orilla de su cobija para taparme. No llego a hacer demaciado, siento la siavidad de su sábana y su cobija de lana.

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