21. No es nuestro estilo

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—Las veo en tu bolsillo de atrás ¡Busca bien! —dice un poco enojada.

—Ups, perdón —digo sacándolas, seguimos corriendo creyendo que el loco aún nos persigue, pero ninguna de las dos es capaz de voltear a comprobarlo.

—Abre, abre, abre —dice Dani un poco histérica.

—Eso hago —digo abriendo la puerta y dejándola entrar primero.

—Estuvo cerca, casi morimos —dice Dani tirándose en mi sofá.

—Ya lo creo.

Pasamos un tiempo viendo televisión hasta que Dani decide irse a su casa para arreglarse.

[...]

Esto debiste hacerlo antes. Esto también debiste hacerlo antes. Me repito a mí misma una y otra vez, ¿Por qué no me pinté las uñas antes? Y ¿Por qué tampoco arregle mi pelo? Tal vez este sonando muy plástico todo esto, pero... uno a esos bailes va bien arreglado ¿No?
Creo... Que con esto ya estoy bien, tomo mi bolso tipo sobre donde a duras penas caben mis llaves, celular y dinero. Bajo las escaleras rápidamente pero luego me arrepiento, malditos tacones, no es que sean tan altos... digo, 10 cm no es nada comparado con los de 18 que Alice suele usar, pero mis pies ya duelen como si lo fueran.

Tomo mi celular para escribirle a Dani

Ya estoy listaEmma

Genial, llegó en 20Dani

Cuando se fue de mi casa acordamos en llegar juntas al baile ya que ninguna iría con pareja y el que pudiera usar el carro de sus padres la convertía indirectamente en mi chofer. 

Son las 8 de la noche, no es tarde, aunque sumando el tiempo que nos tomaría llegar al colegio más el de la casa de Dani a la mía... ya serían las 9.

—Solo sé que quiero tomar mucho esta noche, tendrás que manejar de vuelta a nuestras casa aunque son te guste mucho —dice Dani cuando bajamos del carro camino al gimnasio.

—Para eso tendrás que beber mucho ponche —digo hablando en serio, para lograr emborracharse con ese ponche de 0.2% de alcohol tendría que tomar demasiado.

—¿Teo no te dijo? —yo niego con la cabeza—. Traerá un poco de trago, habrá suficiente para patrocinar la resaca de por lo menos 20 personas mañana, yo seré una. 

—Bueno, al menos sabes que te espera mañana en la mañana.

—Muchas aspirinas y sufrimiento, pero valdrá la pena —ambas reímos entrando al gimnasio.
¿Por qué la gente voltea a vernos? ¿Tengo algo en el vestido? No, todo está normal ¿Qué carajos ven y porque no siguen bailando como si nada?

— ¿Tengo algo en la cara? —le pregunto a Dani, ella me mira raro.

—No, no hay nada.

—Entonces ¿Por qué nos mira tanto está gente?

—Porque somos las personas que menos esperarían ver en un baile, no es nuestro estilo.

—Paranada nuestro estilo —digo dándole la razón.

No es como que nos veamos tanraras... este vestido es un poco más escotado de lo que yo usaría y ni decirdel de Dani, el cual es negro de encaje con escote de corazón, ella teníael cabello recogido, a diferencia del mío que estaba suelto. Y no estábamosusando mucho maquillaje a diferencia de otras chicas que parecían Geishas, contanto polvo en la cara.
Caminamos unos minutos buscandoa nuestros amigos, finalmente los encontramos al lado de la mesa de aperitivos,comiendo.

—Hola chicas ¿Cómo están? —saludaSara mientras nos da un beso a cada una.

—Bien ¿Y ustedes? —pregunta Dani.

—Oigan ¿Me ayudan por acá? —diceTeo señalando el ponche, nosotras nos acomodamos al otro lado de la meza paratapar la vista del ponche a los demás mientras él saca de su maleta una botellade Vodka y la vierte toda en el ponche, se sirve un poco para probarlo.

—Ya está mucho mejor —dice guardando la botella ahora vacía en sumaleta, Dani toma un vaso y se sirve hasta el borde, tomando más de la mitad deun trago.

—Hey... calma Dani —dice riendo Teo.

—Planea una borrachera digna de todo el trago quetrajiste —digo.

—Suerte con eso, ahora uno de nosotros seconvertirá en su chofer elegido —diceriendo Sara.

—¿Y Sam? —le pregunto a Sara.

—Llego con la chica esta, pero desde que entró,lo perdí —dicecomiendo.

[...]

Son alrededor de las 10.30 yninguna de las chicas, yo incluida, tenemos los tacones puestos por haberbailado casi durante una hora. Veo como Teo se acerca a mí y dice algo, peropor la música alta, no le escucho, él lo nota y lo repite un poco más fuerte.

—¿Quieres ir a tomar algo? —yoasiento—. Hacemucho no hablamos ¿No? —dice Teo entregándome una bebida.

—Así es... Es como si fueras un completo extraño —élríe.

—¿Bailamos?

—Claro.

Cuando vamos a empezar a bailarla segunda canción que ya es un poco más lenta, veo como su cara cambia y haceuna mueca de desprecio a algo que no puedo ver ya que le doy la espalda.

—¿Qué pasa? —digo un poco confundida por su cambio tan repentino dehumor.

—No, nada —dice mirándome a los ojos. Miente. Y sabe que yosé que miente ¿Entonces para qué lo hace? 

—Mentiroso —digo un poco seria.

—Bueno. Es que —para un segundo de hablar, siento una manotocando mi cintura además de la suya, veo como se pone serio y cuando volteo meencuentro con Dylan luciendo una camisa negra y pantalones a juego,definitivamente a todos los hombres les queda perfecto el negro, pero a él....

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Fin del capítulo numero ventiuno mejorado y renovado.

IN WINTER // Dylan O'Brien [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora