01. NO era un Chiste

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—¡No puedes solo salir de la casa como si nada Emma! —grita Jack desde la cocina.

—¡Claro que si puedo!

Con mis amigos tenemos desde hace 4 años la tradición de ir durante el primer fin de semana de la temporada a esquiar en La Colina, un lugar al que muy poca gente le gusta ir, porque las pistas quedan a tres horas del pueblo. Al terminar de guardar las cosas en la maleta, tomo las llaves del escritorio mientras salgo de mi habitación, bajando las escaleras me encuentro con Jack esperando en la sala.

—Ni se te ocurra cruzar esa puerta, mamá dijo que no te dejara salir, tú sabes el porqué. Créeme, no eres la única que pierde, yo tengo que cuidarte.

—Mamá no dijo nada. Nadie te pidió que me cuidaras Jack, deja de tratar ser como papá y hazte a un lado.

—No empecemos de nuevo con eso... —dice mientras su voz se apaga un poco—. Sabes que yo no intento ser como él, pero quiero lo mejor para ti.

—Dejarme encerrada no va a hacer la diferencia, el pasado ya quedo atrás, esto no va a cambiar nada —digo mientras le doy la espalda y me dirijo de nuevo a mi habitación.

Cierro la puerta con seguro, puede que este mal lo que voy a hacer en este instante, pero mamá no tendrá problema con que salga con los chicos, ella confía en mí y en ellos, nada malo va a pasarme. Me siento en la cama esperando de nuevo el llamado de Jack, puede llegar a ser muy predecible en algunos momentos. En cuestión de segundos empieza a golpear la puerta.

—Emma no te enojes conmigo, el invierno es largo, habrá más salidas de esquiar y lo sabes.

—Podrán ser miles, pero apuesto a que en cada una de ellas encontraras la forma de evitar que yo vaya —digo mientras reviso un poco mi celular.

—Las encontrare, solo estaba tratando de decirte algo reconfortante —responde riéndose por lo bajo.

—Necesito que me tomes enserio Jack.

—Lo hago.

—Pues no parece —me paro, quito el seguro y abro la puerta, dejándolo caer en el piso por estar apoyado en esta.

—¡Emma! Sabías que estaba recostado en ella —replica levantándose del piso y sobándose un brazo.

—Claro que no —definitivamente sabía que estaba apoyado en la puerta—. Bueno... Ya conseguiste que no saliera por la puerta... ¿Podrías irte? Me antoja estar en mi amarga soledad dentro de mi cuarto. Sola. ¿Dejarías que haga eso en paz?

—Bueno.

A tiempos desesperados, medidas desesperadas, buena frase para este momento, mi nueva filosofía de vida. Abro la ventana con cuidado de que no suene mucho, agarro la gran maleta y la tiro. Cae justo frente a la entrada de la casa. Ojalá Jack ya este viendo televisión o algo parecido, porque sino este será el intento de fuga más triste de la historia.

Puede que solo sea el segundo piso de la casa y que vista desde abajo la altura no se note... Pero cuando estas a punto de saltar desde aquí... Si se ve una gran diferencia. Es momento de pensar de forma positiva ¿Vale Emma? Hay nieve y tus cosas te ayudaran a resistir la caída, relájate ¡Salta!

—¡Maldita sea! —susurro un poco fuerte al caer sobre mi brazo izquierdo. Me fijo en la ventana de la sala, por si Jack ha notado algo, pero todo está despejado. Comienzo a quitarme un poco la nieve de la ropa, estoy empapada. Cuando levanto la vista, veo que hay chico frente a mi mirándome fijamente, demasiado, lo suficiente para ponerme un poco incomoda.

—¿Qué? —no pude haber sido más tajante y seca al decirle eso porque no existe forma. Podrá estar lindo y todo, pero no es muy normal que te quedes mirando a alguien durante tanto tiempo en una calle vacía solo porque sí. Acabo de saltar y caer mal desde un segundo piso, ver a un chico mirándote así no es algo que esperas luego de eso.

—Nada... Solo que las personas normales utilizan la puerta cuando quieren salir —dice con una gran sonrisa.

—Pues tal vez soy una persona anormal entonces —digo a la defensiva, él ríe un poco.

—Eso parece —responde. Emma te dijiste anormal y él te dio la razón ¿En que estabas pensado? —. Soy Dylan vivo justo a tres casas de aquí —dice mientras me ofrece su mano en forma de saludo, la tomo y le sonrío un poco. Ser anormal no esta tan mal ¿No?

—Emma —hago una breve pausa al no saber que más decir tendiéndole una mano—. Vivo aquí —digo señalando mi casa. Por los dioses del olimpo, hubiera sido mil veces mejor tan solo quedarte callada Emma.

—¿Desde hace cuánto? Supongo que poco —me mira un rato y continua—. No te había visto.

Claro que no me había visto... Cómo podría yo seguir viviendo de forma normal y civilizada sabiendo que tenía semejante chico viviendo a pocos metros de mi.

—Si... Es que la mayoría de las veces uso la puerta al salir —digo sin pensar y él ríe. Idiota, se suponía que tenías que decir que vives ahí desde hace menos de un mes. Antes vivíamos en un apartamento en el centro, pero mamá quería cambiar de aires, así que nos mudamos. En esta zona viven la mayoría de nuestros amigos, entonces todo era perfecto, excepto por la hora que desperdicio todos los días de mi vida para ir y regresar de la escuela.

—Buen chiste —no era un chiste, fue la estupidez hablando por mí—. En fin, fue un gusto conocerte —dice dándome un pequeño abrazo que me toma un poco por sorpresa. Que niño tan confiado.

—El gusto fue mío —sonrío y él hace lo mismo mientras da media vuelta y empieza a caminar. Recojo mis cosas del suelo, veo como voltea nuevamente.

—¡Espero volver a verte Emma! —le sonrió y él sigue caminando. Sera imposible no volverlo a ver.

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Fin del primer capitulo, mejorado, renovado y muy lindo, Besos x



IN WINTER // Dylan O'Brien [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora