18. ¿Estaré siendo un poco fácil?

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Sam, Sara, Teo, Alice y yo estamos sentados bajo un árbol en el patio, ellos hablaban emocionados por el viaje de Dani que sería en unos días y del baile de esta noche. Mientras que yo buscaba información en mi computador para el ensayo que tengo que entregar en dos días, Dylan hizo gran parte del trabajo escribiendo tres hojas, faltan aún las dos últimas y en casa no puedo hacerlo ya que tengo leer en la noche Wuthering Heights, no he empezado y el examen de literatura es mañana, sería el último del año, si teníamos un poco de suerte.

—Oh... Pero mira quien viene ahí... —dice Sara sonriendo, mientras señala sutilmente en dirección a Dylan.

—No pueden estar hablando en serio —se queja Sam.

—Oh... Si... —dice Alice cuando Dylan está a unos metros.

—Hola chicos ¿Cómo están? —dice mirando a todos, ignorándome... Okey... ¿Por qué no me saluda a mí? Los demás responden y asiente con la cabeza caminando en mi dirección. 

—Hola linda Emma— veo como todos miran expectantes nuestra conversación así que les hago mala cara y ellos actúan como si tuvieran tema de conversación—. ¿Cómo estás?

—Muy bien ¿Y tú? —digo, Dylan sonríe, hoy está un poco extraño ¿Qué le pasa?

—Excelente ¿Podríamos hablar de algo en privado? —¿Y ahora qué paso? Qué se supone que le gustaría hablar a solas...

—Claro—digoguardando mis cosas en mi mochila, parándome— Adiós chicos, luego los veo —digodespidiéndome.

—Y dime... ¿A dónde quieres ir? —digocuando noto que no tenemos rumbo alguno.

—A la cafetería, por favor, muero de hambre, nocreo sobrevivir así un minuto más —dijo juntando sus manos en forma de súplica, yo sonrióy nos encaminó a la cafetería.

Para llegar a ella tendríamosque cruzar por un edificio, subimos las escaleras. Por no estar poniendocuidado y como son bastantes di un paso en falso y ahogué un grito mientras caía,pero Dylan no lo permitió, tomándome de la mano rápidamente, se lo agradecí y éldijo que no era nada. Seguimos caminando, entrando al edificio aún con lasmanos juntas.

Llevábamos caminando unosminutos por el largo pasillo que hay que pasar para llegar a la cafetería.Dylan iba feliz de la vida tomando mi mano y sonriendo, yo por mi parte mesentía como mosca en leche, siendo observada por cada chica que pasaba anuestro lado viendo como Dylan tenía tomando mi mano, okey, es lindo, muyguapo, de hecho, pero eso no significa que me cortes como picadillo por ser suacompañante con la mirada, no es lindo y no está bien, de hecho, se siente unpoco feo.

Llegamos finalmente a la puertade la cafetería y Dylan se agacha de repente.

—¿Por qué te agachas? —le pregunté mientras se pegaba a la puerta de lacafetería y al tener las manos juntas, le imite, miraba a través del vidrio— ¿Quéhaces?

—Los espió ¿Qué no ves? —asomomi cabeza por la ventana/círculo para ver lo que estaba 'espiando'.

—¿Y a quién espías? —no me respondió—. ¿Por qué lo haces? —me miró unos segundos, luego miró a través de lapuerta y habló.

—Por esto —se acerca aún más a mí y me besa.

Oh, lo bese, digo, me beso,bueno, nos besamos ¡Nos estamos besando! De hecho, parece más como si yo fuerauna estatua o algo parecido. Esto se sentía como si el mecomplementará, como si nuestros labios fueran dos piezas de rompecabezasque finalmente logras unir después de horas buscando la solución, respiramos elmismo aire, juntamos nuestras frentes cuando acabamos con el beso, mantengo misojos cerrados por un segundo y doy un largo suspiro, cuando los abro veo comoél me mira sonriendo y yo me pongo roja.

Él abre la puerta de la cafeteríay va en busca de comida, tomándome aun de la mano, se forma en la fila y yo me estoya su lado.

—A sí que... ¿De qué querías hablar en privado? —digoun poco nerviosa.

—Amm —dice mientras ve lo que hay en la barra pensando enque comer.

—Lo único que no te intoxicara hecho aquí si locomes es la lasaña, las hamburguesas y los postres —digo por conocimiento de causa.

—Gracias por avisarme —dice riendo.

Ahora estamos frente a Nelsy, laseñora que administra la cafetería, ella mira extraño a Dylan por llevar ropanormal y no uniforme, supongo.

—Tú no estudias aquí... ¿Qué haces? —preguntaa Dylan.

—Si señora, él es... mi primo Miguel, viene deintercambio de Latinoamérica —digo sonriendo.

—Oh... interesante, bueno, disfruta de la escuela—dicecon una gran sonrisa mostrando algunas arrugas en sus ojos— ¿Quéquieren pedir mis niños?

—Bueno... Yo quiero... una hamburguesa, un postrede milo, una bolsa de mango con sal, esas papitas de ahí y una goseosa —dicesonriendo ¿Se va a comer todo eso? ¿Cómo es posible?
La señora le una bandeja llenade todo lo que pidió, el paga y me pregunta si quiero algo de comer, yorespondo que no, buscamos una mesa y nos sentamos, saco de mi maleta un paquetede papas de limón y las empiezo a comer, él hace lo mismo con su hamburguesa.

—Entonces... respecto a lo otro... —digoya un poco calmada por las papitas... Las papitas pueden con todo.

—¿El qué? —dice mientras toma gaseosa, yo estoy listacontestarle, pero me corta—. Ah... lo de hablar en privado-.

—Aja...

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Fin del capítulo numero dieciocho mejorado y renovado.

IN WINTER // Dylan O'Brien [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora