"Tres"

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-¡Sabía que no podía confiar en ti! ¡Un mes Dylan! ¡Solo un mes desde que te dí una segunda oportunidad y ahora veo esto! -Grito mientras las lagrimas recorren mis mejillas, zarandeo su móvil en mi mano, de un lado a otro, lleno de mensajes cariñosos y quedadas con otra chica, una tal Aurora-.

Desde el momento en el que decidí darle una segunda oportunidad sabía con toda certeza que esto podría ocurrir, pero aún así, me arriesgue, Dylan tiene ese don de hacer que le creas, de manejarte y jugar contigo y ahora soy yo la que ha vuelto a sufrir,

¿Acaso soy mala persona? ¿Me merezco todo esto? ¿Qué he hecho yo?

Estas preguntas retumban en mi cabeza una y otra vez mientras miro a Dylan, que piensa que nueva excusa poner, el muy idiota cree que voy a volver a perdonarle.

-Alice.. Yo.. Te prometo que no es lo que crees -Me arrebata el móvil y se lo guarda, acerca la mano para intentar limpiarme las mejillas pero me aparto, le miro y abro la puerta, esperando que se vaya y comprenda que no quiero volver a verlo más, no digo nada.

Y así lo hace, se larga por donde vino y lloro, lloro sentandome apoyada en la puerta, con las manos en la cara, me alegro de que mis padres estén trabajando porque estoy segura de que Papá iría a partirle la cara.

No sé cuanto tiempo he estado durmiendo pero ahora me encuentro mucho mejor, voy a la cocina a coger una manzana y subo, la miro, para meterle un bocado y comenzar a comer, adoro la fruta, sobre todo las naranjas y las fresas, pero no más que la chuche, soy adicta, Dylan siempre me regalaba unas cajas enormes por nuestro aniversario, de eso no me puedo quejar y ahora me apetecen, así que cojo la cartera, abriendola para sacar un poco de dinero y veo como algo cae, frunzo el ceño recogiendolo y lo abro sin saber que es;

649 36 27 01. Llamame, Alice.

Después de aquella tarde no había vuelto a pensar en Louis y ahora me alegro de tener su número, dudo un momento pero lo marco y espero a que conteste pero salta el contestador;
-El número al que ha llamado está apagado o fuera de cobertura.. -Imito con voz tonta lo que dice el móvil y lo tiro a la cama.

Supongo que ahora no puedo permitirme estar mal por Dylan, no cuando unas semanas atrás le había prometido a mi abuelo que sonreiría siempre y sería feliz, por mi, por él, por nosotros. Son las siete de la tarde, hoy no hace mucho frío, así que decido darme una ducha y vestirme deportiva, me apetece correr, así suelto mi frustración, lo había leído en internet y funciona. Agarro mis cascos y mi móvil, bajo ya corriendo y con la música puesta, es como si me hubiese metido en una película de boxeo, en las que entrenan corriendo mientras llueve y con música, siempre suelo hacerlo, me divierte y me evado de la realidad, siempre he querido ser actriz pero no se me da bien, salgo de casa y corro, suelo cansarme pronto pero hoy no, justo cuando más entretenida y emocionada estoy, suena mi móvil quitando la música, paro en seco quitandome los cascos, no reconozco el número hasta que escucho la voz.

-¿Hola? Tengo una llamada perdida de usted. -Que educado, pienso antes de contestar.-

-Louis, soy Alice, la chica del parque, ¿Me recuerdas..? -Muerdo mi labio y ando lentamente esperando.-

-Ah sí, la chica enfadona -Ríe y no puedo evitar sonreír.- Ya creía que te habías olvidado de mi, ¿A que viene ahora esta llamada?

-Yo.. Me apetecía volver a insultarte en el parque -Río levemente y juego con la coleta.-

-Ahh pues.. -Ríe y se queda en silencio un momento, como si estuviese pensando la respuesta.- Claro, me encantaría que me insultaras de nuevo, ¿Te parece si quedamos mañana a las cuatro?

-Claro, mañana a las cuatro.. Adios -Cuelgo y miro mi móvil, suspiro y me pongo la música para volver a correr, no quiero pensar en mañana.

A las nueve vuelvo a casa, papá y mamá ya han llegado de trabajar y están preparando la cena, preguntan por Dylan pero creo que intuyen que ha ocurrido cuando ven mi cara al oír su nombre, por ello se callan y vuelven a lo suyo, subo y me doy otra ducha, me pongo el pijama, ese tan infantil, aún tirado en la cama y bajo a cenar, hay pescado, a mi padre le sale buenísimo, con patatas y tomate, no dejo nada en el plato, charlo un rato con mis padres, futbol, política y poco más, suele ser una conversación parecida todos los días, al cabo de un rato me decido por subir a leer, esa es otra de mis pasiones, adoro leer, sobre todo Harry Potter, son mis libros favoritos, mi padre dice que tengo una pequeña obsesión con esa saga, aunque quizás tenga razón, teniendo en cuenta la decoración de mi habitación, llena de posters de Quidditch, de Harry, estanterías con todos los libros, varitas, una pared pintada con Hedwig en grande y Dobby, sí, quizás sí pero a Dylan siempre le ha gustado o le ha dado igual, supongo que si alguna vez me quiso, fue por mi. Paso horas leyendo, para cuando me he dado cuenta son las 02:00 a.m. y me muero de sueño, cojo mi móvil para mirar si tengo alguna notificación y para mi sorpresa tengo un mensaje de Louis;

"Buenas noches, señorita enfadona, 💕"

Frunzo el ceño, ¿Un corazón?, me encojo de hombros y le doy unas buenas noches secas, apago el móvil y la luz, me doy la vuelta y abrazo a mi peluche de Hedwig, al cabo de unos minutos me quedo dormida.

One step from heaven to hell. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora