"Cuatro"

33 3 0
                                    

Y justo cuando entro en el baño, los veo, ella es morena, tanto de piel como de cabello, tiene unos ojos grandes y verdes, unas pecas claras encima de la nariz, es preciosa, y él.. Él es Dylan, que decir, solo consigo ver como se besan, como se acarician y se tocan, quiero ir y gritar pero cuando comienzo a correr hacia ellos no puedo, se alejan cada vez más, no puedo avanzar, intento gritar pero no me sale la voz y me caigo, caigo llorando y cuando alzo la cabeza, ahí están, señalandome con el dedo, riendose, es una sensación completamente agonizante.

Me levanto ahogando un grito, sudando, con los ojos llorosos, miro a todos lados y abrazo a mi peluche, hacía mucho tiempo que no tenía una pesadilla, miro la hora, son las 10 de la mañana y después de esto no me apetece seguir durmiendo, me levanto y voy al baño, no puedo evitar ver esa imagen de Dylan besandose con otra cada vez que cierro los ojos, me doy una ligera ducha, y bajo, veo a mi madre limpiando y de repente me apetece mucho ayudarla.

-¿Te ayudo? Yo hago la cocina, ¿Vale? -Siempre me ha encantado limpiar la cocina, no sé por qué pero es la única parte de la casa en la que me siento agusto con una bayeta y un cubo de agua.-

Mi madre asiente sonriendome y sigue limpiando el salón, camino hacia la cocina, me extraña que no me haya asaltado con una lista de preguntas sobre que hago despierta tan temprano, o sobre Dylan, aunque no le presto mucha atención, me paso toda la mañana limpiando y para cuando me doy cuenta son las 13:00 p.m., mi barriga hace ruidos y recuerdo que no he desayunado, subo rápidamente a darme otra ducha, huelo a productos de limpieza, me pongo un vestido largo, suelto, de flores claras y pequeñas, una cazadora rosa y unas sandalias de colores, mi madre siempre dice que tengo un gusto extraño con los zapatos pero no me importa, me gusta vestir como realmente me siento, cojo un bolso pequeño de colores, donde caben justamente la cartera y el móvil, con suerte las llaves y bajo.

-Voy a comer fuera, y quizás no venga hasta la noche -No doy explicaciones de haber quedado con Louis, no lo conocen, tampoco hace falta, para mi sorpresa, mi madre vuelve a asentir sonriendo, sin decir ni preguntar nada, quizás tiene un día raro, salgo.

Camino sin saber muy bien a donde voy, simplemente me dejo llevar, el clima es cálido para la estación en la que estamos, ya en algunas casas hay adornos navideños, luces y árboles decorados, todo es precioso, llego a una cafetería donde ponen almuerzo, es como un bar de carretera, tiene una decoración muy peculiar, está ambientado en los 70's, adoro esa época, me siento en una mesa al lado de la ventana pero apartada de la gente, me gusta ver a las personas pasar, las familias, me gusta imaginar las vidas ajenas de los pueblerinos, veo a la camarera, que me repite un par de veces lo que hay en la carta.

-Mm.. Un trozo de tortilla de patatas, beicon y mm, un huevo frito. Para beber agua, por favor -Le dedico una sonrisa y ella me la devuelve mientras va a cocinas, es rubia, tiene los ojos color miel y una piel blanca y lisa, es muy guapa pero tiene algunas arrugitas en los ojos y unas ojeras grandes, es joven pero obviamente no ha tenido, ni tiene una buena vida, al cabo de unos minutos vuelve con la comida y el agua, se lo agradezco y como tranquila, sin controlar el tiempo, una hora después ya he pagado y he salido de la cafetería, me dirijo al parque con calma, aún me quedan 30 minutos, aunque está lejos, pero no importa, paso por un escaparte y me quedo mirando una cámara, es preciosa, estoy segura de que haría unas fotos increíbles pero es demasiado cara, adoro la fotografía, tengo claro que voy a estudiar esa carrera, ahora saco algunas pero mi cámara no es suficientemente bueno, cuando llego al parque son las 16:10 p.m. y allí está Louis, sentado en su banco, mirando la hora, sonrío levemente y me siento a su lado.

-Hola chico -Me giro para mirarle mejor, hace lo mismo y me sonríe, esa preciosa sonrisa, derretiría a cualquier chica.-

-Hola chica -Sonríe, tarda un momento pero me besa la mejilla.- ¿Qué tal hoy?

-Bien, supongo -Sonrío casi sin expresión cuando recuerdo la pesadilla, tengo que admitir que estoy un poco incómoda.-

Creo que se ha dado cuenta de que me ocurre algo porque agacha un poco la mirada aunque vuelve a subirla y destruye el silencio como si fuese algo despreciable.

-¿El otro chico? -¿Tenía que preguntar sobre Dylan? Se me aguan los ojos y ya es obvio que sí tiene algo que ver aunque antes hubiese querido negarlo.- Pero no llores -Limpia mis lágrimas delicadamente con su pulgar y le miro.- ¿Quieres contarmelo?

No estoy muy segura de sí debería contarselo, solo lo conozco desde hace un mes y realmente solo hemos hablado dos, tres días pero necesito desahogarme con alguien y en este momento solo está Louis.

-Se llama Dylan.. -Empiezo a contarle toda nuestra historia, no pongo mucho detalle, no lo creo necesario pero le cuento lo suficiente para que lo comprenda, incluido este último mes, la última infidelidad y la pesadilla.-

Me estrecha entre sus brazos sin decir nada más que varios 'Lo siento' repetidamente, cierro los ojos y me pego a su pecho, Louis es un chico genial, y me alegro muchísimo de poder contar con él aunque seamos casi desconocidos, me separo con cuidado y le miro.

-Gracias.. Muchas gracias Louis. -Le dedico una sonrisa real, una de esas satisfactorias.

Me sonríe amplia y amigablemente, pasamos toda la tarde allí sentados, charlando, riendo, conociendonos, he de decir que es un chico muy gracioso, tiene un brillo especial, podría decir que no tiene ningún defecto, aunque aún, no le conozco completamente.

One step from heaven to hell. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora