Me despido de Louis en la puerta de mi casa y le sigo con la mirada hasta que se escabulle entre las calles, miro la hora y entro, intento no hacer ruido por si mamá está dormida ya que son las 23:00 p.m. y se suele acostar temprano pero la veo en el sofá, viendo la tele, con la luz apagada y su rostro es inexpresivo, comienzo a preocuparme, me acerco encendiendo la luz y me siento a su lado.
-Mamá, ¿Estás bien? -Murmuro mirandola pero ella no hace ni ademán de mirarme, cierro los ojos y suspiro.- Mamá, ¿Qué pasa? Puedes hablar conmigo.. -Y entonces me percato de como una lágrima se desliza por su mejilla, la seco rápidamente con mis dedos y me mira, parece que lleva llorando horas, sus ojos están hinchados y rojos.-
-Papá se ha ido -Y me imagino lo peor, la cara se me descompone y la miro, esperando a que me de alguna explicación.- Hace meses que sabía algo pero no quería dar paso a todo lo que llevaba saberlo con certeza pero ahora que tu abuelo se ha ido, no le ha quedado otra que decirmelo, hace meses que tu padre tiene una aventura.. Tantos años de matrimonio, le he dado tanto.. Pero no ha sido suficiente, los años han caído sobre mi como piedras pesadas.. Mirame.. -Baja la mirada y la abrazo, siento un alivio inmenso pero no puedo evitar sentirme fatal, mi familia no lleva la suerte en la sangre, no al menos este año, solo me queda decirle que la quiero y que saldremos de todo juntas y así lo hago, se lo repito varias veces y subimos a las habitaciones, necesita descansar y le aconsejo que mañana se relaje.
Entro en mi habitación y me quedo pegada a la puerta unos minutos, con los ojos cerrados, mentalizandome de que mi padre me dará alguna explicación, papá me quiere, siempre hemos tenido una buena relación y confío en él aunque ahora solo tengo ganas de darle de hostias, infiel, a cada minuto que pasa creo estar más segura de que todos los hombres son iguales y entonces pienso en Louis, en que él aparenta ser diferente, aparenta ser especial o al menos me hace sentir así, me quito la ropa y me meto en la cama, no me apetece buscar el pijama, no pasa nada por dormir en ropa interior por una noche, cierro los ojos disponiendome a dormir pero escucho el sonido del teléfono y los abro rápidamente cojiendolo, es Louis.
-¿Estás mejor? -Es lo primero que dice cuando descuelgo, sin darme tiempo a saludar, sonrío, adoro como se preocupa por mi.-
-Sí, estoy mejor, gracias Louis -Prefiero no contarle nada de mi padre por ahora, no quiero que se preocupe más por mi.-
-Genial.. Solo era eso, hasta mañana, descansa -Cuelgo tras despedirme y volver a darle las gracias, ahora sí, caigo dormida en un sueño profundo.
Escucho como llaman a la puerta de mi habitación varias veces y entre abro los ojos, bostezo, miro la hora, son las 11:00 a.m. y vuelvo a escuchar la puerta dando permiso para que entrar creyendo que es mamá.
-Buenos días -Escucho la voz de Louis y abro los ojos totalmente, me giro para mirarle y ahí está, sonriendome como siempre, parece no tener nada por lo que sentirse mal nunca, eso me gusta, veo que me mira y me percato de que estoy en ropa interior, me tapo rápidamente sonrojandome mientras me maldigo por destaparme por las noches con los pies.-
-Ho-hola.. ¿Qué.. Qué haces aquí? -Consigo ver como suelta una pequeña risa, supongo que se ha dado cuenta de lo nerviosa que me he puesto.-
-Tu madre me ha dejado subir, es una mujer encantadora.. Pensé que te vendría bien salir a desayunar, así te da el aire, no quiero que pienses mucho en.. Ya sabes -Sonríe y se sienta a los pies de mi cama, cierra los ojos.- Vistete, que no miro.
-Pero.. -Río mirandole, se le ve adorable, parece un niño pequeño jugando al escondite.- Vale, voy -Me levanto rápidamente y voy al armario, poniendome unos vaqueros negros, rotos por la rodilla, una camiseta negra y una cazadora negra.- Ya puedes mirar -Digo mientras busco mis botines, rosas, adorables, y me los pongo, noto como Louis me recorre con la mirada y suelta una risa al llegar a los pies.
-¿De verdad? Vas toda de negro y.. Unos botines rosas -Ríe negando.- Eres de lo que no hay Alice -Se levanta y va a la puerta.-
Voy al baño a lavarme lo dientes y a peinarme mientras río por su comentario, yo creo que me quedan geniales, salgo mirandole y me pasa un brazo por los hombros, le miro algo extrañada pero no me molesta, es dulce, bajamos y miro a mi madre, que está recogiendo la cocina.
-Hasta luego señora -Sonríe Louis a mi madre y ella se la devuelve, me despido con la mano y salimos de casa.-
-¿A donde vamos? -Alzo la mirada, soy un poco más baja que él.-
-¿Te gusta París? Hay una cafetería preciosa ambientada allí y tienen unos cruasanes de morirse -Baja la mirada para mirarme y asiento, París siempre había sido uno de mis lugares favoritos, el amor, las luces, me encantaría ir algún día.
Vamos a su coche, es precioso, negro, nos lleva hasta allí, a decir verdad está un poco lejos pero no importa, cuando bajo veo lo precioso que es, entro rápidamente, Louis me tiene cogida la mano, no le doy importancia, estiro de él hacia la parte de los dulces.
-Ala.. -Sonrío y susurro mirando la gran variedad de dulces y de cruasanes que hay.-
-¿Cuál quieres? -Me mira sonriente, parece que disfruta viendome sonreír.- Yo quiero un cruasán relleno de nata.
-Yo relleno de chocolate -Asiento.- ¿Puedes pedirlo tu? Quiero ir al baño -Y cuando asiente, entro a hacer pis y a lavarme las manos, salgo a los minutos y ya está sentado con los cruasanes y dos cafés, me acero.- ¿Cuanto tengo que darte? -Saco la cartera.-
-No seas tonta -Niega sonriente.- Te invito yo -Y acabo guardando la cartera tras unos minutos de porfíos.-
-Gracias.. -Le sonrío.- ¿Quieres probar el mío? -Le da un bocado y me ofrece del suyo, le doy un pequeño bocado manchandome la comisura de los labios de nata, y justo cuando Louis se inclina para limpiarme, entra Dylan y agarra a Louis del cuello de la camiseta.
-¡Es mi chica! ¡Alejate de ella! -Me asusto cuando Dylan grita y veo como mira a Louis con rabia, Dylan es uno de esos que ni come, ni deja comer.
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One step from heaven to hell.
RandomPensé que los angeles tenían alas blancas y vivían en el cielo pero me di cuenta de que hasta el más dulce podía esconder oscuridad y vivir en el infierno.