CAPITULO 9

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NARRA LAUREN
Casi al final del vuelo, Alan se acercó a mi asiento e intercambió el lugar con el guardián situado junto a mí. Yo aparté la mirada hacia otro lado adrede y me quedé mirando por la ventanilla con la mente en blanco. Pasó un buen rato en silencio. Por fin, él dijo:
-¿De verdad ibas a atacarnos a todos? -no le contesté-. Hacer eso... protegerla de ese modo... es algo muy valiente -realizó una pausa-. Estúpido, pero valiente, sin duda. ¿Por qué lo intentaste siquiera? Me aparté el pelo del rostro y volví la vista atrás, de modo que pudiéramos mirarnos directamente a los ojos. -Porque soy su guardiana. Tras esa réplica, continué mirando por la ventanilla. Después de otro momento de tranquilidad, se levantó y regresó a la parte delantera del avión camila y yo no tuvimos la menor oportunidad de intentar
algo tras el aterrizaje, y debimos permitir que los comandos nos llevaran a la Academia. Cuando el coche se detuvo ante la verja, el conductor habló con los guardias, que comprobaron que no éramos demonios de camino a una expedición de matanza, y unos instantes después cruzamos el perímetro defensivo y llegamos hasta el mismo edificio de la Academia. Era el momento del crepúsculo -el comienzo del día vampírico- y el campus estaba envuelto en sombras. Y ése era el aspecto que tenía este lugar: extenso y gótico.
Los sangre pura confiaban mucho en la tradición y no les gustaban los cambios.
Nos hallábamos en el campus de secundaria, dividido en las zonas de bachillerato y secundaria propiamente dicha. Cada una estaba construida en torno a un gran cuadrilátero abierto decorado con caminitos de piedra y enormes árboles centenarios. Nos condujeron hacia el patio de bachillerato. A un lado se alzaban edificios académicos y en el opuesto, los dormitorios de los guardianes y el gimnasio; la residencia de los sangre pura ocupaba otro de los costados y enfrente de la misma se erguían los edificios administrativos, de uso común para el bachillerato y la secundaria. Los estudiantes más jóvenes vivían en el campus de primaria, situado algo más lejos en dirección oeste.
Sentí el aire frío deslizarse en mis pulmones, un aire que olía a pino y a hojas caídas y húmedas. Los bosques circundantes crecían alrededor del perímetro del complejo estudiantil, y durante el día podían verse a lo lejos las cumbres de las montañas.

Mientras caminábamos en dirección a los edificios principales de bachillerato, me aparté de mi guardián y corrí hacia Alan

-Eh, camarada. Él siguió andando y no me dedicó ni una mirada.

-¿Ahora te han entrado ganas de hablar? -¿Nos llevas a presencia de Hunter

-Directora Margaret Hunter -me corrigió.
Desde su otro costado, camila me lanzó una mirada cuyo significado era «no empieces a liarla». -Directora o lo que sea, sigue siendo una estirada y vieja perr...
Mis palabras se desvanecieron conforme los guardias nos introducían a través de una serie de accesos directos hacia las zonas comunes. Suspiré. ¿De verdad esta gente podía ser tan cruel? Debía de haber al menos una docena de caminos para llegar a la oficina de Margaret,pero nos llevaban justo por el que atravesaba las zonas comunes.    Y era la hora del desayuno.

COLMILLOS SANGRIENTOS (CARMEN)GP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora