NARRA LAUREN
Los guardias novicios — como yo— y los pura sangre se sentaban juntos, comiendo y relacionándose, con los rostros iluminados por cualquiera que fuese el cotilleo que mantuviera a la Academia en ascuas en ese momento. Cuando entramos, el fuerte zumbido de las conversaciones se detuvo de repente, como si alguien hubiera pulsado un interruptor. Cientos de pares de ojos se giraron hacia nosotros.Les devolví las miradas a mis antiguos compañeros de clase con una mueca perezosa, intentando captar en qué podían haber cambiado las cosas. En nada. O al menos no lo parecía. Misericordiosa mente , nuestro paseo de la vergüenza terminó, aunque nuestro nuevo decorado, la oficina de la directora Margaret no es que mejorara mucho las cosas. La vieja bruja tenía la misma apariencia que yo recordaba: alta y delgada, como la mayoría de los pura sangre , con la nariz afilada y el pelo gris. Siempre me recordaba a un buitre. La conocía muy bien gracias al montón de tiempo que había pasado en su oficina. La mayoría de nuestros escoltas se marchó en cuanto camila y yo nos sentamos, momento a partir del cual me sentí bastante menos prisionera. Sólo se quedaron alan y Alexa, la capitana de los guardianes de la escuela. Tomaron posiciones junto a la pared, adoptando esa apariencia estoica y aterradora tan propia de su trabajo. Margaret fijó sus ojos airados en nosotras y abrió la boca para empezar lo que sin duda sería una sesión de quejas de primera categoría, pero una voz profunda y amable la detuvo
—karla.
Sorprendida, advertí en ese momento que había alguien más en la estancia, aunque no me había dado cuenta al principio. Era un descuido imperdonable en un guardián, incluso en un novicio. Con una considerable dosis de esfuerzo, Victor cabello se alzó de una silla de la esquina. El príncipe Victor cabello camila se levantó de un salto y corrió hacia él, arrojando los brazos alrededor de su cuerpo
—Tío —susurró, y su voz sonó al borde de las lágrimas cuando intensificó el abrazo. Él le palmeó suavemente la espalda, con una sonrisa apenas insinuada. —No tienes idea de lo feliz que me hace que estés a salvo, karla —miró en mi dirección—. Y también tú, Lauren. Asentí en respuesta a la cortesía Se trataba del padre de emily, Me caía muy bien y era la única persona a la que me alegraba ver entre los allí presentes Margaret les concedió unos momentos y después, con rigidez, llevó a camila hasta su asiento. Había llegado la hora del sermón.
Y fue uno de los buenos, el mejor de Margaret,quizás, y eso no era poca cosa, ya que se trataba de una maestra en tales lides. Estoy más que convencida de que ése era el único motivo por el cual había escogido la administración escolar, porque ya me gustaría ver alguna prueba de que realmente le gustaran los niños. El discursito cubrió todos los temas habituales: responsabilidad, comportamiento temerario, egocentrismo… bla, bla, bla. Pronto me descubrí con la cabeza en otra cosa, considerando las posibilidades de huir a través de la ventana de su oficina. Pero cuando la invectiva cambió de dirección y me tocó a mí… Bueno, entonces tuve que volver a concentrarme.
—Y usted, señorita jauregui, ha roto el compromiso más sagrado entre los de su especie: la promesa de todo guardián de proteger a su pura sangre. Es una gran confianza la que se deposita en usted, una confianza que usted ha traicionado de forma egoísta sacando a la princesa de aquí. Los demonios estarían encantados de terminar con los cabello y usted casi se lo sirve en bandeja
—Lauren no me secuestró —terció camila;sentía una gran inquietud en su fuero interno, pero transmitía aplomo en el semblante y el tono de voz—. Era yo quien quería irse, no la culpe. La señora Margaret nos chistó a ambas para hacernos callar y recorrió la oficina de un lado a otro con las manos enlazadas tras su estrecha espalda.
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COLMILLOS SANGRIENTOS (CARMEN)GP!
Fiksi Penggemarprologo que pasaría si te enamoras de alguien que no puedes amar que pasa si por ese amor estas dispuestos ha dar todo hasta tu vida esta es la historia de dos chicas muy especiales que están dispuestas hadar todo por su felicidad y por su amor