Capitulo 43: Regresando al inicio

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-Demonios mujer! Estaba dispuesta a salir corriendo en tu defensa pero todo el trabajo lo hiciste por ti misma. De verdad cambiaste-
-Qué puedo decirte? Finalmente abrí los ojos y me di cuenta de la clase de personas que decían "quererme"-
-Lo lamento por eso Sof-
-Yo no. Era necesario sacar lo que no necesitaba en mi vida-
-Y bien...viendo cómo has manejado una situación de ese estilo, ya pensaste en cuánto tiempo te quedarás?-
-Tal vez una semana o dos, no lo sé con certeza-
-Una semana? Qué haremos en tan poco tiempo?- Una pequeña sonrisa se forma en mi boca al escuchar preocuparse a Raquel.
-Tú dímelo, eres la reina de los planes-  Son las palabras más peligrosas que pude haber mencionado, en cuanto anocheció, Raquel aprovechó para invitarme a una fiesta. Me hizo usar un diminuto vestido plateado sin tirantes, onduló mi cabello, aplicó sombra oscura en los ojos y rizó mis pestañas, me sentí una completa muñeca a su disposición.
-Dios, debería dedicarme a esto, soy muy buena. Te he dejado como una diosa!-
-Diosa de esquina?-
-No! Solo en caso de que alguien pregunte tu precio no olvides en añadir unos cuantos ceros!-
-Raquel!-
-Es broma! Alégrate un poco, sonríele a la vida, ríe de ella! Cuántas personas han pasado por lo que tú y tienen la fortuna de levantarse y sonreír?-
-Tienes mucha razón. Salgamos de aquí antes de que me arrepienta!-

Sigo sin comprender el concepto de "salir de fiesta". La verdad lo he intentado demasiado y no obtengo la alegría que la mitad de las personas de mi edad dicen sentir. Cuál es el punto de salir y perderte en el alcohol? O de obtener la mayor cantidad de números del sexo opuesto? Cuál es el objetivo de despertar cada día con una persona diferente? Tal vez las respuestas van más allá de mi entendimiento, o tal vez, no he tenido las aventuras suficientes para decir que salir es lo que mejor que podría pasarme.
Justo como ahorita. Tengo entendido el antro es nuevo, buen inmobilario, buena música, tengo la mejor actitud, estoy sonriendo, tengo a mi lado a una de las mejores persona que la vida pudo presentarme, las miradas masculinas no me abandonan y aún así, sigo sin comprenderlo. Tal vez mi "botón social" este descompuesto.

-Hay un chico que no deja de mirarte, quieres lo invitemos a la mesa?-  Levanto la mirada y a lo lejos, sobre la barra, un chico al estilo "beach boy" no deja de mirarme.
-Quieres sea su conquista de la noche?- Inmediatamente bajo la vista y no porque aquel chico tengo efecto en mí, simplemente porque no estoy interesada.
-Sof, Sof, Sof. Has madurado mucho pero aún existen detalles que debes aprender-
-Cómo cuáles?-
-Dios nos dotó con ciertas cualidades y mientras sepas utilizarlas no serás la conquista de alguien. Piénsalo de esta manera, serás el faro y los mosquitos vendrán hacia ti- Sonríe irónicamente mientras cruza las piernas otorgándole una magnífica vista a su reciente conquista, pobre chico, no sabe con quién se está metiendo.
-Tienes pensamientos malévolos, lo sabías?-
-Más vale mujer precavida! Ahora ve por él!- En el momento que termina de hablar, se incorpora acomodándose el minúsculo vestido, ondea su cabello con los dedos y se mira una última vez en el espejo antes de dirigirse  con aquel chico.
A pesar de las rupturas y relaciones complicadas que ha tenido,  Raquel no ha perdido su singular humor a la hora de coquetear.
Tal vez debería hacer lo mismo, conocer a alguien en lugar de quedarme sentada mirando a todos y nadie a la vez. Qué noche la mía.

-Qué haces aquí?- El repentino tono interrogatorio me sobresalta provocando que derrame la bebida sobre el vestido y parte de mi pierna. El frío de la bebida comienza a hacer efecto, debe ser eso, o quizás el causante es aquella persona que sigue pisando mis huellas con la misma intensidad que el primer día.
-Vas a ignorarme? Creí habías dicho haberme superado! Dime la verdad Sofía, me estás siguiendo?- De todas las excusas que puede utilizar para dirigirme la palabra y tenía que usar esa? Seguirlo yo? En qué cabeza se puede crear esa idea? Puedo estar loca pero no necesitada!
-Vamos Sofía, contéstame! Tú y yo nos conocemos bien, más que bien diría yo, sabes de lo que hablo, no?- No sé que me provoca más asco; el erróneo recuerdo del pasado a su lado, ó el nauseabundo olor a alcohol que emana de su boca. Se encuentra tan ebrio que le es imposible mantenerse de pie, usa mis hombros para apoyarse a pesar de los múltiples intentos por apartarlo. En este momento tenerlo tan cerca y en ese estado me repugna.
-No me hablaras, cierto? Tú siempre tan recatada, sintiéndote lo máximo sobre los demás. Por eso me dejaste! Por eso te fuiste sin darnos otra oportunidad! Debería darte pena...-Coloca sus brazos alrededor de mi cintura presionando su cuerpo contra el mío, instintivamente pongo las manos sobre su pecho en un intento de detenerlo y hacer un poco de espacio. Por qué nadie puede ver lo que está sucediendo y venir en mi ayuda? Mientras más resisto más fuerza emplea, tanto que comienza a doler.
-Suéltame Nicolás, te lo advierto!-
-Por fin hablas, no era tan difícil verdad? Ahora dime la verdad, a que has venido?- Tenerlo tan cerca me obliga a observarlo y debo admitir que su apariencia no es nada parecido a lo que hace un año podría definir como su estilo. Lleva la camisa desabotonada, el cabello alborotado, numerosos moretones en el cuello que estoy segura fueron obra de algunos encuentros amorosos, al igual que el labial color carmesí que lleva en las mejillas y labios. Este no es Nicolás, ni un poco.
-No te incumbe a que he venido- Lo sé, es estúpido iniciar un debate con una persona que se encuentra en tal estado, pero tampoco pienso dejar me trate como si fuera de su propiedad.
-No juegues conmigo Sofía, responde!-
-No tengo porque darte explicaciones. Ahora suéltame, es la última vez que lo digo!-
-No puedes dejarme, no puedes! He dado mucho por ti, simplemente no puedes dejarme!-
-Ya lo hice!- Aprovecho la disminución de su agarre, producto de mi respuesta, para liberarme y correr hacia la salida. Lo lamento por Raquel, pero no puedo quedarme a avisarle que me marcho, además ella está tan ocupada que dudo note mi ausencia.

El frío de la noche ayuda a olvidar, aunque sea por unos segundos, la extraña situación en la que me vi envuelta. Es tan extraño ver actuar diferente a una persona que creías conocer. Parece que la gente nunca deja de sorprender.

-Por qué huyes de mi?- Ha salido de la nada, a penas puede caminar pero se nota estaba buscándome, se le puede ver en sus ojos.
-No es el momento- Qué está pasando conmigo? Por qué dije eso? No quiero darle ilusiones, no quiero darme ilusiones!
-Y cuando será el momento? Dime Sofía! Según tú, cuando sería un buen momento?-
-Cuando estés sobrio! Cuando seas consciente de lo que dices y haces!- Maldita sea! Eso no es lo que quería decir.
-No necesito estar sobrio para saber que te amo. Aún te amo...- Aquí está, esa extraña sensación que tan acomplejada buscaba evitar. Cómo es posible que mi corazón reaccione al escuchar esas palabras? Yo ya no siento nada por él, nada! Y sin embargo, al verlo en este estado: destrozado, rebajado, humillado, totalmente opuesto a lo que una vez fue, hace que me conmueva  y algo dentro de mí se retuerza como si de las cenizas pudiera revivir un sentimiento, uno que estaba muy oculto y que yo misma me encargué de quemar.

Bendita traición  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora