Capítulo 43

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-estoy esperando a alguien – dije, cuando una mesera del personal del restaurant en el que me encontraba se acercaba a la mesa

Con una sonrisa tímida, asintió y se alejó.

Estaba en uno de mis restaurantes favoritos de los últimos tiempos situado en 8 Seymour street, Locanda Locatelli de comida italiana.

Un lugar espacioso, pero que a la vez se sentía íntimo. La decoración era bastante elegante, tenía mucha luz tenue nada muy escandaloso, pisos oscuros y las luces que daban directamente a la decoración del lugar le daban un aspecto cálido y muy original.

Ya lo había visitado varias veces, especialmente con Laura y Jessie que aman la comida de aquí tanto como yo y disfrutábamos pasar un rato entre manjares italianos.

Me encontraba algo nerviosa, bastante nerviosa de hecho, la sensación de nerviosismo trajo consigo que me doliera el estómago. Solo era él a quien esperas Adele. Pensé. Pero no podía evitarlo, él me regalaba esas sensaciones con su presencia desde hace mucho tiempo ya.

-Soy afortunado por estar aquí con la mujer más hermosa - como si lo hubiera llamado con el pensamiento, escuché su voz detrás de mí.

Me hipnotice cuando voltee y levanté la mirada para encontrarme con esos ojos, estaban más hermosos que nunca, me inundó una sensación de bienestar y un poco de tranquilidad cuando lo vi sonreírme.

Lucía una camisa blanca de lino y su cabello estaba perfectamente peinado, pulcro y guapo como siempre.

-¿Está usted coqueteando conmigo? – pregunté fingiendo indignación

El se acercó y me habló al oído

-Es que es usted tan hermosa que no me pude resistir – susurró

Me separé un poco

-lo siento pero tengo novio – respondí volteándome hacia la mesa de nuevo

El me tomó desprevenida y me atrajo un hasta pegarme sutilmente a su pecho

-y él está aquí justo delante de ti – fue lo último que dijo antes de estampar sus labios contra los míos en un suave y tierno beso.

Nos separamos, nuestras miradas se encontraron cómplices, divertidas y ambos carcajeamos prudentemente

Depositó un beso sobre mi frente, ayudó a sentarme, tomo asiento en frente de mí, yo no podía apartar la vista de él, ni siquiera para pestañear. Quería asegurarme que él estaba ahí, sentado frente de mí, que no era un espejismo, que él si era real.

Nos observamos en silencio durante unos segundos hasta que sentimos la presencia de la camarera por un ruido que hizo con su garganta para que quitemos los ojos de nosotros mismos y la volteemos a ver. Pude notar algo de irritación en su rostro, pero no dijo nada desfavorable.

-¿Desean ordenar algo en específico? - preguntó tiempo después de que nos entregó el menú

- Fetuccini con Salsa de Azafrán y ostiones – pidió él. Me miró y entrecerró los ojos – y para la Srta. Mmmmm – pensó - Fetuccini en salsa Alfredo ¿verdad?

Asentí dándole una enorme sonrisa, me encantaba ese tipo de detalles tan pequeño como que se acordara mi plato favorito.

-y dos copas del vino de la casa – pedí

La camarera anotó nuestro pedido y pidiendo permiso se retiró.

-te extrañé hoy – dijo tomando mi mano

-y yo a ti – lo miré

-¿estás bien? Te notó un poco tensa –

Me removí un poco incomoda sobre mi silla, estaba un poco tensa, tensa y nerviosa.

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