[02] Te debo una disculpa

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NARRA PAULA

—Hola—dijo aquel castaño de ojos verdes que aún no lograba identificar .

—Hola—respondí algo confusa.

—¿Sabes quien soy?—preguntó al segundo, fue como si me hubiera leído la mente y supiera que estaba confusa porque no sabia quien era y mucho menos qué hacía en mi habitación.

—Me suenas mucho, pero...no—dije mucho mas confusa de lo que estaba antes.

—¿RubiusOMG?¿No recuerdas nada?—siguió él mirándome fijamente a los ojos, algo que empezaba a ponerme nerviosa. Me revolví en mi sitio.

Estaba negando con  la cabeza y pensando en esa incómoda situación hasta que me acordé. El era Rubius, el youtuber mas conocido de España. 

—Espera, claro que te conozco. ¿Qué haces aquí? Digo, no es para que te vayas—dije intentando no parecer desagradable. El castaño rio ligeramente.

—Él te atropelló sin querer y quiso quedarse a asegurarse que estabas bien.¡Pero estás bien!— gritó Gio.

—Vas a matar a la muyaya—se dirigió a ella Rubius, después se giró hacía mi de nuevo.—Aún no me he disculpado por atropellarte.

—No pasa nada.—Nos quedamos unos segundos en silencio, mirándonos.

—Está bien. Pues...gracias por perdonarme, me encantaría quedarme pero me tengo que ir.—terminó, cortando el contacto visual.

—Oh, claro. Gracias por quedarte.

—Gracias por perdonarme. Adiós.

—Adiós.—Segundos después se fue.

—¡Por fin estás despierta!Creíamos que ibas a entrar en coma o algo así.-gritó mi amiga.

—Tía, para de gritar, ¿no?

—¡¿Por qué?!

—La jaqueca.

—Es verdad. No me acordaba tía. ¿Quieres que nos vayamos para dejarte descansar?

—Bueno, vale. No me vendría mal.

Zeta y Gio se despidieron de mí y se fueron.

(...)

Habían pasado cuatro horas desde que se habían ido y me aburría bastante, así que decidí ir a casa de Gio. Antes, comí algo, porque las tripas me rugían. Mientras "desayunaba" miré Twitter. Vi un tuit de Rubius que decía así:

"He atropellado a una chica con el skate. Kalma. Esta bien. Por ahora no he matado a nadie. A no ser... ¡NO!"

Le di like, aquel tuit me hizo sonreír, por algún motivo, tenía una sonrisa tonta en mi cara. Seguramente porque era un chico majo, y que se hubiera acordado de mí, era... guay.

Después de comer fui a casa de Gio. Cuando abrí la puerta grité como siempre:

—¡Hola Giooo!

Y ella me respondió aún más alto:

—¡¡¡Hola Paulaaaaa!!!

Estaba en su habitación, así que fui hasta allí.

—¡Ya no tienes jaqueca!

—Bueno, si sigues gritando volverá.

—No lo puedo evitar.

Se calló mientras seguía haciendo lo que fuera que hiciese y yo me tumbé en su cama durante unos cinco minutos.

—¡TÍA!

Di un bote en la cama del susto.

—¡¿Qué?!

—¡¿Te acuerdas de cuando vino Rubius?!

—¡Ha sido hoy!

—Vale, relaja tía. ¡Nos ha invitado a una fiesta!

—¿Por qué?

—Decía que se sentía mal y quería compensarnos de alguna manera. Barra libre.

—Pero si no bebo.

—Ya, pero ahí esta la intención, él no lo sabia.

—¿Le has dicho que somos youtubers?

—No,¿por?

—Por nada. Tonterías.

—Cuenta.

—Es que no quiero que nos reconozca. Hoy ha puesto un tuit mencionando a una chica a la que ha atropellado y muchas han comentado cosas como "guarra" "ojalá yo fuera esa puta" "seguro que se dejó atropellar". No quiero que mencione nuestro canal y arruine todo lo que estamos haciendo.

—No sé tía. 

—Tu confía en mi.

—¿Irás a la fiesta?

—Pues claro. Sigue siendo Rubius. Es genial.

—Vale.

—¿A qué hora es?

—A las once.

Después de esa conversación estuve un rato más en su casa, intentando analizar todo lo que me había pasado en un día. Finalmente volví a mi casa para descansar hasta la fiesta.

La Cuarta Foto | Rubius y Paula BaenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora