Caí a los pocos segundos, era Mangel, un youtuber bastante famoso, y el mejor amigo de Rubius. ¡Claro! Por eso estaba en el hospital.
Me sentí tonta por no haberme dado cuenta antes.Narra Rubius
—El paciente está avanzando. No obstante, aún queda bastante para que despierte. Pero tenemos esperanzas.—Asentí, junto a los padres de Mangel. Aquella respuesta no me servía.
Llevaban semanas diciendo lo mismo.
Parecía que habían esperanzas pero volvía a estar mal. Salí de la habitación cuando sonó mi móvil.—¿Rubén?—preguntó la voz femenina tras el teléfono.
—Irina...¡Irina! Mierda, lo siento.
—No me lo puedo creer,¡llevamos meses planeando esto!—riñó Irina, y con razón. Me había vuelto a olvidar de que ese día íbamos a ver el piso al que queríamos mudarnos.
—Yo... lo siento.
—¿Qué pasa?¿No te gusta la casa?¿Es por Mangel?—ablandó un poco el tono, y cerré los ojos, sintiéndome culpable.
Nuestra relación iba genial, Irina era fantástica, pero no me sentía preparado.
Antes lo estaba, pero lo que le pasó a Mangel hizo que reflexionara, y no estaba seguro.—No, la casa es genial. Pero... creo que tenemos que hablar.
—¿Va todo bien?—volví a sentirme culpable.
—Yo... es que creo que deberíamos hablar.
—De acuerdo.
(...)
Tras la llamada decidí ir a la máquina de café, ya que al día siguiente había quedado con Irina, y no sabía qué decirle.
Allí vi a la rubia con la que me cruzaba últimamente.
Noté que hablaba por alguien también por teléfono, mientras jugaba con la tapa del café, nerviosa, al parecer.—Claro.—dijo. Llegué a la máquina y le sonreí como saludo, el cuál ella correspondió.—Nos vemos luego, entonces—terminó, y me miró.
—¿Es tu novio?—pregunté algo burlón mientras llenaba su vaso. Ell se alarmó.
—Pues claro que no, es mi amigo.
—¿Tu amigo...?
—Sólo mi amigo.
—De acuerdo, de acuerdo.
Pareció relajarse.
—Una cosa...—empezó Paula, pero su móvil volvió a sonar.—Da igual, luego te lo digo.
—¿En el ático esta noche?
—Vale.
(...)
Narra Paula
Cuando Rubius llegó, yo ya me encontraba allí.
—Hola—saludó, y se sentó a mi lado.
—Hola. Desde aquí, Madrid es precioso.
—Lo es...—Estuvimos unos segundos en silencio.—¿Querías decirme algo, no?
—Sí. Bueno, yo... hoy he escuchado cómo llamaban a los padres de Mangel. Y...¿estás aquí por él?—La sonrisa del castaño se borró, y suspiró.
—Supongo que alguien acabaría enterándose. Sí... yo... no, no...—Parecía que le costaba seguir, así que decidí intervenir.
—Está bien, siento haber preguntado.
—No pasa nada. Necesito poder hablar de esto. Algún día te lo contaré, cuando esté preparado.
—Claro.
¡Hola! No sé si quedará alguien por aquí. Si es así, gracias por vuestra paciencia ❤️
Como es verano, intentaremos actualizar un poco más.
¿Qué creéis que le pasó a Mangel?
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La Cuarta Foto | Rubius y Paula Baena
Fanfiction¿Puede cambiarlo todo una simple coincidencia?