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Llegamos a casa, mis padres estaban sentado es en el sillon casi dormidos mientras veían una película. Subimos con cuidado a mi habitación y nos cambiamos la ropa que llevabamos por pijamas.

"¿Quieres ver una peli?" dije sacando mi portátil del cajon del escritorio.

"Vale, ¿cuáles tienes?"

"Pues mira." dejé el portatil en su cama y caminé hacia la estantería. "Ven."

"Veamos." miró película por película hasta que encontró 'scream'. "Veamos esta."

"Demasiado para mi." dije riendo.

"Oh vamos Alba, es solo un thriller." dijo golpeando mi brazo suavemente.

"Está bien, a media noche me bajaras tu a por algo de agua." dije bromeando y él soltó una pequeña carcajada.

Nos tumbamos en su cama y metí el DVD en la ranura de discos del portátil. Esperamos unos segundos a que el reproductor cargase y nos acomodemos para verla mejor.

Nos apoyamos en el cabecero con la almohada por en medio para estar más cómodos, y la película comenzó.

En algunas escenas me tomé la libertad de apoyar mi cabeza en el hombro de Carlos e incluso pasar mi brazo por su estomago cuando salía una escena de alta tensión.

Cuando la película terminó quité la cabeza de su hombro para poder mirarlo mejor a los ojos pero no le quité la mano del estomago.

"¿Quieres ver otra?" pregunté.

"Como quieras." nos quedamos cayados.

Acerqué el portatil más a mi para sacar la pelicula y entregarselo a él, me levanté de la cama con cuidado de no darme con la parte de arriba y busqué otra pelicula más. Esta vez era una comedia romantica de esas.

"Alba porfavor," se rió. "Esto es una mierda."

"Perdona pero '50 primeras citas' es la unica pelicula de ese género que vale la pena ver." defendí mi peli.

"Ajá." levantó una ceja y sonrió calidamente.

Puse la pelicula y cuando terminó de sonar la canción principal Carlos estaba dormido en mi hombro.

"Pues mira este." dije riéndome y en voz baja para no despertarlo.

Me levanté para irme a mi cama pero un gruñido de él hizo que me quedara quieta alli, apoyé mi cabeza a un lado de la suya y acaricié su pelo. Poco a poco cerré los ojos y quedé completamente dormida.

* * *

Ya había pasado una demana desde que Carlos llegó, los últimos días habían sido normales en todos los aspectos.

Con la diferencia de que a la madre de Dani le habían detestado una anomalía en el hígado, dentro de poco la van a meter a quirófano y Daniel está de los nervios.

"Verás que todo va a salir bien." dije a su lado. "Tu madre es muy fuerte." le di un beso en la mejilla, casi al lado del ojo.

"Lo sé Alba, pero sinceramente, según los médicos era un 80% de probabilidades que no sobreviva a quirófano." mientras pronunciaba palabra iba negando con la cabeza.

Los médicos salieron para decirnos cuando iban a operarla.

"Vete Alba, tienes que irte, estuvistes aqui anoche conmigo sin dormir, despejate y después si quieres vienes." dijo cogiendome con delicadeza la mano.

"¿Estás seguro?" él asintió con la cabeza y me levanté poco a poco. "Volveré cuando salga, avísame." le di un abrazo al que respondió apoyando su cabeza en mi hombro.

"Te quiero." se separo y me dio un beso en la frente.

"Yo también." eso fue un poco hipócrita de mi parte, pero no era plan de soltarle toda la mierda ahora.

"Nos vemos." dijo cuando me fui.

Tuve que volver a casa andando, con todo el frio de noviembre en Madrid, apenas había gente por las calles y coches por la carretera. Fue entonces cuando pasé por Gran Via que todo se llenó de nuevo, gente comiendo en los bares, visitando tiendas, riendo, hablando, parecia que toda la ciudad estaba alli en ese momento. Pasé por al lado de la tienda de chucherias que Carlos estuvo señalando y quise comprar algo para llevar.

"Buenas noches joven." dijo un señor de unos cincuenta años. "Bienvenida a la tienda de chucherias más grande de todo Madrid." una sonrisa rugosa se formó en la cara del hombre.

"Buenas noches a usted también." sonreí amablemente.

Compré algunas golosinas, chicles, chupachups y demás porquerías. Salí de la tienda con una sonrisa debido al trato de aquel hombre.

Llegué a mi casa sobre las doce de la noche, mis padres ya estaban dormidos, miré para el salón y estaban Hugo, Samuel y Carlos viendo la televisión.

"Buenas noches chicos." dije soltando las chuches encima de la mesa.

"¿Y esto?" dijo Carlos riéndose.

"Pues un caprichito colectivo." me deshice dei bolso y lo puse sobre la mesa también.

"¡Tata!" dijo apoyándose sobre la mesa.

"¿Qué tal mi niño grande?" dije acercandome para cogerlo en brazos.

Todos nos sentamos en los sillones mientras comiamos las golosinas, veiamos la tele y hablabamos animadamente.

Quería hablar con Sonia del tema de Daniel pero ya era muy tarde y aparte no tenía intención de acabar ese momento tan cómodo en el que estaba integrada.

En este momento por la cabeza de Alba pasaban miles de cosas relacionadas con su relación sentimental con Dani, sabía que esto no podía a ir a mayores, Daniel estaba seriamente enamorada de ella, si seguia asi, ilusionandolo acabaría peor, pero por el contrario ahora era el peor momento para terminar esa relación, la madre de Dani estaba jugandose la vida en el quirófano, suficiente con eso.

Tampoco quería que esa relación llegara a más, tenían dieciocho años los dos, no podían andar con estupideces a esta altura.

Un ronquido suave sacó a Alba de sus pensamientos, Hugo se había quedado dormido con si cabeza apoyada en su pecho.

"Voy a llevarlo a la cama." subí las escaleras para llegar al segundo piso.

Con cuidado dejé al pequeño en su cama y coloqué varios cogines para que no se callera.

"Buenas noches." le di un beso en la frente. "Que suerte tienen los niños pequeños," Suspiré. "Sin preocupaciones por la vida." cerré la puerta del cuarto con cuidado.

Cuando salí me encontré a Carlos con una sonrisa daleada.

"¿Quieres ser un bebé?" dijo levantando la ceja jugetonamente. "Puedo tratarte como tal." dijo en tono de broma.

"En ese caso traeme un vaso de leche, muero de sed." dije moviendo la mano con indiferencia y entrando a nustro cuarto, él rió y me hizo caso.

El Chico De Intercambio ||A&C||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora