Un árbol de cerezo, un lobo y un jardín

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*Narra Suga*

    Volvía junto a JiMin a la casa. Por culpa del babas este, todas las mandarinas estarían en el mar con rumbo a Japón.

    Mientras caminábamos, me fijé en que él estaba tan ensimismado en sus pensamientos, que no debía faltar mucho para que se pusiera bizco.

  SG.: Tú, si sigues con esa cara de estúpido, voy a acabar soltándote una hostia, ¿quieres reaccionar? ¿Qué te pasa?  -En su rostro pude apreciar su preocupación-.

  JM.: Hyung... Yo no he hablado mucho de esto porque ya había pasado tiempo, creía que lo tenía todo más que superado, pero hoy he visto a HaNeoul y no sé...  Ella... Fue mi primer amor... -Declaró, y comenzó a hablar apresuradamente-. Nos conocemos desde que tengo memoria, y aunque me pasé años enamorado de ella. Siempre pasaba de mí, un día aceptó salir conmigo... Me dejó a los seis días... Dijo que nunca podría llegar a quererme de esa forma, que ella no era para mí... Poco después me aceptaron en Big Hit, y no volví a saber nada de ella...

  SG.: Pero... Ya está, ¿no? Ya se acabó, te recuerdo que está madrugada no te querías separar de Darline ni con agua hirviendo, pero llegas aquí, te reencuentras con alguien, y te olvidas de ella. ¿Aún no la has escrito, verdad? No le has dicho que hemos llegado bien.

  JM.: Yo... Iba a... -Parecía avergonzado, y quizás, hasta arrepentido-. Que habíamos llega...

  SG.: Ya no hace falta -le corté fríamente-. Ya la he escrito yo, a mí sí que me importa ella. Ha decidido confiar en mí, y por lo menos, yo, no voy a fallarla. Ella está mal, ¿no es así? Y claro, tú puedes darla abracitos y besitos en la frente, ¿verdad? Entonces también puedes ser lo suficientemente hombre como para acordarte de ella y sus problemas, para cuidarla, ayudarla y protegerla. Y ahora, ve a buscar las mandarinas que has tirado por andar babeando, yo paso de tirar el dinero.

    Subí a casa aún con el cabreo. Aquel tipo de cosas eran las que me molestaban.

    No había hablado tanto con Darline, pero no me hacía falta para saber que los problemas que me había contado, no eran los únicos que la turbaban. Yo había pasado una vida complicada, y habría agradecido que alguien hubiera estado a mi lado para apoyarme, escucharme, alentarme... O simplemente, estar ahí. Así que no iba a dejar a Darline sola.

    Mientras colocaba la compra, decidí hablarla.

  SG.: Hey enana, ¿todo bien?

  D.: Todo genial, acabo de salir de la iglesia.

  SG.: ¿Iglesia?

  D.: ¡Sí! No hay mucha gente joven, solo una chica y un par de chicos, el resto son parejas mayores.

  SG.: ¿Chicos? ¿Ya estás mirando chicos? A la iglesia no se va a eso, Darline.

  D.: ¡No! Hahaha, ¡no he ido a eso! Pero a ver, cuéntame, vosotros, ¿qué tal?

  SG.: Muy bien, la mayoría está durmiendo, yo colocando la compra, y JiMin recogiendo mandarinas en la playa por estúpido, se le cayeron cuando se chocó con... -pensé, no podía soltarle que JiMin se había cohocado con el amor de su infancia, tenía la fuerte sensación de que a ella le gustaba, y yo no estaba por la labor de hacerla daño-. Con una señora, así que le toca recogerlas.

  D.: ¿En serio? -Río dulcemente-. Luego la patosa soy yo.

Pensé en llevarla un regalo, y aunque ella hubiera confiado en mí, y yo estuviera empezando a cogerla cariño, no la conocía lo suficiente como para saber que podía gustarle.

¿Me Esperarás? (BTS/JiMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora