50. FLOR DE LOTO

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-Hey repartidora. Un cartón de leche -dijo Andrew mientras lanzaba 3 monedas de 50 peniques y Max los atrapaba.

-Andrew está aquí -mencionó mi hermano como si no lo supiera.

- ¿Qué estás haciendo por este lugar? -pregunté bastante incrédula mientras Max me entregaba los peniques.

- ¿Es extraño que esté en mi propia casa? -inquirió como si yo estuviera loca, pero él era el demente. -De ahora en adelante viviré aquí -señaló el apartamento diminuto al lado del mío. Ese apartamento era demasiado pequeño incluso para mí, mi casa anterior era mucho más grande... De hecho, en esta casa solo se tenía que caminar 10 pasos para pasar de la cocina a la habitación... así que veía difícil que Andrew se acomodara en ese lugar.

- ¿Por qué te mudarías si aquí no hay comodidades? -pregunté con el mismo tono de incrédula.

-Quiero ser independiente -comentó mientras cruzaba la azotea de él para llegar a la mía. - ¿Puedo entrar? -preguntó señalado la puerta trasera de mi casa, así que Max asintió bastante emocionado.

- ¿Y porque tienes que venir aquí? -espeté a su motivación de "Vivir solo" Eso era ridículo. Andrew no soportaría una noche en este tipo de lugar. -Tu casa es muy grande.

- ¿Acaso no has visto esos programas donde las familias envían a sus herederos en una iniciación para fortalecerlos? -mencionó Andrew, así que eso tenía un poco de coherencia... Pero ese no era el estilo de la Sra. Rickford.... De hecho, aunque si su deseo fuera que Andrew se independizara, lo último que haría es que él fuera mi vecino.

-Bien, yo deseo que te vaya bien en tu entrenamiento o como le llames...Ahora ¿Podrías marcharte? -comenté con una sonrisa, como si nunca hubiera llorado por él.

-Bien -susurró Andrew y después estiró su mano hacia mí.

- ¿Qué? -espeté nuevamente, solo que esta vez, yo estaba muy confundida.

-Mira, te guste o no, ahora somos vecinos. Así que intentemos llevarnos bien. -sugirió con su mano aún estirada y con una sutil sonrisa en su rostro. -Avísame si necesitas algo.

-Creo que no necesito nada -chasqueé antes de empujar su mano para que dejara de estirarla creyendo que todo estaba bien para mí.

Nada estaba bien.

Después de arreglarme y despedirme de Max, me dirigí hacia la escuela como todas las mañanas lo hacía. Luego de que terminara, trabajé habitualmente en el restaurante y por último fui a la pequeña clínica del Dr. Philippe. Todo era agotador, y me cansaba un poco más pensar que debía encontrar otro trabajo.

Me encaminé hacia mi casa, pero al llegar, observé que prácticamente todo el apartamento estaba infestado por cajas y bolsas de compras. Comprobé que era comida y artículos de higiene.

-Oye, ¿Por qué llegas tan tarde? Hace mucho que terminó la escuela -comentó Andrew mientras abría la puerta de mi casa.

- ¿Tu pusiste estas cosas aquí? -pregunté muy confundida. Hace unos días actuábamos como unos completos desconocidos, así que no entendía su repentino cambio.

-Ah, ¿Esto? Me trajeron tantas cosas que decidí tirar estas -mencionó sin interés mientras alzaba levemente sus hombros.

- ¿Tirarlas?

- ¿Qué es ese olor? -preguntó evadiendo mi pregunta mientras se adentraba un poco a mi pequeña casa.

-Hola Andrew -saludó mi hermano que estaba preparando pasta instantánea en una pequeña estufa eléctrica.

AMOR CHICOS Y DINERO *Completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora