Estaba sentada en un yate mientras comía una uva. No comprendía todo lo que había sucedido. Fue tan rápido y tan fugaz que no lograba encajar todo.
Fui atacada por unos hombres y ellos me colocaron un pañuelo en mi nariz, así que caí dormida sin poder defenderme y al despertar, había aparecido como por arte de magia en ese yate.
Observé el reloj y supuse que la boda ya se había realizado y eso era... doloroso.
Bueno, era imposible plasmarlo en una sola palabra.
De repente observé que la puerta del yate se abrió y logré percibir a Andrew algo agitado, quien corrió a mi lado para abrazarme.
Parecía tan difuso, tan irreal. Llegué a pensar que mi cabeza me estaba haciendo un mal juego.
—Alice —susurró cerca de mi oído y entendí inmediatamente que estaba despierta. No era un sueño. Era tan real como el amor que sentía hacia Andrew.
Sabía que el objetivo de este contacto no era rodearnos con los brazos, sino acercar nuestro corazones uno al otro.
(...)
—La señorita Allie preparó algo especial para ustedes dos —mencionó la guardaespaldas de Allie después de abrirnos la puerta de la limosina negra.
—Oiga espere —murmuré un poco confundida a la guardaespaldas. — ¿Le podría dar un mensaje de mi parte a Allie?
—Claro señorita Alice.
— ¿Puedes decirle que si ella está de acuerdo podemos seguir siendo amigas? —susurré con demasiadas emociones en mi corazón.
Me sentía en la hermosa brisa que dejaba la tormenta.
—Por supuesto —la mujer asintió y de nuevo subió a la limosina, la cual rápidamente se alejó de nosotros dos.
— ¿Vamos? —mencionó Andrew mientras estiraba su brazo hasta mi hombro con el fin de acercarme a él.
Caminamos por la hermosa entrada llena de luces y flores hasta llegar a una sala decorada con candelabros y velas encima de cómodas, junto a rosas y adornos para San Valentín.
El olor a lavanda, romero y jazmín se fugó a mi nariz y simplemente pude toser fingidamente al sentir que mi corazón latía a mil.
Tomé la decisión de seguir caminando e intenté imaginar que Andrew no estuviera a mi lado.
Pero eso solo hacía que me incomodara aún más.
Un camino de pétalos de rosas rojas me llevó a una enorme habitación, pero no pude admirar el refinamiento del cuarto, debido a que salí apresurada de este.
¿La razón?
Solo pude ver que en el centro de la habitación había una enorme cama matrimonial vestida de seda blanca y roja, y en la mitad un gran corazón formado por pétalos rojos.
Amaba mucho a Andrew, pero yo solo tenía 17 años. Eso era demasiado para mí.
Caminé –mejor dicho, corrí- hacia el jardín y me deleité al ver el magnífico paisaje. Luces, pétalos, flores, esencias, candelabros y tantas cosas más.
Mis pies me llevaron hasta la mesa del centro donde había deliciosos y refinados alimentos al lado de un hermoso candelabro con velas.
Me dediqué a comer fresas con chocolate mientras Andrew me observaba con diversión. Me sentía tan incómoda que preferí llenar mi boca con frutas a tener que hablar con él.
Era algo tonto, pero mi cuerpo era un caos en ese momento.
—Señorita Alice, ¿Me permite bailar esta pieza contigo? —Andrew se levantó de su silla y se acercó a mí, para después estirar su mano con el fin de que yo la recibiera.
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AMOR CHICOS Y DINERO *Completa*
Teen FictionAlice Lawler, vive la vida de una chica corriente, a pesar de no tener dinero es alegre y agradecida. Sin embargo su mundo cambia, cuando debe asistir a la escuela Rickford, la escuela más prestigiosa para jóvenes ricos del Reino Unido. Después d...